¿Vuelve la democracia pactada tras la hegemonía del MAS?

El nuevo escenario político parece mostrar que viene una nueva era, distinta a la del pasado

DEMOCRACIA. Uno de los votantes de las últimas elecciones generales, que fueron anuladas por el fraude electoral. DEMOCRACIA. Uno de los votantes de las últimas elecciones generales, que fueron anuladas por el fraude electoral. Foto: Archivo

Sucre/CORREO DEL SUR
Panorama / 09/12/2019 00:32

Lo que está claro es que el voto ya no volverá a concentrarse en una sola fuerza política. Lo más probable, de hecho, es que se vaya a registrar una mayor diversidad de opciones en las próximas elecciones. ¿Eso significa que volverá la democracia pactada?

Hoy, el escenario es distinto. En el pasado, después de la recuperación de la democracia, no solo los partidos políticos eran los principales actores en la pugna por el poder, sino que las reglas para llegar a él eran otras. 

Con la Constitución de 1976, por ejemplo, si ninguna de las fuerzas políticas conseguía la mayoría absoluta en las urnas, era el Congreso el que elegía al nuevo Presidente, lo que obligaba a los partidos más votados a conformar pactos o coaliciones. 

Con la actual Constitución, si ninguna de las fuerzas políticas consigue la mayoría absoluta en primera vuelta, se celebra una segunda vuelta electoral, donde el candidato de la fuerza más votada es proclamado como nuevo Presidente.

Es decir, hoy no es necesario conformar una coalición para elegir al Presidente, pero sí para asegurarse gobernabilidad y estabilidad política.

¿Eso obligaráa volver a la democracia pactada? “Lo que estamos viviendo es un cambio de época. Con esto quiero decir que se abre una etapa, que no solo puede durar cinco años, sino mucho más; época, o era, como quieran llamarlo, en la que se va a reconfigurar la democracia”, avisa Germán Gutiérrez, analista político y docente de la Universidad San Francisco Xavier.

Después de las dictaduras, los partidos se vieron obligados a generar pactos. Ninguno pudo superar o alcanzar la mayoría absoluta. Ese periodo, de hecho, lo inauguró el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), con Víctor Paz Estenssoro, que se alió con Acción Democrática Nacionalista (ADN) para llegar al poder (1985-1989), acuerdo que se llamó “Pacto por la democracia”, según “Democracia Impactada”, del exvocal electoral José Luis Exeni, una investigación que analiza, precisamente, el periodo de la democracia pactada en el país.

Después llegaron el “Acuerdo Patriótico” (1989-1993), con Jaime Paz Zamora, del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), que selló un acuerdo con ADN; el “Pacto por la gobernabilidad y el cambio” (1993-1997), con Gonzalo Sánchez de Lozada (MNR), que se alió con Unidad Cívica Solidaridad (UCS) y el Movimiento Bolivia Libre (MBL); el “Compromiso por Bolivia” (1997-2002), con Hugo Banzer Suárez (AND), que pactó con UCS, MIR y Condepa (Conciencia de Patria), y el “Plan Bolivia” (2002-2007, aunque se interrumpió en 2003), con Sánchez de Lozada (MNR), que se alió con el MIR y UCS, cuyo pacto incluyó después a la Nueva Fuerza Republicana (NFR).

“Después de 1982, la democracia tuvo diferentes momentos. En un primer momento, la democracia pactada, que fue muy criticada, porque hubo cuoteo, después ‘cuateo’… Y, luego, vino la hegemonía del MAS, que tuvo dos tercios, donde las fuerzas minoritarias no eran tomadas en cuenta, lo cual configuró un régimen autoritario”, apunta Gutiérrez.

El levantamiento contra el fraude electoral que favoreció a Evo Morales (MAS) en las elecciones del 20 de octubre significó la “reivindicación de la democracia”, según el analista, que rechazó el autoritarismo, elegido en las urnas, pero que se transformó en un “régimen que desfiguró” los otros órganos del Estado. 

“Hoy es el momento para reconfigurar la democracia (…). Bolivia es un país muy diverso. No es un país hecho para el bipartidismo (…). Pretender hoy que se concentre la votación en una o dos fuerzas, es algo que, creo, no va a ser aceptado por la ciudadanía (…). No creo que se vaya a dar (…) por ese ‘monopolio’ (refiriéndose al MAS), que terminó en un régimen autoritario”, analiza Gutiérrez.

El escenario, tras los comicios del 20 de octubre y la salida del poder de Morales, es nuevo y, a la vez, un tanto incierto. Con la llegada de Morales al poder, apunta Gutiérrez, se desmoronaron los partidos políticos y estos fueron reemplazados con por los “movimientos sociales”. Con la salida abrupta del líder del MAS, los derrotados fueron esos movimientos sociales, sostiene.

Eso no significa que los “movimientos sociales” vayan a desaparecer. Seguirán estando presentes en el escenario político, pero tenderán a debilitarse, sostiene el analista. Y, probablemente, serán sustituidos por los partidos políticos “modernos”, diferentes a los del pasado o a los ya conocidos. 

“Vienen nuevas formas de organización. No creo que las nuevas formas de organización sean las plataformas ciudadanas, los colectivos ciudadanos… Se va a extrañar al partido político… Pero algo tiene que reemplazar al movimiento social, que ha caído en el desprestigio, en el desgaste… Probablemente, desde mi perspectiva, sea el partido político, pero de alguna otra forma que, de momento, no la puedo vislumbrar”, analiza Gutiérrez.

En el nuevo escenario, y tras la caída de Morales, lo más probable es que el poder se reparta en varias manos y no se concentre en una sola. Las posibles candidaturas de Luis Fernando Camacho y Marco Antonio Pumari, los cívicos que encabezaron el levantamiento de octubre, junto con las candidaturas ya confirmadas del expresidente Carlos Mesa y de Chi Hyun Chung, por ejemplo, así parecen pronosticarlo.  

“Ese es un signo que me preocupa, sin embargo. Todos hablan de nombres, de personas… Y, en democracia, lo más importante, más que la persona, es la idea, la propuesta… (Hasta ahora) ninguno de los candidatos ha lanzado ningún tipo de propuesta”, apunta Gutiérrez.

Lo que el país debe preguntarse, agrega, es qué tipo de democracia quiere construir y cómo va a evitar los errores del pasado –el cuoteo y la concentración de poder–. “Lo que queda demostrado a plenitud es que, de ninguna manera, debe concentrarse el voto en una sola fuerza (…). Eso ha sido perverso, peor que la democracia pactada”, sostiene.

Además, debe cuestionarse qué va a hacer con el modelo plurinacional que dejó el gobierno anterior. “Yo creo que hay que rearticular el Estado nacional, no el Estado Plurinacional, que fue el que generó las diferencias, sobre todo, de carácter racial. Si alguien fue racista en este país, fue el MAS y el Gobierno del MAS. Eso hay que superarlo de manera definitiva”, remarca Gutiérrez.

Así las cosas, parece poco probable que regrese la democracia pactada, al menos, como el que se registró en el pasado.  “Va a haber una nueva forma de democracia, con participación de diversas fuerzas. Yo no sé si pactada, de convivencia, de respeto de los unos frente a los otros… Pero va a haber una diversidad de fuerzas mucho mayor a la que ha habido, que va a evitar, justamente, la concentración de fuerza, como la que tuvo el MAS. Eso es absolutamente evidente”, finaliza Gutiérrez. 

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