Una bomba de tiempo
Juan y Norka compraron una garrafa cuya perilla estaba en mal estado. Llamaron a Bomberos y en el afán de controlar la fuga se suscitó una gran llamarada que alcanzó a varias personas y las dejó heridas.
“¡Tengo terror a esas garrafas viejas!”, exclama Luis B. cada que tiene que comprar gas porque le dan garrafas notoriamente deterioradas. El mes pasado su familia y vecinos quedaron seriamente afectados a raíz de un suceso con una garrafa que aseguran estaba en mal estado.
Era viernes, hace casi un mes, al promediar las 13:00. Junto a su esposa se disponía a hornear pan en su domicilio ubicado en la calle Ismael Montes, en el barrio Mama Bolera de Sucre. Luis cuenta que cuando intentaron conectar la garrafa recién comprada, notaron que la perilla estaba girada. Su esposa Norka A. advirtió este hecho y quedó aún más extrañada cuando intentó prender el horno y no obtuvo resultado. Simplemente no encendía.
Luego de un rato el gas empezó a salir pero ya era imposible volver a cerrar la perilla. Alarmado, Luis desconectó la garrafa, la llevó al patio y llamó a los bomberos.
Según el relato de Norka, cuando llegó la Unidad de Bomberos tampoco se pudo cerrar la perilla, por lo que procedieron a sumergir la garrafa en un turril con agua. Fue en ese trance, cuando la situación ya estaba aparentemente controlada que se produjo el incendio a consecuencia de una chispa de fuego cuyo origen nadie puede explicar.
“Fue cuestión de segundos”, dice Luis. La llamarada dejó al menos siete heridos con quemaduras de primer y segundo nivel.
El fuego alcanzó a Juan, de 43 años de edad, y le quemó el rostro, los brazos y también sufrió serias heridas a causa de la rotura de vidrios. No puede retornar a su fuente laboral debido a las constantes curaciones a las que debe acudir. Tiene 90 días de impedimento.
Su suegra, también afectada, continúa internada en el hospital. Además de las quemaduras en su cuerpo sufrió una fractura de tibia y peroné a causa de una puerta de madera que voló por la fuerza del impacto y cayó en su pierna derecha.
Otro de los inquilinos de la vivienda, Ramiro Zurita, de 19 años, debía rendir el examen de admisión a la Escuela Normal de Maestros, sin embargo, por la gravedad de sus quemaduras en el rostro y piernas tuvo que ser internado y no pudo asistir a la prueba. Incluso un par de miembros del cuerpo de Bomberos fueron afectados y hospitalizados. La familia cuestionó el procedimiento utilizado, sobre todo porque no se siguió el protocolo y no se desalojó a los habitantes de la vivienda. La Policía no respondió a estas críticas y el Comando entregó un reconocimiento a los uniformados afectados.
Ahora Juan no quiere saber de garrafas y el temor ha hecho presa de todos los damnificados.
“Vimos que Yacimientos (YPFB) no está verificando las garrafas, nos están dando en mal estado, además de la poca experiencia de los Bomberos, también falta concientización a la población sobre el manejo de las garrafas”, manifestó Norka.
La consulta sobre quién hace una verificación del estado de las garrafas que son puestas a circulación en la ciudad fue trasladada a la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) en Sucre, entidad que puso ciertos reparos para brindar una información a este diario.
RECOMENDACIONES
En su plan de trabajo, la Unidad de Bomberos suele inspeccionar el estado de la conexión de las garrafas en sitios públicos como los centros de abasto.
Estas inspecciones, según el director de la Unidad de Bomberos, capitán David Miranda, están destinadas a prevenir y orientar sobre la seguridad que deben tener las conexiones de gas.
En una de sus últimas inspecciones en el sector de comidas del Mercado Central se encontraron con algunas deficiencias. ”Decomisamos cinco mangueras que estaban dañadas y de las que estaba filtrando gas”, informa Miranda al recordar que las mangueras de gas deben ser remplazadas cada tres meses debido al uso frecuente que le dan las elaboradoras de comida.
El protocolo en caso de fugas de gas es evacuar a las personas, aislar los ambientes y propiciar que exista el cambio de atmósfera para disipar el gas. Esa es la primera intervención para recién realizar los procedimientos de “neutralización” de los efectos de la garrafa, de acuerdo con el cabo Jhonny Huanca, miembro de la Unidad de Bomberos.
La mayor parte de casos atendidos ocasionados por fugas de gas se debe a mangueras en mal estado, afirma el responsable de la unidad Municipal de Riesgos, Jaime Daza, quien recomienda a la población realizar el cambio de mangueras en sus hogares cada año. “Situación que no sucede, esperamos que haya una fisura, haya filtración de gas, y recién estamos actuando”, lamenta.
Queja
Norka A.
AFECTADA
“Lo único que queremos es que cada institución (YPFB, ANH, Bomberos) se haga responsable y ponga de su parte, para que otras familias no sean afectadas”.