Alimentación complementaria escolar, una política que ayuda a mitigar los efectos de la crisis
Los beneficios que se procuraron en un municipio de Chuquisaca y en tres de Potosí
Unidades educativas de un municipio de Chuquisaca y de tres de Potosí se benefician con la política de la denominada Alimentación Complementaria Escolar (ACE), que desarrollan la ONG Cesatch y el Instituto Politécnico Tomás Katari (IPTK), respectivamente, para disminuir la deserción y la anemia en los estudiantes, mejorar el grado de aprovechamiento y aprendizaje y dinamizar la economía local.
El informe anual “Panorama Social de América Latina 2020”, de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), establece que hasta finales de 2020 el número de personas pobres ascendió a 209 millones, es decir, 22 millones más que en 2019, cuando más de 190 millones sufrían inseguridad alimentaria moderada o grave.
En Bolivia no se cuenta con reportes oficiales sobre la afectación de la multicrisis en la seguridad alimentaria; sin embargo, los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), a través de la Encuesta de Demografía y Salud (EDSA 2016), eran alarmantes para Chuquisaca y Potosí.
Por esa información estadística se sabe que la desnutrición crónica es del 16% en niñas y niños menores de cinco años, o sea, 11 puntos porcentuales menos que en 2008.
En 2016 la desnutrición crónica infantil era de 26,2% en Chuquisaca y de 29,8% en Potosí. Son los índices más altos del país.
LA ACE
La ACE es una estrategia de Seguridad y Soberanía Alimentaria que en los últimos años cobró mucha importancia a nivel internacional al ser incorporada de manera explícita en el Plan de Seguridad Alimentaria y Nutricional de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) 2025 y en las conclusiones de la 2° Conferencia Internacional de Nutrición (CIN).
La alimentación escolar es una de las políticas más trascendentales y sostenibles en el país. Empezó en 1951, en las escuelas de las empresas mineras, ferroviarias e industriales. Entre 1990 y 2000 se estableció como una competencia municipal y se basó principalmente en la dotación del desayuno escolar.
A partir de 2006, se cambió la denominación de desayuno escolar por Alimentación Complementaria Escolar (ACE), incluyendo un enfoque integral de salud, educación, desarrollo productivo y planificación, explica a PANORAMA el coordinador de Proyectos del Centro de Servicios Agropecuarios Técnicos Chuquisaca (Cesatch), José Luis Machaca.
“El propósito de esta política es aportar alimentos complementarios a los estudiantes para mejorar su estado nutricional y rendimiento escolar. Además, por su forma de abastecimiento posibilita las compras locales y puede tener efectos en la dinámica productiva de transformación y comercialización de productos”, agrega Machaca.
Por su parte, Mauricio Bustamante Rivero, coordinador de la Unidad Revolución del Conocimiento del IPTK, añade que “en estos tiempos de crisis múltiple, que rebasa lo sanitario mostrando efectos en lo político, económico, social, alimentario, ambiental y cultural, la política de la ACE puede ser una estrategia eficaz de lucha contra la pobreza, a través de la seguridad alimentaria, la soberanía alimentaria y la diversificación productiva”.
PRESUPUESTO PARA 200 DÍAS
Los alumnos de escuelas fiscales de las áreas urbana y rural deben recibir desayuno o almuerzo durante los 200 días que dura la gestión educativa anual. Para ello, los Gobiernos Autónomos Municipales (GAMs) destinan presupuesto según la región geográfica en la que se encuentran los planteles adonde los alimentos llegan en diferentes estados de preparación.
Los alimentos que se entregan a las escuelas urbanas ya están elaborados y fraccionados, listos para ser distribuidos y consumidos. Se trata de bolsas de leche, yogurt o jugo, una porción de galletas, de queque, miel o una fruta.
En cambio, en el área rural se entregan productos base no perecederos para la preparación de alimentos, como harina, aceite, arroz, fideo, azúcar, leche en polvo y hortalizas.
Cada día se preparan los alimentos sobre la base del trabajo comunitario y voluntario de los padres de familia. Por eso resulta necesario tener las condiciones para el almacenamiento, preparación y consumo de los productos.
EFECTOS DE LA MALNUTRICIÓN
Entre los efectos de la malnutrición no solo están la desnutrición crónica y aguda, sino también el sobrepeso y la obesidad, cuyos índices en Bolivia crecieron mucho en los últimos años producto de una mala alimentación y la carencia de procesos de educación alimentaria nutricional.
“Ante esta realidad, la ACE debería ser una estrategia esencial de los diferentes niveles de gobierno, conforme a sus competencias y atribuciones”, expresa Bustamante.
Dice que hay un avance normativo importante desde el nivel central del Estado, para el diseño, gestión, implementación y evaluación de políticas públicas, orientadas al ejercicio del Derecho Humano a la Alimentación Adecuada (DHAA) por parte de niñas y niños de unidades educativas fiscales y de convenio.
Según Bustamante, el desafío es incorporar en la dieta alimentaria productos locales, sanos, culturalmente apropiados y que dinamicen la producción de la agricultura familiar campesina, de asociaciones productivas de los municipios, de Organizaciones Económico Campesinas (Oecas) y de Organizaciones Económico Comunitarias (Oecom).
EN PRESTO, CHUQUISACA
En Presto, municipio de la provincia Zudáñez de Chuquisaca, como en tantos otros desde hace varios años se ofrece el desayuno escolar. Actualmente se beneficia a 1.650 niños y niñas de 30 unidades educativas.
Entre 2016 y 2021, con el respaldo de una ley municipal, se implementó la política de la ACE con el objetivo de universalizar la cobertura en todas las unidades educativas de Presto.
De los 25 ingredientes adquiridos, ocho son locales: harina de trigo integral, galletas de janchicoco, trigo pelado, api morado, miel de abeja, haba seca, arveja y cumanda, explica Liliana Flores, responsable de la Unidad de Nutrición Integral del Gobierno Autónomo Municipal (GAM) de Presto.
La compra se hizo a cuatro asociaciones por un valor de Bs 314.576, que representan aproximadamente el 39% del presupuesto total del Plan Operativo Anual (POA) 2021.
A partir de 2017 se lleva a cabo la evaluación del estado nutricional de los alumnos por medio de datos antropométricos. Así, se asegura que en los últimos cuatro años la desnutrición disminuyó en un 9%.
En cuestión de las calorías que se requieren a diario, se cubre más del 60% en nivel inicial, el 55% en primaria y un 50% en secundaria. El aporte de macronutrientes y micronutrientes también es considerable; por ejemplo, el promedio de oferta de consumo diario de hierro es de 7 miligramos.
CESATCH EN PRESTO
Con el apoyo financiero de Kinder Not Hilfe (KNH), el Cesatch aplica la política de la ACE en el proyecto “Fortaleciendo las capacidades de niñas, niños y adolescentes en su desarrollo Integral para una vida mejor en siete comunidades del municipio de Presto 2016-2022”.
Entre 2017 y 2018 procedieron con la construcción y refacción de comedores, cocinas y depósitos de alimentos en ocho unidades educativas, de acuerdo a un convenio con el GAM de Presto, con una inversión de Bs 1,01 millones de bolivianos y con contrapartes del Cesatch, KNH, GAM Presto y las comunidades beneficiarias.
El proyecto contempló en su presupuesto el equipamiento con mesas, sillas, estantes, platos, cucharas, vasos, horno y cocinas a gas, detalla, José Chambi, responsable de Alimentación Nutricional del Cesatch.
Machaca explica que durante el año 2020 las unidades educativas trabajaron un reglamento interno para el funcionamiento de sus infraestructuras alimentarias. Fue mejorado y consolidado este año a base de buenas prácticas, aplicación del reglamento y los protocolos de bioseguridad para cuidarse del coronavirus.
También capacitaron en higiene personal e higiene en la preparación de alimentos y brindaron apoyo técnico, fortalecimiento y rehabilitación de huertos escolares, entre otras actividades.
TRES MUNICIPIOS DE POTOSÍ
Con el fin de consolidar estos avances en la provincia Chayanta del departamento de Potosí –una de las regiones más pobres de Bolivia–, el IPTK promovió, junto con los GAM de Ravelo, Colquechaca y Pocoata, la evaluación de los servicios de la ACE y la generación de leyes municipales de seguridad y soberanía alimentaria, con sus respectivos decretos reglamentarios y programas municipales, proponiendo un enfoque de seguridad y soberanía alimentaria.
Todo esto se traduce en mejorar los conocimientos, actitudes y prácticas alimentarias de los estudiantes. Fortalecer las capacidades técnicas y administrativas de los GAM, las familias productoras, asociaciones productivas, Oecas y Oecom orientadas a la ACE.
Además, se promueven y fortalecen mecanismos de coordinación entre los diferentes niveles de gobierno, organizaciones sociales y de la sociedad civil y otros actores, y establecer mecanismos de seguimiento, monitoreo y evaluación de la ACE.
El IPTK lleva adelante el Programa de soberanía alimentaria en comunidades del Norte de Potosí. Entre 2012 y 2014 trabaja con el fortalecimiento organizativo y conformación de asociaciones productivas de esos municipios.
Entre 2015 y 2020 con la construcción de centros de acopio y equipamiento, de acuerdo a los rubros productivos, asistencia técnica en procesos de capacitación para la preparación, transformación y distribución de alimentos.
Asimismo, entre 2017 y 2019 trabajaron con incidencia en políticas públicas municipales de seguridad y soberanía alimentaria.
Actualmente reciben la ACE los estudiantes de las comunidades Ayoma, Tirina, Yoqona, Pampa Colorada, Collpa Rosario, San Miguel, Fito Jarana, Collana Tuica, Ockoruro, Chaca Fuco, Macha, Antora, Pitantora y Toroca.
La inversión que hace el IPTK en este proyecto (con el apoyo financiero de agencias de cooperación), asciende a 1.305.000 euros. El presupuesto para la ACE del municipio de Ravelo es de Bs 1 millón, de Pocoata Bs 1.554.000 y de Colquechaca Bs 2,7 millones.
De esa manera se posibilitó que los tres municipios comiencen a adquirir de manera directa diferentes productos locales, entre los que destacan el api frutado, miel, pan, queques, galletas de haba, maíz y trigo, entre otros. Actualmente la ACE trabaja con 35 asociaciones proveedoras.
“Es importante destacar que, si los municipios del país reglamentaran los decretos que posibilitan las compras de productos locales y orgánicos, los presupuestos para el desayuno, merienda y almuerzo escolar, generarían ingresos directos a los productores, para mitigar la crisis económica y social que se vive actualmente”, explica Bustamante.
Así se podría dar un salto cualitativo para la diversificación de la matriz productiva del país, que hoy se basa principalmente en la exportación de hidrocarburos y que depende de los ciclos alternos de bonanza o escasez de los precios de esas materias primas, que a su vez obedecen a coyunturas internacionales, concluye.
El IPTK informó que ha implementado huertos hortícolas, brindado asistencia técnica en procesos de producción y transformación de productos locales y apoyado procesos de elaboración de queso fresco y yogurt, entre otras acciones.
La idea de mostrar las experiencias y resultados de los cuatro municipios mencionados es que sirvan de ejemplo a los demás del país, para beneficio de los estudiantes.
CONTRA LA CRISIS
En este tiempo de pandemia emergieron diferentes tipos de crisis, a causa del aislamiento, afectando de una u otra forma a todos los sectores de las sociedades. Aparte de la estrictamente sanitaria la más grave, sin duda, es la económica, que aqueja mucho más al sector rural, allá donde las familias viven de la actividad agrícola.
En este marco, la política ACE ayudó a mitigar el hambre de los estudiantes de las unidades educativas porque recibieron una buena alimentación, con una dieta equilibrada y productos sanos que les ayudan a estar saludables.
De esos resultados también son partícipes las asociaciones proveedoras de la ACE, que en la mayoría de los casos desarrollan una producción agrícola diversificada en los municipios mencionados, beneficiando así a las mismas comunidades.
Sucre: Denuncias de presunto sobreprecio
Por la época de pandemia en la que vive la humanidad, en el municipio de Sucre se determinó reemplazar el desayuno escolar por canastas estudiantiles.
La secretaria municipal de Educación, Salud y Deportes, María Isabel Garrón, informó que la canasta estudiantil beneficiará a 76.948 alumnos de los cinco distritos urbanos de Sucre, con una inversión de 8,6 millones de bolivianos.
En la primera entrega cada paquete equivalía a Bs 112; constaba de arroz con leche, api amarillo, granolas de cereales con miel, galletas con quinua jengibre y miel, rollos con amaranto, pan tostado, bebida láctea saborizada, yogurt frutado y hojuelas de avena instantánea.
La organización de la segunda entrega de ese beneficio, que tendrá un valor aproximado de Bs 180, se vio opacada por denuncias de presunto sobreprecio. Por ejemplo, el queso tenía un costo de Bs 25 el medio kilo, cuando en el mercado se puede conseguir el kilo entre 26 y 40 bolivianos, dependiendo del lugar de procedencia y la marca.
Autoridades municipales y la dirigencia de padres de familia están revisando los precios y viendo la posibilidad de aumentar la cantidad de productos que se entregarán en la canasta estudiantil.
Falta rigurosidad en el control de productos
El 13 de octubre de este año un niño de la unidad educativa Voces Libres, ubicada en la zona sur de la ciudad de Cochabamba, encontró lo que a un principio se dijo que era un ratón en el interior de una bolsa de yogurt, como parte del desayuno escolar.
De acuerdo con el relato del niño, creyó que había una fruta en el yogurt.
El director de Desarrollo Humano de la Alcaldía cochabambina, Freddy Gonzales, anunció que se remitiría el caso a un laboratorio y que se tomarían las acciones correspondientes para preservar la salud de los estudiantes.
Luego de conocerse la denuncia, la empresa PIL Andina S.A. se pronunció mediante un comunicado indicando que “todos los productos del Programa de Alimentación Complementaria Escolar son elaborados y manipulados siguiendo rigurosos estándares y normativas en materia de inocuidad alimentaria, por lo que PIL Andina S.A. garantiza la calidad y confiabilidad de los mismos”.
Sobre este tema, el viceministro de Defensa del Consumidor, Jorge Silva, descartó que el cuerpo extraño encontrado en el yogur escolar correspondiera a restos de un roedor. Dijo que se trata de moho formado en el empaque del producto.
Este caso lleva a reflexionar sobre la importancia de que los productos del Programa de ACE sean elaborados y manipulados siguiendo rigurosos estándares y normativas en materia de inocuidad alimentaria, para garantizar su calidad y confiabilidad.