Latinoamérica: El "boom" de los teleféricos urbanos

Varias ciudades de América Latina, incluyendo La Paz, optaron por este sistema de transporte moderno, silencioso y ecológico

COLOMBIA. En 2004 se inauguró en Medellín la primera gran línea urbana de funicular. COLOMBIA. En 2004 se inauguró en Medellín la primera gran línea urbana de funicular.

Georg Ismar y Denis Düttmann/dpa
Panorama / 03/12/2017 07:18

La cabina se desliza suavemente sobre los tejados de Ecatepec, mientras abajo, en el caótico laberinto de callejones, las viviendas se apelotonan en la ladera. Situada a las puertas de Ciudad de México, esta localidad de 1,6 millones de habitantes es uno de los lugares más peligrosos del país. El año pasado, fueron asesinadas allí un total de 417 personas.

Desde hace un año, los barrios de Ecatepec están unidos gracias a Mexicable, el primer teleférico urbano de México. En total, siete estaciones se reparten un recorrido de casi cinco kilómetros en el que las góndolas llegan hasta las calles más pobres. El viaje dura 17 minutos, mientras que en taxi colectivo o minibús se tardaría una hora.

"Los teleféricos no necesitan cubrir tantas plazas, pueden superar cualquier obstáculo por el aire y, gracias a ello, ahorran tiempo", subraya la empresa constructora Leitner.

El nuevo teleférico está llamado no sólo a facilitarles la vida a los vecinos de Ecatepec, sino también a reducir la criminalidad. Experiencias similares ya han sido puestas en marcha con éxito en ciudades como Medellín, pionera en la región, donde en 2004 se inauguró la primera gran línea urbana de funicular para unir los barrios más desfavorecidos con el centro.

La comunicación con los barrios más desfavorecidos suele aportar una mayor seguridad, además de una mayor iluminación. En La Paz, la delincuencia ha retrocedido en torno a las estaciones del que hoy en día es el mayor teleférico urbano del mundo. "Sudamérica es actualmente el epicentro del teleférico urbano", afirma Ekkehard Assmann, portavoz de la compañía líder del sector Doppelmayr.

Según datos del sector, hay planes también de aumentar la red de teleféricos urbanos en África, en ciudades como Lagos (Nigeria) o Mombasa (Kenia). En Asia, en cambio, el limitado volumen de transporte de los teleféricos urbanos supone una enorme desventaja para su desarrollo en megaciudades.

Sin embargo, en Latinoamérica la topografía de muchas ciudades, con sus depresiones y colinas, favorece la demanda de estos "metros del cielo", precisamente para aliviar los muchos atascos que tienen lugar en hora punta. Allí, señala "The Economist", construir una red de metro resulta mucho más caro y además, se demora varios años.

El pasado septiembre, el presidente Evo Morales inauguró en La Paz la quinta línea del teleférico, que recorrerá al menos 30 kilómetros. Aunque el importante segmento de Europa occidental y central sigue sin apuntarse a este medio de transporte, en tiempos de cambio climático el boom del teleférico urbano parece venir como anillo al dedo.

En ningún lugar del mundo existe una red como la de La Paz, que puede transportar a 125 mil pasajeros al día. En diciembre, esperan llegar al pasajero 100 millones. El precio del trayecto es de alrededor de 40 centavos de dólar y, gracias a su enorme demanda, podría amortizarse en unos 15 años. De este modo, sería uno de los pocos medios de transporte públicos del mundo que funcionaría sin subvenciones.

En lugar de estar horas parados en los atascos, los trabajadores pueden ahorrar mucho tiempo y, de paso, disfrutar de la imponente vista sobre La Paz y de la cordillera andina que ofrece el trayecto desde El Alto. Además, se protege el medio ambiente: el 70 por ciento de las emisiones mundiales de gases contaminantes se produce en las ciudades, por lo que los teleféricos constituyen un pilar para su reducción.

"Casi todas las ciudades de Sudamérica con más de 200 mil ó 300 mil habitantes nos han pedido información sobre el teleférico", señala Assmann. La compañía austríaca Doppelmayr también ha construido otras cuatro líneas en Venezuela, una en Colombia, otra en Brasil y otra más en México.

La italiana Leitner, por su parte, ha construido entre otras la línea de 3,5 kilómetros de Río de Janeiro, que une la gigantesca favela Complexo do Alemão con la estación de suburbano y puede llevar a hasta 3.000 pasajeros por hora. No obstante, debido a los problemas financieros de la ciudad últimamente el teleférico queda paralizado a menudo.

En Ecatepec, el teleférico Mexicable ha costado alrededor de 1.700 millones de pesos (117,5 millones de dólares). En cada una de sus 185 cabinas caben hasta diez pasajeros, de manera que la línea puede transportar hasta un máximo de 24.000 personas al día. Según datos del estado de México, su uso supone un ahorro anual de hasta 10.000 toneladas de emisiones de CO2.

"Yo ahora llego mucho más rápido al trabajo. Y, además, es más cómodo. Los autobuses siempre están llenísimos", afirma Nancy Romero. El trayecto cuesta siete pesos (35 centavos de dólar). Además, a lo largo de la línea han surgido numerosos murales: ahora, los pasajeros pueden contemplar por ejemplo un gigantesco retrato de la pintora Frida Kahlo.

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