Travestis en el rol de china morena en las entradas
En algún momento, la entrada de travestis estuvo prohibida por un decreto de Hugo Banzer, luego de que la famosa Barbarella le diese un beso.
En algún momento, la entrada de travestis estuvo prohibida por un decreto de Hugo Banzer, luego de que la famosa Barbarella le diese un beso. El gesto llenó titulares de la época
La china morena pone luz y color al folclore nacional, y desde hace 30 años reivindica el papel de los travestis como iconos, que en la próxima Entrada del Gran Poder en La Paz, volverán a destacar en las interminables agrupaciones de morenadas.
"La historia comienza hace unos 30 años atrás cuando compañeras travestis comenzaron a bailar en diferentes agrupaciones folclóricas en diferentes fiestas, principalmente en el Gran Poder", explica a Efe Pamela Valenzuela, presidenta del consejo ciudadano de las diversidades sexuales y de género de la Sede de Gobierno.
"Las compañeras bailaban como figuras, de chinas, pero estilizando la ropa, su misma presencia. Era muy novedoso, muy llamativo, y además había mucha convocatoria, era muy aplaudida", reconoce Valenzuela.
Las chinas, figuras en sus grupos, destacan con sus vestidos muy cortos y de colores llamativos que mueven al son de la morenada, en un alarde de reivindicación y respeto.
Valenzuela considera que este tipo de eventos es "único" en Latinoamérica, ya que no tienen información de que "las compañeras travestis de otros países participen en entradas folclóricas".
Pero esta aceptación y respeto no siempre estuvieron presentes, ya que por un decreto del dictador y luego presidente Hugo Banzer (1971-1978 y 1997-2001) se prohibió la entrada de travestis en los desfiles, luego de que la famosa Barbarella le diese un beso.
"En la gestión de Banzer una de las compañeras, Barbarella, se acercó a saludar, a darle un beso, por lo cual fueron vetadas, sacaron un decreto por el que las compañeras travestis no podían ir a las entradas", destaca la Presidenta.
El gesto de Peter Alaiza, más conocido como Barbarella, llenó titulares y la encumbraron como icono homosexual y trans de la época.
En la actualidad son cada vez más sectores de la sociedad boliviana que aplauden que las chinas morenas hayan vuelto a institucionalizarse en las entradas folclóricas y "alaban sus bailes", apunta Valenzuela.
Toda esta historia la recoge el libro "La China Morena" de David Aruquipa, investigador y miembro del movimiento de Gais, Lesbianas, Transexuales y Bisexuales (TLGB) de Bolivia, así como una exposición fotográfica presentada en el Museo Tambo Quirquincho de La Paz.
"La china morena es la reivindicación del personaje travesti en estas festividades que se representa en los años 70 en grandes divas como Liz Taylor", argumenta Andrés Mallo, presidente del colectivo TLGB.
Mallo destaca la evolución de las figuras y subraya que se han vuelto "como iconos de los bloques fraternos que se crean en cada carnaval".
"Se ha vuelto un icono de representación boliviana, que la gente respeta y admira, hay una participación importante, se ve además in situ en las entradas, la gente es donde más aplaude", agrega.
Mallo subraya que la china morena ha marcado "una trascendencia histórica" en el país y que ha servido como reivindicación "no solamente desde las poblaciones TLGB, sino también al folclore boliviano".
Pedimos respeto
Pamela Valenzuela
Presidenta Consejo Ciudadano
Diversidades Sexuales La Paz
"Lo que nosotros pedimos es respeto a nuestros derechos humanos y que se abran las mentes, esto no es antinatural, somos seres humanos y tenemos los derechos de mostrar nuestra identidad, nuestra orientación sexual a toda la gente y no ser discriminados".
¿Cómo reacciona la sociedad ante lo "cholo, pobre y maricón"?
"Cholo, pobre y maricón". Así se define Edgar Solís, integrante del movimiento Maricas Bolivia, transgresor donde los haya y defensor acérrimo del amor libre en un país en que se siente discriminado por su orientación sexual.
Junto a Roberto Condori, ambos forman un tándem que lucha por conformar "un discurso alternativo" en Bolivia, donde la cultura gay "ha venido como enlatada".
En una de las intervenciones de Maricas Bolivia, ambos tomaron sus aguayos, una colorida tela típica aimara, y se besaron en zonas concurridas de La Paz para comprobar la reacción de la sociedad.
Escucharon insultos y en redes sociales incluso llegaron a leer amenazas de muerte por su actuación.
"Recibimos amenazas de muerte, que nos iban a hacer tal cosa, que cómo era posible, que los niños, los aguayos... Cualquiera le restaría importancia a lo que sucede en redes sociales, pero están manifestando su odio", subraya Solís.
Desde 2011, lo que comenzó siendo un programa de radio se convirtió en Maricas Bolivia, un movimiento que defiende los derechos de homosexuales y busca que la sociedad asuma esta realidad a través de intervenciones artísticas que mezclan cultura con amor libre.
"Lo gay en Bolivia, en Latinoamérica y en el mundo es una sociedad sanitizada. En lo gay no entran los gordos, los viejos, los cholos... Lo gay es una entidad más higiénica, más blanca de hecho", advierte.
Es por ello que Solís se define también como "cholo", un apelativo también con connotaciones peyorativas.
Ambos abogan por implementar la educación sexual y de género para mejorar la situación del colectivo y reconocen que "no es cuestión de una ley".
"Se trata de educar con enfoque de género, con tema de diversidades sexuales, pero hacerlo desde la familia. Si educamos, criamos hijos, hijas, donde se hablen de estos temas, entonces las generaciones pueden tener otro nivel de apertura en su mentalidad", sostiene el integrante de Maricas Bolivia.
Desde la Red de Mujeres Lesbianas y Bisexuales también apoyan una mejora de la educación y que la malla LGTBI esté presente en el discurso académico.
Wendy Molina, representante del colectivo, afirma que "en un país donde no nos matan en las calles, nuestro compromiso pasa por luchar por la visibilización".
Las intervenciones artísticas son uno de los instrumentos de visibilización que estos colectivos utilizan para defender sus derechos.
En Bolivia, el matrimonio o la unión entre homosexuales está prohibida, aunque desde el año pasado sí están permitidas uniones civiles a personas transexuales.
Una parte de la sociedad todavía mantiene un velo discriminatorio que impide a muchos jóvenes salir del armario, para lo que Maricas Bolivia aconseja "asumirse" y salir de "los espacios violentos".
"Es bien complicado, porque las situaciones generalmente son distintas. El primer espacio donde se violenta su sexualidad es la familia, y si la familia te está violentando, tienes que salir. Sé que hay muchos riesgos fuera, pero hay que salir de esos espacios violentos de algún modo", explican.
La Defensoría del Pueblo de Bolivia denunció en 2017 que en los últimos diez años se produjeron en el país 64 asesinatos de personas del colectivo de transexuales, lesbianas, gais y bisexuales (TLGB), de los que sólo se investigaron 14 y ninguno consiguió sentencia.