Madres emprendedoras por Redes Sociales en el mercado informal

Con la mirada atenta al teléfono celular, una veintena de vendedores, en su mayoría mujeres, esperan pacientemente concretar ventas de productos ofertados horas antes en las redes sociales. Casi todas esperan sentadas en las gradas de acceso al edificio de Correos de Bolivia (ECOBOL) en La Paz. Levantan las manos para identificarse entre comprador y vendedor para sellar la transacción económica. Se calcula que en esa zona se genera al mes un movimiento mayor a los Bs 40.000.

Mabel Hinojosa de 45 años de edad, temerosa por ser entrevistada acepta conversar de su actividad, pero sin cámaras ni grabadoras. “Cerré mi tienda y decidí vender por el Facebook y WhatsApp”, confiesa.

Mabel es madre de familia, y vio una oportunidad de generar ingresos económicos, con esta nueva práctica hace apenas dos meses, y asegura que le va bien. Aunque como en toda actividad, hay días buenos y malos.

“Un día con buena venta pude llegar a más de 750 bolivianos y un día malo apenas vendí 150”, relata y corta la charla para entregar un par de botas a un cliente que contactó por Facebook. “También hago entregas a domicilio y oficinas, según el cliente lo pida, pero debo acomodarme también a mis tiempos porque soy madre y debo hacer varias cosas en la casa”, prosigue.

Señala que en un día lluvioso la venta disminuye, pues los puntos de encuentro para la transacción deben ser en lugares abiertos y con público, por razones de seguridad. “Pero no sólo eso, sino también a veces nos fallan”, confiesa en tono cortante y con ganas de poner fin a la conversación. Ella se muestra susceptible cuando se le pregunta sobre la intención de algunas entidades, como Impuestos Nacionales y la Alcaldía, de regular las ventas por redes sociales.

En marzo, el Servicio de Impuestos Nacionales (SIN) dio a conocer la intención de normar el comercio informal en estas nuevas iniciativas digitales, a través de un proyecto que se está elaborando. De igual forma, la Alcaldía pretende regular esa actividad.

“Nosotros como Gobierno Municipal estamos en proceso de análisis para poder hacer la propuesta de normativa. Ya se verá si la Dirección de Mercados va a ser la instancia competente para poder realizar el control u otra instancia municipal”, remarcó Paola Valdenassi, directora de Mercado y Comercio en Vía Pública del Gobierno Autónomo Municipal de La Paz. No obstante, esa instancia reconoce que esta actividad es temporal y no afectaría el ordenamiento comercial e informal.

MADRE Y VENDEDORA

Cubierta por una gorra para evitar los rayos del sol, Rous Jurado es una joven de 26 años que vende ropa a través de Facebook y también se sitúa en la puerta de ex ECOBOL desde hace más de un año.

Ella es madre de dos niñas y cuenta que debido a que bajaron las ventas de sus productos en un lugar fijo, decidió publicar ofertas por las redes sociales porque considera que es buena alternativa para ofrecer ropa y ganar dinero.

"Yo cuido a mis hijas en las mañanas y vendo en las tardes, pero solo hasta las cinco o seis", relata Rous.

Comenta que algunas veces las personas que la contactaron le fallaron, pero pese a eso, ve positiva esta actividad, porque puede administrar su tiempo.

Ella, alguna vez vendió 20 prendas de vestir en un solo día, equivalente a unos 1.000 bolivianos, pero hubo días en que apenas movió 90 bolivianos.

Según una estimación fruto de la observación y consultas, algo más de 20 personas se congregan diariamente en el frontis del edificio de ECOBOL, con un promedio de ventas que alcanza a Bs 500 día/persona, resultando un movimiento total de Bs 10.000 en una semana y Bs 40.000 por mes.

Se desconoce cuánto puede ser el movimiento económico en la plaza San Francisco y plaza del Estudiante, lugares en los que también se activa la compra y venta a partir de las redes sociales.

TRABAJO Y CRECIMIENTO

Uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) es promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, además del empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos. Sin embargo, en Bolivia ese objetivo no se cumple a cabalidad, debido a que muchas personas no pueden acceder a un trabajo bien remunerado y condiciones adecuadas, debido a la falta de políticas de implementación de empleos y espacios laborales (Ver gráficos 1 y 2).

Muchas personas en el país ven en el comercio informal una manera de trabajar y generar ingresos para ayudar y sustentar a sus familias, tal como se observa en el siguiente cuadro; la informalidad ocupa un gran porcentaje de la población.

Así como Mabel y Rous, varias mujeres en el país, al no contar con un trabajo, sueldo fijo, seguro de salud, vacaciones y bonos, entre otros beneficios, ven en la venta de productos por redes sociales una salida a sus carencias económicas.

Y aunque sus horarios no son fijos, dependen de la demanda, se las ve a todas horas en los lugares antes señalados. Incluso al anochecer, cuando varias mujeres aún aguardan a sus compradores, que en varios casos saldrán de oficinas para ir a su encuentro.