Banco de pruebas: El planeta Marte empieza en desiertos de Marruecos
La exploración del planeta Marte encontró en los desiertos de Marruecos un perfecto banco de pruebas para testar robots teledirigidos, vehículos espaciales y trajes de astronautas que un día no muy lejano servirán
La exploración del planeta Marte encontró en los desiertos de Marruecos un perfecto banco de pruebas para testar robots teledirigidos, vehículos espaciales y trajes de astronautas que un día no muy lejano servirán para la exploración del planeta rojo.
Al sur de la cadena del Atlas se abren inmensas extensiones vacías que por su geología y su morfología se asemejan bastante a lo que hasta ahora se conoce del planeta Marte, como explica a Efe el profesor Kamal Tajeddine, profesor de Geología en la Universidad Cadi Ayyad de Marrakech.
Al frente del Centro Ibn Batuta y en coordinación con el programa europeo Europlanet, Tajeddine coordina desde Marruecos distintas misiones de investigación espacial desde hace más de diez años, casi todas basadas en las regiones al sur del Atlas, generalmente pedregosas y lejos de la idea tópica de las cadenas de dunas.
Es cierto –reconoce Tajeddine– que existen otros países africanos con desiertos más o menos similares (Argelia, Etiopía o Botswana), pero Marruecos cuenta con varios factores extracientíficos de peso, comenzando por la seguridad: como ha podido comprobar Efe, la Gendarmería Real protege a distancia a los equipos investigadores y no permite la entrada de intrusos.
A ello se añade la estabilidad política del país y la existencia de una infraestructura hotelera muy desarrollada con acceso rápido a internet, fundamental para que los investigadores descarguen sus trabajos al final de una jornada bajo sol y viento.
El último experimento, desarrollado a principios de diciembre, consistió en probar la autonomía del astromóvil bautizado como Sherpa TT, un robot con ruedas que recuerda a una araña por sus brazos articulados y que debía demostrar al mismo tiempo su capacidad de seguir las órdenes y de improvisar una acción propia si en su camino encuentra un objetivo científico.
Bajo la atenta mirada de los científicos, el robot (2 metros de largo por 2 de ancho para sus 200 kilos) se paseó por las mesetas de Gari Medwar, en la región de Erfud, y fue capaz de tomar de forma autónoma imágenes de objetos (piedras, pequeñas plantas y cualquier otro tipo de accidente) en su recorrido de 360 metros.
El "Sherpa TT" es un prototipo de laboratorio, no real, pues no está aislado contra la radiación ni diseñado contra temperaturas extremas, aclaró entonces Jorge Ocón, representante español en este proyecto financiado por la Comisión Europea.
Otro de los experimentos más llamativos llevados a cabo en la región fue el emprendido por el Foro Austriaco del Espacio de la Universidad de Insbruck, que en 2013 puso a diez astronautas a probar durante un mes sus pesados uniformes espaciales con los que teóricamente se tendrán que mover los primeros hombres en alcanzar Marte.
Cada uno de los diez cosmonautas "vivió" una media de tres horas diarias –a veces hasta cinco– dentro de los pesados trajes, mientras su comportamiento era vigilado por un equipo compuesto por médicos, mecánicos especializados y técnicos en telecomunicaciones. Javier Otazu,