Eva Copa, la conciliadora del MAS que facilitó las nuevas elecciones
La legisladora se negó a incitar a la violencia y eligió el camino del diálogo para salir de la crisis
Mónica Eva Copa Murga, de las filas del Movimiento Al Socialismo (MAS), asumió la presidencia de la Cámara de Senadores el 14 de noviembre. Desde entonces, los medios hablan de ella y la buscan a diario. Hasta antes de que se convirtiera en la segunda en la línea de sucesión constitucional, la mayoría de la población no sabía de su existencia.
Sorprendió, por eso mismo, que sus compañeros la eligieran para reemplazar a Adriana Salvatierra, más en el momento en el que se encontraba el país, todavía sumergido en una alta tensión y sin un claro desenlace.
Sus acciones de las últimas semanas, sin embargo, terminaron demostrando que era alguien capaz de ayudar a encontrar una salida concertada a la crisis.
Quedará registrada en la historia como la mujer que facilitó la ley que demandaba el país para volver a las urnas y también como la que evitó más muertos y enfrentamientos. La imagen de la presidenta transitoria Jeanine Áñez junto a Copa, anunciando la promulgación de la norma en cuestión, así lo retrató.
Su carrera política la forjó desde muy joven. Cuando todavía era adolescente, se unió a la junta vecinal de su barrio en El Alto y luchó junto con sus vecinos en la "Guerra del Gas", que terminó con la renuncia del expresidente Gonzalo Sánchez de Lozada.
Más tarde, en 2007, ya en la universidad, se metió de lleno en el activismo a favor de los derechos de las mujeres, especialmente de aquellas en situación de vulnerabilidad.
Con sus propios recursos, emprendió una campaña en la Universidad Pública de El Alto (UPEA), donde fue elegida como Secretaria General de la Federación Universitaria Local (FUL).
Por eso mismo, celebró la vigencia de la nueva Constitución, promulgada en 2009 por el Gobierno de Morales, a la que calificó como el mejor instrumento para materializar la aplicación de derechos, obligaciones y garantías de los bolivianos.
Ese mismo año se unió al MAS para apoyar la candidatura de Morales.
Copa, que nació el 3 de enero de 1987 en El Alto, se encuentra hoy en la cumbre de su carrera política, en un momento que podría aprovechar para seguir escalando. Sin embargo, no planea postularse a ningún cargo en las próximas elecciones. Después de que termine su mandato, piensa volver a su casa y dedicarse solo a su familia. En las últimas semanas, hubo muchos días en los que no vio a sus dos hijos.
"(Ya son) diez días que no llego a mi casa. Duermo de hotel en hotel, porque ustedes entenderán que las decisiones que hemos tomado tienen su reacción. Además, por el tema de seguridad de mi familia. Me estoy quedando por el centro", contó la semana pasada.
¿Por qué aceptó el cargo? "Es muy difícil. Tengo una hija de siete meses, que no la veo. Mi hijo tiene cuatro años. Realmente, me pone mal esta situación. No quiero más muertos, ni más detenidos. No quiero más violencia", respondió.
No quiere más eso. Lo viene repitiendo, una y otra vez, en sus entrevistas de estos días. Su misión, insiste, es ayudar a que el país vuelva a la calma y conseguir que la población acuda de nuevo a las urnas. Está empeñada en eso.
Nunca fue una legisladora mediática. "Éramos como invisibles", admitió, refiriéndose a ella y a otras de sus colegas. En los últimos cuatro años, sin embargo, fue miembro del Comité de Autonomías y de la Comisión de Política Internacional del Senado. Además, presidió la Comisión de Fuerzas Armadas y Policía. Siempre con un perfil bajo. Hoy es la voz conciliadora del MAS.
No siempre se mostró así, sin embargo. Hubo un día en el que tomó su vaso de agua y se lo echó con bronca a uno de sus colegas opositores en una sesión de la Asamblea Legislativa Plurinacional.
El incidente quedó registrado en un video. Era el 16 de junio de 2008 y estaba en desarrollo una interpelación al ministro de Desarrollo Productivo y Economía Plural, Eugenio Rojas. El que se hallaba ofreciendo su discurso era el diputado José Carlos Gutiérrez (UD).
"Vamos a sumar, ya que el Vicepresidente no sabe restar ni sumar", había dicho el legislador opositor, según el corto video del incidente, que subió después su colega Almicar Barral en sus redes sociales. Copa, aunque no quedó claro si por ese comentario o por otra cosa, se puso de pie y le arrojó su vaso de agua. Después de eso, Gutiérrez apareció con un ponchillo de plástico para evitar que lo volvieran a mojar.
Aquella vez fue noticia por eso. Hoy lo es por viabilizar una salida a la crisis.
Su vida
Mónica Eva Copa Murga tiene 32 años. Nació en El Alto. Estudió Trabajo Social en la UPEA. Es actualmente senadora del MAS y presidenta de la Cámara Alta. Tiene dos hijos, uno de siete meses y otro de cuatro años. Sus padres son Ignacio Copa (+) y Clementina Murga. Es la sexta de siete hermanos. En su barrio, sus amigos y sus familiares le dicen "Moni". En Facebook tiene una página (Senadora Eva Copa Murga) y el Twitter una cuenta (Eva Copa), aunque no es muy activa en sus redes sociales.