La mayor población de parabas frente roja está en Chuquisaca
Descubren un grupo pequeño que habita en troncos viejos y a gran altura, en el área de El Palmar

Un censo poblacional de la Paraba Frente Roja (Ara rubrogenys), realizado entre marzo y mayo de este año en Bolivia, encontró que la mayor población de esta especie habita en las cuencas de Río Grande y Pilcomayo del departamento de Chuquisaca.
“Se ha encontrado 398 en lo que es la cuenca de Río Grande y Río Chico y en la parte de Pilcomayo 99 (…), casi 500 individuos, esto lleva a Chuquisaca a ser la zona donde más parabas de frente roja hay en Bolivia”, afirma a PANORAMA el líder del equipo que trabajó en Chuquisaca, Dirk Dekker.
RESULTADOS
En el censo nacional realizado en las cuatro cuencas interandinas donde habita esta especie se encontró un total de 1.160 parabas de frente roja: 482 en la cuenca del Mizque, 398 en Río Grande, 180 en la cuenca del Caine y 99 en Pilcomayo.
Por un censo previo efectuado en 2012 por biólogos españoles, la cantidad estimada de parabas era de 807. El incremento a 1.160, sin embargo, no las deja al margen del peligro de extinción.
“Se ha encontrado un número importante de parabas, más de lo que se pensaba que había”, informa el líder del equipo al mencionar que este es el censo más completo que se ha hecho para esta especie.
“Tomaron en cuenta una parte de Pilcomayo, no Rio Grande y Rio Chico”, dice Dekker, quien es también guía de observación de aves sobre el estudio previo en el que no se abarcaron todas las regiones de Chuquisaca.
A pesar de que en las cuencas de Chuquisaca vive la mayor población de parabas, la cuenca del río Mizque alberga la mayor cantidad de parejas reproductivas.
“Tiene el 53% en peñas de tres sitios”, dice el guía al recordar que la reserva de Omereque es la “zona estrella” para ver la paraba, pero, dado que en Chuquisaca hay un número importante, se podría aprovechar esto para el AviTurismo, es decir, para la observación de aves en su entorno natural.
El líder del equipo que trabajó en Chuquisaca, Dirk Dekker.
EL CENSO
El censo fue propiciado por la Asociación Armonía y la Fundación Natura Bolivia en colaboración con los parques nacionales Torotoro y El Palmar, dependientes del Servicio Nacional de Áreas Protegidas (Sernap).
Seis equipos se desplazaron a los lugares donde vive la paraba y completaron un total de 466 horas de observación en la cuenca del río Mizque; en Caine, que abarca de Torotoro a Potosí; río Grande, que atraviesa Chuquisaca y Cochabamba; río Chico; río Pilcomayo y el río que va de Tomina a Zudáñez.
Los resultados del censo nacional de la paraba frente roja serán publicados en canales científicos como un aporte a la ornitología y al estudio de las especies en peligro de extinción, lo que podría generar fondos para su conservación.
Asimismo, es un llamado para que los científicos y pobladores piensen en mecanismos que permitan a las comunidades cercanas a su hábitat convivir con esta especie.
Un ejemplar de la paraba frente roja fotografiada en Chuquisaca durante este trabajo estadístico.
EL EQUIPO DE CHUQUISACA
Antes del censo, todos los equipos recibieron capacitación en Omereque. En Chuquisaca, estuvo conformado por Dirk Dekker, Eleuterio Yucra, Juanito Escalante, Zaida Quispe y el estudiante Beymar Rodríguez.
Al principio, la comunidad de Bella Vista, Chuqui Chuqui, el área de Monte Villca y el pueblo Ovejerías, del Distrito 7 de Sucre, apoyó con la comida, hospedaje, información y buenas pistas. En el Palmar, recibieron la ayuda del jefe de Protección, Beimar Ramallo, y de las comunidades Charal, La Joya, Quivale, Sangamanga, Río Grande y la familia Peña.
Colaboraron también los pobladores de Tomina, Zudáñez, la comunidad el Oro y la profesora Sulma García.
ESTUDIO GENÉTICO
Aparte del conteo de parabas, los equipos de investigación recolectaron las plumas debajo de los dormideros, es decir los árboles donde anidan las frente roja, con el propósito de que sirvan de material para realizar un estudio genético.
“El laboratorio nos va a poder decir quién se ha mezclado con quién, qué población se ha movido de un lugar a otro, se mezclan o no se mezclan”, explica Dekker.
El estudio genético también permitirá conocer los diferentes linajes de esta especie. “Las plumas van a contar esa historia”, dice el investigador al referir que una especie tiene más futuro cuando existen varios linajes.
Son pequeñas y anidan siempre con la misma pareja
En relación a las parabas de la Amazonia, que son de gran tamaño y viven en zonas tropicales, la paraba frente roja es pequeña, habitan en montañas secas y valles andinos y vuela en grupos, cuando no se reproduce, desplazándose donde hay comida y para despistar a sus agresores.
Deben pasar dos años antes de su etapa reproductiva. “Los primeros dos años son juveniles que se mueven en grupos, como los solteros, hasta que encuentran pareja. Una vez que encuentran pareja, es para toda la vida. Cada año siempre se encuentran para anidar juntos con la misma pareja”, detalla el guía de observación de aves Dirk Dekker.
Durante la etapa de reproducción se separan del grupo y se mueven con otras parejas en busca de comida para el polluelo. Cuando es autosuficiente, vuelven a sus grupos. Viven en peñas rocosas y ahora se sabe también que en palmeras.
El Palmar
Los bosques de palmeras a los que ingresó el equipo de Chuquisaca son “casi impenetrables, a modo de machetero adelante para poder entrar”, detalla Dekker. Él elogia el trabajo de los guardaparques, con quienes llegaron a un sitio lejano a cualquier comunidad y soportaron varios días de lluvia.
”Sí o sí teníamos que saber dónde están las parabas, no hemos podido secar ni ropa ni zapatos y no se podía hacer fogata (…) Juntos, todos hablándonos con buenos ánimos, resbalando, cayéndonos y todo”, recuerda.
Dice que tuvieron que refugiarse en una semicueva, en medio de El Palmar, para realizar un verdadero descubrimiento.
Las parabas usualmente anidan en peñas y rocas, pero el equipo encontró un grupo pequeño que anidaba en troncos viejos de palmera.
“Nos gustaría saber por qué ahí, además en altura: 2.500 a 2.800 metros de altura”, agrega Dekker.