¿Qué fue lo bueno y lo malo del gobierno que duró casi 14 años?
Sus logros fueron elogiados por muchos, pero sus errores terminaron sacándolo del poder
Su paso por el Gobierno se detuvo el 10 de octubre. Hasta ese día, el expresidente Evo Morales acumuló 13 años, nueve meses y 13 días en el poder, más que cualquier otro exmandatario en la historia del país. ¿Cuáles fueron sus mayores aciertos y sus peores desaciertos?
Su llegada al poder se produjo tras un levantamiento popular, fundamentalmente indígena, que terminó con el derrocamiento del expresidente Gonzalo Sánchez de Lazada, quien acabó asilado en Estados Unidos. Su salida, paradójicamente, lo provocó otro levantamiento popular, esta vez, principalmente de las clases medias, que lo obligó a presentar su renuncia y asilarse en México.
Morales llegó al Gobierno con la promesa de generar cambios profundos y estructurales en el país. Los analistas dicen que cumplió con parte de este objetivo, pero que también terminó destruyendo su legado con decisiones que pusieron en entredicho su propio discurso político.
LA NACIONALIZACIÓN
Según el exmandatario, fue lo mejor que hizo su gobierno. Las imágenes de Morales anunciando esa decisión al mundo, con un casco de seguridad petrolera en su cabeza, y de los militares tomando el control de los campos de gas se difundieron en el país y fuera de él. Eligió el 1 de mayo de 2006 para nacionalizar los hidrocarburos.
Su decisión provocó admiración en muchos y miedo en otros. El temor a que las inversiones extranjeras terminaran siendo nulas en el país, sin embargo, se disipó con el tiempo. El exmandatario, de hecho, acabó convirtiendo a las transnacionales petroleras en sus aliadas en materia de explotación y desarrollo de hidrocarburos.
Sus críticos sostienen que no nacionalizó nada, sino que solo renegoció los contratos de gas.
Según los datos del propio Morales, entre 1993 y 2005, antes de su llegada al poder, la renta petrolera alcanzó los 3.000 millones de dólares. Entre 2006 y 2018, después de la nacionalización, la misma alcanzó a los 37.000 millones, ingresos que fueron claves en el modelo económico que implementó en el país.
EL DESEMPEÑO MACROECONÓMICO
Morales llegó al poder cuando el país tenía un Producto Interno Bruto (PIB) de algo más de 9.500 millones de dólares. En 2018, el PIB superó los 40.500 millones, un 326 por ciento más. El PIB per cápita pasó de algo más de 1.000 dólares a más de 3.500.
Su Gobierno apostó por una economía mixta, con una fuerte presencia estatal. Su apuesta por el mercado interno y la inversión pública, que pasó de los 556 millones de dólares, en el periodo 1993-2005, a los 3.630 millones, en el periodo 2006-2018, fueron claves en el éxito de su modelo económico.
La pobreza cayó del 63,2% en 2005 al 34,6% en 2018 y la pobreza extrema se redujo del 38,9% en 2005 al 15,2% en 2018. La clase media, entretanto, alcanzó al 62% de la población.
El Gobierno de Morales siempre puso como uno de los principales objetivos mantener la estabilidad y el crecimiento económicos.
Sus críticos, sin embargo, señalan que Morales tuvo suerte en el periodo 2006-2013, tiempo en el que los precios de las materias primas, entre ellos el del gas, se mantuvieron altos. Después de que comenzaron a caer, llegó la desaceleración a la economía. De registrar un crecimiento del 6,8% en 2013, pasó a un 4,2% en 2018.
Por otro lado, señalan que el crecimiento económico promedio (4,8% entre 2006 y 2018) no fue tan lejano al registrado en el periodo 1993-2005 (3,5%).
Además, señalan que su intención de impedir que el crecimiento continuase cayendo, generó serios problemas para el futuro de la economía: un déficit fiscal del 8% del PIB, la reducción de las Reservas Netas Internacionales (RIN) hasta los 8.000 millones de dólares este año y una deuda pública interna y externa que ya supera el 50% del PIB.
INCLUSIÓN SOCIAL
Morales sepultó la República y fundó el Estado Plurinacional. La Asamblea Constituyente, que dio origen a una nueva Constitución, abrió paso a una Bolivia, con la inclusión, fundamentalmente, de los indígenas.
Gracias a ello, se conformó un Parlamento con rostros diversos, donde destacaron indígenas, campesinos y obreros. El exvicepresidente siempre Álvaro García Linera siempre remarcó ese hecho como uno de los grandes logros del gobierno de Morales. Sus opositores lo reconocieron, aunque siempre críticos con la apropiación que hizo de él.
Eso, además, permitió un importante avance en la reivindicación de los derechos de las mujeres. Actualmente, el 50 por ciento del Parlamento lo componen las féminas, uno de los porcentajes más altos del mundo.
El gobierno de Morales también permitió que los indígenas, los campesinos o los obreros, entre otros, alcanzaran cargos públicos (ministros, gobernadores, alcaldes, entre otros), convirtiéndose en la regla a diferencia de años precedentes.
La nueva Constitución, sin embargo, llegó con sangre, tres muertos y cientos de heridos en Sucre, cuya demanda (el debate del traslado de los poderes Legislativo y Ejecutivo) fue ignorada. Más tarde, además, el gobierno de Morales terminó violando esa Constitución con su intención de reelegirse de manera indefinida, sin contar otras vulneraciones denunciadas incluso desde el seno de organizaciones indígenas que se mantuvieron independientes.
UN GOBIERNO AUTORITARIO
Sus críticos dicen que se equivocó en ese sentido y que fue lo peor del gobierno de Morales. Su administración copó todos los poderes del Estado y las organizaciones sociales –en aquellos casos en los que no logró alentó el paralelismo– y el exmandatario acumuló un poder sin precedentes. Con ello, casi destruyó la institucionalidad del país, según algunos analistas, y debilitó el sistema democrático del país.
Eso le permitió también perseguir judicialmente a sus oponentes políticos e, incluso, encarcelar a varios líderes políticos de la oposición, incluidos algunos de sus propias filas, a los que no perdonó que se opusieran a algunas de sus decisiones.
También asfixió económicamente a los medios de comunicación que consideró críticos a su gobierno, incluidos varios periodistas, y hubo casos en los que hizo señalamientos públicos, lo que fue replicado por algunas administraciones departamentales y municipales de su línea partidaria.
En cuento a la administración del Estado, fortaleció el centralismo en lugar de desarrollar las autonomías, con lo que generó una alta dependencia de los departamentos hacia su gobierno.
SU DECISIÓN DE QUEDARSE EN EL PODER
Fue otro de los grandes errores que cometió Morales, según los analistas. No solo logró que el Tribunal Constitucional Plurinacional lo habilitara para postularse a un nuevo mandato después de que se promulgara la nueva Constitución (se fundó un nuevo Estado, fue el argumento), sino que no respetó los resultados del referéndum del 21 de febrero de 2016, que rechazó la reelección indefinida. Morales desoyó el mandato de la población y, gracias a un fallo del TCP, controlado por su gobierno según denunciaron muchas voces, logró habilitarse para postularse a un cuarto mandato en las elecciones del 20 de octubre de 2019. Además intentó ganar esos comicios con un fraude, según una auditoría de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Los analistas creen que Morales echó por la borda su legado con esa decisión.
CORRUPCIÓN, DESPILFARRO Y DAÑO AMBIENTAL
Morales sostiene hasta ahora que él nunca se robó nada. Sin embargo, a lo largo de su gobierno estallaron varios casos de corrupción, que implicaron, entre otros, a varias personas cercanas a él. Uno de lo más sonados, tuvo que ver con el desaparecido Fondo Indígena, que depositó millones de bolivianos a cuentas particulares, principalmente de dirigentes campesinos oficialistas.
Morales también despilfarró mucho dinero, según los opositores. No solo abusó de los medios del Estados para viajar casi a diario, sino para enaltecer su figura y su proyecto político. También para construir obras en su honor, como el museo que se construyó en Oruro, o la Casa Grande del Pueblo, criticados por la oposición.
Finalmente, pese a que en su discurso político estuvo siempre en la defensa de la Pachamama (la Madre Tierra), obró contra ella. Por ejemplo, al intentar construir una carretera por medio del Territorio Indígena Par que Nacional Isiboro Sécure (Tipnis), que incluyó una brutal represión a los indígenas de tierras bajas, y su impulso a proyectos extractivistas que fueron denunciados por organizaciones indígenas que siempre reclamaron la cooptación de poblaciones empobrecidas.
"El copamiento de los demás poderes debilitó la democracia"
Uno de los mayores legados que dejó Evo Morales es la nueva Constitución Política del Estado. Uno puede, evidentemente, estar en desacuerdo con algunos elementos, pero esta Constitución, en algún momento, fue un elemento unificador del país. En torno a esa Constitución, se discutió cuál iba a ser el diseño del país en lo político, regional, etcétera. Este es un elemento indudable.
Un segundo elemento indudable –no sé hasta qué punto sostenible– es el económico. A lo largo de estos 14 años, Evo Morales ha sabido combinar crecimiento económico con baja inflación.
En conjunto, creo que esos son legados importantes.
¿Lo malo? Yo creo que hay dos elementos. Uno, el copamiento de los demás poderes del Estado. Evo Morales, en virtud de su mayoría parlamentaria, terminó por dominar el Poder Judicial, la Fiscalía y también, como se ha visto, el Poder Electoral. Y este copamiento terminó por debilitar la democracia. Este es un elemento absolutamente negativo, y es el que, al final, le cobró factura.
Creo que un segundo elemento es que, en el régimen de Morales, se retrocedió en el avance de las autonomías departamentales. Evo Morales, lamentablemente, hizo crecer su poder sobre los departamentos, que, con la participación popular, ya habían alcanzado un tipo de relevancia. Por ejemplo, en Potosí, Chuquisaca, Santa Cruz, en Tarija, los líderes regionales, que habían emergido antes de Evo Morales, prácticamente fueron descabezados. Es decir, se los enjuició, se les quitó la posibilidad de ser candidatos, etcétera.
Entonces, yo diría que este copamiento, sumado a un excesivo centralismo, a una concentración de poder en Evo Morales, son, quizás, los legados negativos que dejó este mandato.
FRANZ FLORES - Docente universitario y analista político
"Evo Morales, desde la izquierda, no actuó en consecuencia"
¿Los aspectos positivos? En primer lugar, yo diría que lo social. Él ha ampliado los derechos de las minorías políticas, que no es lo mismo que demográficas. Por ejemplo, el tema de las mujeres (…). Está también la Ley de Identidad de Género (…).
En lo económico, es altamente valorable que se haya “modernizado” el tema de impuestos, el tema de aduanas y también el tema de hidrocarburos. Esos tres elementos eran los que generaban excedentes para el Gobierno.
Ahora, en el tema más técnico, es igual altamente valorable que se haya consolidado (…) el tema de las autonomías. Pero aquí hay que ser también bien críticos porque, en realidad, las entidades territoriales autónomas no han logrado implementarlas.
¿Lo negativo? Yo he sido muy crítico con que, a pesar de tener una ideología muy progresista en un principio, (Evo Morales) termina haciendo alianzas estratégicas con el empresariado cruceño, o, por ejemplo, con la minería, en Potosí (…). Un gobierno progresista debería democratizar el poder, y, en vez de (…) eso, terminó aliándose con esos grandes propietarios.
También es cuestionable el tema del extractivismo en Bolivia. Es decir, la depredación de recursos naturales en nombre de una agenda desarrollista. También es altamente cuestionable que, para eso, se haya aliado con empresas trasnacionales.
Y es altamente cuestionable también, el tema de las represiones a indígenas por el tema del Tipnis.
Por otro lado, a pesar de que se trató de un gobierno sin precedentes históricos (…), terminó minando la institucionalidad democrática en el país, con las intervenciones del Ejecutivo en el Poder Judicial, en el Legislativo o en el Electoral, que es lo último que hemos visto.
Hay muchas cosas criticables a Evo, no porque sea un partido de izquierda, sino porque, desde la izquierda, no actuó en consecuencia, con los ideales que propone la izquierda.
WIM KAMERBEEK - Politólogo