Srebrenica, la masacre que todavía estremece

Los encuentra aún hoy "por todos lados", en arroyos, bosques, sendas: el bosnio musulmán Ramiz Nukic busca y rescata desde hace 15 años restos de las víctimas de la masacre de Srebrenica, el 11 de julio de 1995.

DOLOR. El bosnio musulmán, Ramiz Nukic recupera restos de la masacre. DOLOR. El bosnio musulmán, Ramiz Nukic recupera restos de la masacre. Foto: EFE

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Panorama / 15/07/2019 03:49

Los encuentra aún hoy "por todos lados", en arroyos, bosques, sendas: el bosnio musulmán Ramiz Nukic busca y rescata desde hace 15 años restos de las víctimas de la masacre de Srebrenica, el 11 de julio de 1995.

Delante de su casa, en la aldea de Kamenice (cerca de Srebrenica), este campesino jornalero de 57 años, superviviente del genocidio perpetrado hace 24 años por las tropas serbobosnias, dice haber hallado "270 esqueletos, completos o partes de cadáveres".

Pertenecen a ciudadanos de esa ciudad bosnia que, tras su toma por las tropas serbobosnias, huyeron hacia territorios controlados por el ejército bosnio musulmán.

Todo comenzó hace 15 años, cuando Nukic se propuso buscar los restos de su padre, sus dos hermanos y un tío que desaparecieron durante la huida.

Los había visto la última vez en la víspera de la matanza, la noche del 10 de julio de 1995 en la que abandonó la ciudad en una marcha hacia lo desconocido, llena de penurias.

"Caminas y no sabes si vas a llegar vivo. Mientras caminaba no pensaba en mí sino en mi familia, mi mujer y tres hijos, que se habían ido a la base de la ONU en Potocari (cerca de Srebrenica). Mi hijo mayor tenía entonces 11 años", recuerda.

Se había prometido a sí mismo suicidarse si no alcanzaba el territorio libre, en la localidad de Nezuk, a unos 100 kilómetros del lugar del que partió, en Susnjar, un barrio de Srebrenica donde se había refugiado dos años antes, después de que las tropas serbobosnias atacaran su aldea.

Caminó una semana sin comer nada, solo tomaba agua. Más tarde encontró a su familia y en 2001 regresó a su hogar en Kamenice.

"El primer esqueleto lo encontré acá, en mi patio", señala.

Decidió buscar por las sendas y bosques de los alrededores los restos de su padre y sus hermanos. Recordaba dónde se habían separado aquella noche cuando alguien disparó desde una emboscada.

"Aquí he nacido, he crecido, conozco cada senda por la que se caminaba", explica Nukic.

"He visto huesos, muchos objetos, pero no podía reconocer a nadie. Entonces sentí ganas de recogerlo todo dondequiera que lo hallase y contactar el Instituto para los Desaparecidos", indica.

"Así he empezado y todavía hoy encuentro huesos. ¿Dónde? Exploro por todas partes, arroyos, lugares que no puedes imaginar. No hay lugar donde no haya habido huesos. Todos los cadáveres están sobre la superficie, nadie fue enterrado", añade.

Nukic no halló a sus familiares. Sus restos fueron encontrados en una fosa masiva cerca de Zvornik (este) y sepultados en el centro memorial de Potocari, que alberga a las víctimas de Srebrenica.

En su búsqueda, no solo ha recuperado huesos, sino también decenas de objetos que pertenecían a las víctimas y que ha entregado al Museo de Crímenes contra la Humanidad y de Genocidio 1992-1995, en Sarajevo.

"He encontrado cosas de todo tipo. Vestidos, calzado, cajetillas de tabaco, sets de afeitado, relojes, peines, bastantes documentos, libretas de seguridad sanitaria y otros difíciles de descifrar porque el papel está desvanecido, dañado", dice.

"No me interesan los objetos (...) Mi objetivo es hallar huesos", afirma.

Cuando se conmemoró el vigésimo cuarto aniversario del genocidio, en el centro memorial de Potocari recibieron sepultura colectiva otras 33 víctimas.

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