México: Devastado y triste

En pocos segundos, el poderoso sismo desató la tragedia en varias ciudades

SALVATAJE. Elementos del Ejercito Mexicano y voluntarios realizan labores de rescate en el colegio Enrique Rébsamen...

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NOTABLE. Después de varios años de adiestramiento, Frida resultó muy efectiva en su trabajo.

NOTABLE. Después de varios años de adiestramiento, Frida resultó muy efectiva en su trabajo.


    México/dpa
    Panorama / 24/09/2017 07:21

    En casas, tiendas, clubes y todo tipo de locales de la Ciudad de México se instalaron albergues y centros para recolectar donativos cuando apenas habían pasado unas horas del terremoto de magnitud 7,1 que ha dejado cerca de 300 muertos.

    El poderoso sismo que azotó el martes México no sólo provocó devastación y muerte. Ante el horror, los mexicanos se mantuvieron firmes, olvidaron sus diferencias y reaccionaron en una movilización masiva enfocada en un solo objetivo: ayudar a las víctimas.

    "En cuanto la escuela cayó, todos los vecinos corrieron a socorrer a los heridos. Todos ayudaban, aquí no hubo diferencia de razas ni de religiones ni de política ni nada de eso", dijo Gilberto Bazán, uno de los muchos que presenció la caída de la escuela "Enrique Rébsamen" en Coapa, en el sur de la Ciudad de México.

    En el lugar murieron 21 niños y cinco adultos. Once personas fueron rescatadas y los socorristas lucharon por sacar con vida a una niña, aunque ésta en realidad fue parte de un rumor y nunca existió realmente. Unos cinco niños estaban atrapados bajo los escombros, de acuerdo a la versión de la niña.

    A ese lugar llegaron comida, cobijas y mano de obra para el rescate. Y la escena se repite en todos los sitios donde hay destrucción.

    Las acciones provenían de todos lados. Como señala Bazán, la ayuda no hace distinciones y cada persona busca colaborar en lo que sea posible.

    "Es muy gratificante ver cómo los jóvenes han venido a ayudar. La mayoría de los que están aquí ayudando a juntar los víveres son jóvenes", dijo Esperanza Aparicio, coordinadora de una unidad de acopio de materiales en la colonia Condesa en la Ciudad de México.

    Aparicio comenta que sólo en ese centro, uno de los cientos que se han abierto en la capital, cuentan con más de 300 voluntarios que trabajan día y noche para seleccionar, clasificar y enviar las donaciones a los lugares que los necesitan.

    Organizados en grupos, los voluntarios pasan de mano en mano botellas de agua, comida enlatada, medicinas, pañales para bebés, alimento para mascotas y materiales para remover escombros, como palas y picos. El flujo de personas que se acercan a donar es constante.

    "Varias empresas y tiendas han hecho sus aportaciones también. La respuesta es muy positiva y la ayuda sigue llegando tanto en materiales como en voluntarios. A algunos tuvimos que obligarlos a dormir porque querían seguir trabajando", añadió la coordinadora.

    No sólo dan alimentos. También entregan sus manos para quitar piedras y escombros. Sin que importe el calor o la lluvia, en cada edificio derruido se puede ver a hombres y mujeres ofreciéndose a ayudar a los equipos de rescate.

    "¡Necesitamos voluntarios!", gritó un miembro de Protección Civil cerca de la escuela en Coapa. Unas 20 personas, la mayoría jóvenes, se acercaron con rapidez levantando las manos.

    En la Ciudad de México, donde los muertos superan el centenar, las calles no tienen la misma actividad y el bullicio de siempre. Sin embargo, se pueden ver hileras de hombres y mujeres cargando todo tipo de herramientas. Lo que pidan los cuerpos de rescate, la ciudadanía se los da.

    Empresas como el Grupo Modelo han puesto a disposición choferes, vehículos y combustible para transportar los víveres a donde se necesiten. Uno de ellos es el estado de Morelos, en el centro del país y vecino de la capital. Ahí se han contabilizado 73 víctimas mortales.

    Fue precisamente entre Morelos y Puebla –donde se cuentan 43 muertos– donde tuvo epicentro el terremoto, 12 kilómetros al sureste de Axochiapan y 120 kilómetros al sur de Ciudad de México. En esos dos estados, los gestos de solidaridad también son importantes.

    Medios locales relatan cómo los populares "limpia parabrisas" -hombres y mujeres que se dedican a limpiar los parabrisas de los autos en los cruces de semáforos- se lanzaron a socorrer a quienes quedaban atrapados en los buses o casas cercanas.

    Cerca de las zonas más afectadas por el temblor, madres de familia se organizan para preparar comida y alimentar a los voluntarios y rescatistas. Estudiantes de psicología ofrecen ayuda a los damnificados, doctores instalan consultorios improvisados y veterinarios preparan albergues para las mascotas que perdieron a sus dueños.

    "La fortaleza, la decisión y la solidaridad de los mexicanos ante este desastre nos permitirá salir adelante", dijo el presidente Enrique Peña Nieto en un mensaje. Con sus acciones, la ciudadanía le da la razón.

    Frida, la perrita Labrador que salva vidas en los terremotos

    Frida es una perrita mexicana que salvó a 12 personas tras el sismo de 8,4 grados que se vivió en Juchitán, Oaxaca el pasado 7 de septiembre.

    Se trata de un labrador, de seis años, que forma parte del equipo de “binomios caninos” que adiestra la Sección Canina del Cuartel General del Alto Mando de la Semar, y el ente encargado de la distribución, control y confianza de estos ejemplares, es la Oficialía Mayor.

    Israel Monterde Cervantes, encargado de la Sección Canina de la Ciudad de México y capitán de fragata, cuerpo general diplomado de Estado Mayor, comentó a Notimex que la dependencia tiene aquí 20 binomios, pero a nivel nacional hay más de 300 distribuidos en todas las secciones caninas.

    El entrenamiento lleva entre 12 y 14 meses, de dos a cuatro horas diarias, dependiendo de la disposición y temperamento que tenga el perro, para evitar fatigarlo, así como de la diferente función zootécnica en la que se vaya a especializar.

    Frida, equipada con un visor que protege sus ojos en caso de humo, polvo o alguna sustancia; unas botas, que le ayudan para que el terreno no le dañe los cojinetes de sus pies, y un arnés, buscó entre los escombros y encontró 40 cuerpos sin vida y 12 sobrevivientes.

    Con un entrenamiento constante desde los dos años, Frida ahora tiene el título de "especialista en búsqueda de personas extraviadas" con experiencia en Honduras, Ecuador y Haití.

    Los equipos de rescate del terremoto del pasado martes cuentan con varios canes especialmente adiestrados para estas tareas.

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