Macri consolida su poder y logra avanzar en sus reformas
Las violentas protestas contra sus proyectos marcaron el final de la gestión
La victoria del oficialismo en las legislativas de octubre supuso para Mauricio Macri un espaldarazo para afrontar la segunda mitad de su mandato, que estará marcada por las reformas y la presidencia argentina del G20 en 2018, algo que el Gobierno atribuye a la confianza del mundo en el país.
Cumplidos dos años de su llegada al poder, tras los mandatos de Néstor Kirchner (2003-2007) y su esposa Cristina Fernández (2007-2015), 2017 ha sido el año en el que, si bien no han sido pocas las dificultades –principalmente para salir de una economía aletargada y por la protesta social–, Macri ha podido consolidar su papel como jefe de Estado.
"Hemos avanzado mucho desde el primer día. Este cambio genera apoyo en el mundo entero", dijo el Mandatario en un reciente discurso en el que pidió a los argentinos trabajar juntos "sin más atajos", ya que lo único que han generado es "mucha pobreza" en el país.
Precisamente, los datos de pobreza –el 28.6% de la población en el primer semestre del año– son los que siguen atragantándosele al Gobierno, que tiene como prioridad luchar contra ella y también contra la incontrolada inflación (el 21% en 2017).
Por contra, el Producto Interior Bruto (PIB) experimentó de julio a septiembre una mejora del 0.7%, lo que acumula tres trimestres consecutivos positivos.
También el desempleo bajó ligeramente en ese periodo y se ubicó en el 8.3%, y en octubre la industria registró un crecimiento interanual del 4.4%, el sexto mes al alza.
Las agencias internacionales parecen no ser ajenas a la tendencia. Moody's proyectó un incremento del PIB para 2018 del 3.5% y estimó un descenso del déficit fiscal.
En este contexto y con optimismo, el Ejecutivo hizo de su triunfo en los comicios de octubre una especie de cheque en blanco para acometer reformas a priori poco populares pero a su juicio necesarias para el país.
"Argentina no tiene que tener miedo a las reformas, porque reformarse es crecer, algo que nos va a llevar a vivir mejor", dijo Macri tras la victoria del oficialista Cambiemos, cuando anunció cambios, principalmente, en el ámbito laboral, tributario y fiscal.
Sin embargo, la reforma de las pensiones, criticada por la supuesta rebaja que ocasionará en los bolsillos de los jubilados, ha derivado en una de las peores crisis para el Ejecutivo por el fuerte rechazo político y social que ha provocado.
A mediados de diciembre, las protestas contra este proyecto, que el oficialismo consideraba vital para luchar contra el déficit fiscal pero a la par beneficioso para los pensionados, dejaron decenas de heridos – entre policías y manifestantes– y otros tantos detenidos.
"Todos estos cambios generan incomodidad pero son necesarios", remarcó el presidente, que achacó la violencia desatada a una operación que atribuyó casi directamente a la oposición.
Mención aparte, por el impacto social que produjo, merece la desaparición del submarino de la Armada ARA San Juan, que con 44 tripulantes a bordo está perdido en el Atlántico Sur desde el 15 de noviembre sin que las autoridades tenga esperanza alguna de encontrar sobrevivientes.
Aunque la gestión del Gobierno es constante objeto de críticas opositoras, actualmente no se vislumbra un líder claro de la oposición y su principal exponente, el peronismo, sigue dividido desde que Daniel Scioli perdió en las urnas frente a Macri en 2015.
La reciente elección de la expresidenta Fernández como senadora no ha hecho sino caldear el ambiente, más aún por la decisión de la Justicia de detener por presunta corrupción a miembros de su Gobierno, incluida ella misma, que de momento no será encarcelada por tener fueros parlamentarios.
"Queremos un país donde la corrupción sea intolerable", se le ha escuchado decir a Macri, a quien Fernández acusa de influir en los jueces para que actúen contra ella, algo que él niega rotundamente.
Y es que entre el peronismo kirchnerista y el macrismo el enfrentamiento es constante: los primeros acusan al Gobierno de aplicar enormes ajustes económicos y elevar la deuda pública a favor de los más poderosos y los segundos reiteran que Fernández dejó un país al borde de la bancarrota y enquistado en la corrupción.
"Lejos de ir hacia una crisis como la del 2001, Argentina se fue recuperando: empezamos a crecer, recuperamos la relación con el mundo y volvió el crédito", dijo Macri en diciembre.
Esta confianza es la que, para el Mandatario, permite que Argentina ostente la presidencia en 2018 del G20 y que Buenos Aires haya acogido la reunión de la Organización Mundial del Comercio.
Un protagonismo que, según el Gobierno, puede consagrar la apertura económica y atraer inversores, aunque por el momento parece pensarse volver a confiar en un país en el que sigue habiendo fuerte oposición social y sindical a cualquier tipo de cambio. EFE