Una paradoja: Crece la desnutrición y la obesidad

En Bolivia la tasa de hambre llega al 17.2 y en Chuquisaca, al 20% en niños menores a 5 años

OBESIDAD. Estos son los riesgos que contrae una persona cuando aumenta de peso.

OBESIDAD. Estos son los riesgos que contrae una persona cuando aumenta de peso.

TABLA PORCENTAL DE DESNUTRICIÓN CRÓNICA, SOBREPESO Y OBESIDAD EN CHUQUISACA

TABLA PORCENTAL DE DESNUTRICIÓN CRÓNICA, SOBREPESO Y OBESIDAD EN CHUQUISACA

OBESIDAD. Estos son los riesgos que contrae una persona cuando aumenta de peso.

OBESIDAD. Estos son los riesgos que contrae una persona cuando aumenta de peso.


    CORREO DEL SUR, ANF y EFE
    Panorama / 22/10/2017 04:40

    En Chuquisaca, el país y Latinoamérica crece el hambre y paralelamente el sobrepeso y la obesidad. Una “paradoja” que sólo se explica con la falta de seguridad alimentaria que es disminuida cada año por los cambios climáticos y la cultura alimentaria de los pobladores. El Chuquisaca, la desnutrición en niños menores a cinco años llegó al 20% y de cada diez niños uno tiene obesidad.

    Según el estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el hambre en América Latina y el Caribe en 2016, aumentó un 6%, mientras la obesidad y el sobrepeso siguen al alza en la región y ya provocan más muertes que el narcotráfico y el crimen organizado.

    En el caso de Bolivia se sitúa en el puesto 66 entre 119 países listados en el "Índice Global del Hambre - 2017" (GHI, por sus siglas en inglés) con una tasa que bajó de grave a moderada desde el año 2000.

    Después de nueve años de progresivas mejoras en el tema, el número de personas que padecen hambre se incrementó 2,5 millones en 2016 respecto del año anterior y alcanzó los 42,5 millones, el 6.4% de la población latinoamericana, precisó la (FAO).

    Las cifras forman parte del informe "Panorama de la seguridad alimentaria y nutricional en América Latina y el Caribe 2017", elaborado junto a la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

    "Vamos por mal camino. La región ha dado un paso atrás importante en una lucha que venía ganando. No podemos tolerar los niveles actuales de hambre y la obesidad, ya que paralizará a toda una generación de latinoamericanos y caribeños", señala el representante en América Latina de la FAO, Julio Berdegué.

    Si bien los niveles de hambre siguen siendo bajos en América Latina y el Caribe en comparación con otras regiones del mundo, hay señales de que la situación se está deteriorando, especialmente en Suramérica, donde el hambre creció desde 5% en 2015 a 5.6% en 2016.

    En Mesoamérica la desnutrición afectó al 6.5% de la población en 2016 y en el Caribe al 17.7%, la subregión con el porcentaje más elevado pese a que el año pasado el hambre no aumentó.

    Por países, los datos confirman la heterogeneidad que existe en la región, con un primer grupo formado por Brasil, Cuba y Uruguay donde el hambre es inferior a 2.5%, según el informe de la FAO.

    Los siguen Argentina, Barbados, Chile, México y Trinidad y Tobago, con tasas igual o inferiores a 5%. Hay un grupo de varios países que presentan porcentajes de desnutrición superiores a 20%, como Antigua y Barbuda, Bolivia y Granada.

    Haití es, un año más, el país con los índices más altos de hambre, una lacra que afecta casi al 47% de su población, lo que equivale a casi cinco millones de haitianos, unos dos tercios de todos los hambrientos del Caribe.

    El representante regional de la FAO hace hincapié en la situación de Venezuela, donde la desnutrición pasó del 9,1% en el trienio 2013-2015 al 13% en los años 2014-2016 debido a la inestabilidad política y social, que se ha traducido en un desabastecimiento de alimentos y el incremento de la gente que pasa hambre.

    Berdegué destaca los avances de la región en la disminución de la desnutrición infantil crónica, pero subrayó que es un problema que aún padecen 5,9 millones de niños en América Latina y el Caribe.

    "Es absolutamente inaceptable que una región con un grado de desarrollo como la nuestra todavía tenga casi 6 millones de niños en estado de desnutrición", manifiesta.

    La FAO y la OPS advirtieron que, si se mantiene esta tendencia, la región no cumplirá la meta de erradicar el hambre y la malnutrición en 2030 fijada en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas.

    En el caso de Bolivia, de acuerdo con el informe GHI, la tasa de hambre se sitúa en 17.2 en esta gestión, es decir, 13.1 puntos menos que su registro en 2000. Este año el GHI, presentado por el International Food Policy Research Institute, Concern Worldwide y Welthungerhilfe, busca poner de relieve los progresos desiguales en la reducción del hambre.

    En esa línea, "las desigualdades del hambre" evidenciadas por los datos del GHI, guardan estrecha relación con las desigualdades subyacentes de poder social, económico y político. Esto significa que "los grupos con menos poder social, económico y político, como las mujeres y las niñas, las minorías étnicas y los pobres de las zonas rurales, a menudo también experimentan mayores niveles de pobreza y hambre".

    "La reducción de las desigualdades y el hambre implican la ineludible participación de la población históricamente excluida en el diseño e implementación de las políticas públicas.

    La sociedad civil articulada, tiene el deber y el derecho de exigir políticas públicas efectivas, incluyentes y acordes con las altas responsabilidades de los estados", dice Arturo Bellot, representante de Welthungerhilfe para Bolivia y Perú.

    El GHI tiene una vigencia de 12 años, clasifica a los países en función de cuatro indicadores clave: subnutrición, mortalidad infantil, emaciación infantil y retraso en el crecimiento de los niños.

    El informe de 2017 clasificó a 119 países, de los cuales, casi la mitad tienen niveles de hambre "extremadamente alarmantes", "alarmantes" o "graves".

    UNA MIRADA AL PAÍS

    Desde el año 2000, Bolivia bajó su tasa de hambre de 30.3 a 17.2, es decir una disminución de 13.1 puntos.

    Esto significa que ha bajado de un índice de hambre grave a un índice moderado.

    En el mismo sentido, la proporción de desnutridos, respecto de la población total, ha bajado de 33.4% en el periodo 1999-2001, a 20.1% en el periodo 2014-2016.

    En el período 2012-2016, la prevalencia de emaciación (adelgazamiento morboso) en menores de cinco años se mantiene en 1.6, respecto del período 1998-2002.

    Mientras que la prevalencia en el retraso de crecimiento en menores de cinco años ha disminuido de 33.1% en el periodo 1998-2002, a 18.1% en el periodo 2012-2016.

    Finalmente, la tasa de mortalidad en menores de cinco años, ha disminuido de 8.0% en el año 2000, a 3.8% en 2015.

    EN CHUQUISACA

    Según los datos del Área de Alimentación y Nutrición del Servicio Departamental de Salud (SEDES), la desnutrición crónica que hay en menores de 0 a cinco años llegó en esta gestión a 18%, que fue disminuyendo en los últimos diez años a más de la mitad.

    En el caso de niños de 0 a dos años en la desnutrición crónica, en 2008 llegaba al 28% y en 2017, es de 8%.

    Mientras en el grupo etario de niños de dos a cinco años, en 2008 o la desnutrición crónica llegó al 34% y en 2017 llegó al 12%, reduciendo un 22%.

    La estadística demuestra que en el Departamento, de cada diez niños uno está en el rango de desnutrición crónica o denominada también talla baja.

    La docente de Nutrición y Dietética de la Universidad San Francisco Xavier, Liliana Sánchez, explica que hay dos factores que producen la desnutrición y la mala alimentación en las personas.

    Estas deficiencias nutricionales se deben a que no hay una cultura de alimentación, conocer el valor nutritivo de los alimentos y de adquirir un criterio nutricional. “Lo que hacemos es comprar lo que está de moda o lo hacemos por status sin valorar la calidad de los alimentos, vitaminas, minerales y nutrientes”, sostiene.

    El tema del hambre también se liga la disponibilidad de los alimentos, la capacidad adquisitiva que tiene cada persona o familia, el nivel salarial y sobre todo los efectos climáticos.

    La obesidad se incrementa en Chuquisaca, Bolivia y América Latina

    La profesional Liliana Sánchez considera una “paradoja” que en el mismo territorio y en el mismo tiempo coexisten problemas que tienen que ver con el hambre y la obesidad.

    “Hay problemas de desnutrición, diferentes deficiencias nutricionales, como ser la anemia, deficiencia de vitamina A, de yodo, pero paralelamente existe un crecimiento de problemas de sobrepeso y obesidad. Esta aparente paradoja está íntimamente ligada a varios factores alimenticios”, acota.

    Uno de los factores que explican el alza de la obesidad y el sobrepeso ha sido el cambio en los patrones alimentarios (aumento de la ingesta de alimentos hipercalóricos con abundantes grasas y azúcares).

    Otro factor importante es la tendencia a la disminución de la actividad física debido al aumento de la naturaleza sedentaria de muchas actividades recreativas, el cambio de los modos de transporte y la creciente urbanización.

    Según los datos del SEDES en la región, un niño menor a cinco años de cada diez tiene sobrepeso y obesidad. En un análisis por municipios, en Muyupampa hay más casos en un 18% y el más bajo es Yotala con un 1%. (Ver cuadro de desnutrición, sobrepeso y obesidad)

    Los otros municipios sus índices van en descenso desde el 17% al 2%. Sucre tiene un porcentaje de 12 al igual que Mojocoya.

    EN AMÉRICA LATINA Y BOLIVIA

    Paralelamente al hambre, el sobrepeso y la obesidad constituyen un "problema desbocado" en la región y las enfermedades asociadas a esta situación, como la hipertensión y la diabetes, se han convertido en la principal causa de muerte,

    "La obesidad está matando a más personas que el narcotráfico, el crimen, la violencia y los conflictos en nuestra región", señala el informe de la FAO.

    Según las últimas cifras, un tercio de los adolescentes y dos tercios de los adultos de la región sufren sobrepeso u obesidad.

    En cuanto a los niños, el informe refleja que 7.4% de los menores de cinco años en Surdamérica sufre ese problema, porcentaje que desciende a 6% en Centroamérica y a 6.9% en el Caribe.

    Para reducir los niveles de sobrepeso, el representante regional de la FAO critica que el precio de los alimentos esté "exclusivamente en manos de las fuerzas del mercado", lo que encarece los productos sanos y saludables y empuja a la población más pobre a consumir comida chatarra.

    Etiquetas:
  • paradoja
  • desnutrición
  • obesidad
  • Bolivia
  • Compartir:

    También le puede interesar


    Lo más leido

    1
    2
    3
    4
    5
    1
    2
    3
    4
    5
    Suplementos


      ECOS


      Péndulo Político


      Mi Doctor