Aciertos y desaciertos de la gestión educativa 2021, y lo que viene

La palabra de las autoridades de Chuquisaca y Potosí y también de una especialista

PANDEMIA. La nueva experiencia de las clases virtuales para los más chicos.

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MODALIDAD. Un adolescente pasando clases por teleeducación, en el marco del programa Educa Bolivia.

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FUTURO. Educación proyecta el retorno a las clases presenciales.

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ANUNCIO. Se van a extremar las medidas de bioseguridad en clases presenciales.

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    Redacción Panorama
    Panorama / 27/12/2021 00:22

    Los directores departamentales de Educación de Chuquisaca y Potosí sostienen que la gestión educativa 2021 fue satisfactoria, pese a las dificultades ocasionadas por la pandemia. Sin embargo, Mónica Olmos, reconocida experta en Ciencias de la Educación, marca algunos desaciertos que hubo este año y que se pueden corregir para el próximo.

    VERSIÓN OFICIAL

    Marcelo Flores, director departamental de Educación de Potosí, dice que después de hacer un balance institucional con los 33 directores distritales, se determinó que el trabajo realizado en 2021 fue satisfactorio.

    No deja él de reconocer que se presentaron problemas –entendibles, por lo demás, en una época de pandemia como la que atravesamos todavía. Llevamos dos gestiones educativas bregando con el coronavirus, y los niños no han sido la excepción.

    Flores asegura que generaron la recuperación del derecho a la educación en todas las unidades educativas y la nivelación de los alumnos en los tiempos previstos. Que este año también promovieron a más de 11 mil bachilleres, muchos de los cuales recibieron títulos como técnicos medios.

    Además, el 87% de las unidades educativas concluyeron en 2021 con la modalidad presencial y el restante 13% terminó, de manera equitativa, con la educación a distancia y semipresencial.

    Los directores distritales también gestionaron la entrega de material e insumos de bioseguridad en sus municipios para las clases presenciales, en coordinación con padres de familia y maestros. 

    Flores también informa que el Ministerio de Educación organizó con los directores distritales procesos de formación continua de maestros, con el fin de fortalecer sus conocimientos.

    Por su parte, Juan Sacari, director de Educación de Chuquisaca, destaca que en este departamento se alcanzó un desarrollo curricular del 95,8%. El objetivo era llegar al 98% –admite la autoridad, antes de proseguir–; sin embargo el porcentaje conseguido denota esfuerzo, dedicación y compromiso de parte del magisterio para alcanzar tal resultado.

    También informa que en 2021 el porcentaje de aprobación en los niveles inicial, primaria y secundaria fue de 96,8%, con un 3,3% de reprobados. “Es decir, ese porcentaje es menor al de otras gestiones, gracias al esfuerzo que hicieron los estudiantes, padres de familia y maestros pero, sobre todo, las autoridades educativas”, remarca Sacari.

    Esta vez, curiosamente, hubo más deserción en el área urbana y se centró en el distrito Sucre.

    En resumidas cuentas, considera que la gestión 2021 fue positiva gracias al impulso que el Ministerio de Educación le dio a la plataforma educativa gratuita, la distribución de textos escolares, la implementación de radio clases y tele clases, y la otorgación de computadoras Kuaa y celulares.

    “Eso permitió generar mejores condiciones de educación para los estudiantes, especialmente de las zonas más empobrecidas”, sostiene él.

    LOS PROBLEMAS

    En este último tema, Olmos, comunicadora social con una maestría y un doctorado en Ciencias de la Educación, recuerda que los textos escolares llegaron con un retraso importante, obligando a adelantar un mes las vacaciones de invierno.

    Dice que otro problema es que este año el Ministerio de Educación apenas logró entregar 1.687 computadoras a maestros y lo hizo a partir del 30 de noviembre, cuando el año escolar estaba concluyendo.

    Y lo más grave, según Olmos, no dio internet gratuito para viabilizar la conectividad necesaria que requieren las clases virtuales, como ofreció.

    “No podemos olvidar que, según la Constitución Política del Estado, la educación es un derecho universal, gratuito y sin discriminación (Art. 17), se constituye una función suprema y primera responsabilidad financiera del Estado (Art. 77), y que el Estado garantizará el acceso a la educación y la permanencia de todos los ciudadanos en condiciones de plena igualdad (Art. 82)”, agrega al respecto.

    Y, a continuación, se pregunta en tono de cuestionamiento: “¿El gobierno de Luis Arce cumplió la Constitución este 2021?”.

    El panorama de la deserción escolar

    En agosto de este año, Vladimir Laura, representante de la Confederación de Trabajadores de Educación Urbana de Bolivia, informó que, debido al retorno de las clases presenciales y semipresenciales en el país, la deserción escolar, en comparación con el primer trimestre, había disminuido del 30% al 5%.

    La experta en Ciencias de la Educación Mónica Olmos califica esa idea de coherente, pero ratifica que el modelo educativo y académico es poco flexible, ya que tuvo muchas dificultades para migrar a la educación a distancia y, en particular, virtual.

    “Nuestro sistema ha sido diseñado para ser presencial y, dada su agobiante dependencia económica, administrativa y curricular del Ministerio de Educación, no ha sido capaz de gestionar una modalidad diferente, hecho que afectó de una u otra forma a las distritales, a los maestros, padres y estudiantes. Desde el ministerio se insistió en evitar el fracaso haciendo que las escuelas pasen clases presenciales e incidió en la recuperación de las tazas de deserción”, manifiesta.

    En cuanto a Potosí, Marcelo Flores, director departamental de Educación, entrevistado el jueves pasado, dijo que siguen haciendo un análisis minucioso para tener datos precisos.

    Su par de Chuquisaca, Juan Sacari, informó que este año la tasa de deserción en Chuquisaca fue del 2,7%, algo que consideró “alentador ya que estamos por debajo de los porcentajes de 2017, 2018 y 2019, que oscilaban entre el 2,2% y el 2,85%”.

    Luego, señaló: “En el 2020, cuando se clausuró la gestión educativa con la promoción automática de los estudiantes, sin esfuerzo alguno, se registró una tasa del 2,2%”.

    Clases presenciales: Volver, pero sin repetir lo mismo

    La especialista en educación Mónica Olmos es partidaria de volver a las clases presenciales para recuperar los aprendizajes perdidos y para que no se normalice la individualidad provocada por la virtualidad. 

    “Los niños y jóvenes necesitan correr por los jardines, patios y canchas que tienen los recintos educativos, para que los maestros los abracen y mimen, las psicólogas los escuchen y ayuden, para que los niños hagan travesuras”.

    También se refiere a los más grandes. Dice que los estudiantes tienen que desarrollar vínculos con sus pares y trabajar su inteligencia espacial, emocional, musical, etc. “Los jóvenes deben conocer a su primer amor”, agrega, entre otras cosas.

    “Son muchas las razones por las que deben volver, pero, ese retorno a clases debe ser seguro porque primero, antes que todo esto, está su vida”, recomienda Olmos.

    Sin embargo, aclara que el retorno a clases no debe ser para repetir lo mismo que se hacía antes de la pandemia, sino que ahora es momento de usar lo mejor de lo presencial y de los virtual.

    De lo contrario –añade la experta– será señal de que no se aprendió nada, “y ese es un lujo que no nos podemos dar”.

    Dos años de pandemia, una “educación diferenciada”

    En estos dos años de pandemia se destapó, mucho más que antes, la realidad de una “educación diferenciada”, indica la especialista Mónica Olmos. Sostiene que la calidad de los que pagan por la educación es muy diferente de la que no lo hacen.   

    No obstante, dice que este tema no pasa necesariamente por lo económico, sino, también, por la dependencia administrativa y curricular: para los establecimientos educativos particulares fue más fácil gestionar la virtualidad –como debió ser por las exigencias sanitarias– pero a los fiscales no les quedó otra –en la mayoría de los casos– que insistir con la presencialidad, arriesgando la salud de los estudiantes.   

    “¿Había otra alternativa en esas condiciones? No. ¿El Gobierno podía clausurar el año escolar como lo hizo (Jeanine) Áñez en el 2020? No. ¿Esto quiere decir que no había nada que hacer ni mejorar? No, porque la pandemia evidenció las brechas, pero también demostró grandes oportunidades. ¿Se las aprovechó? No”, reflexiona la experta.

    El rol de los padres en la “nueva” educación

    Los padres y las familias en general han sido fundamentales en el desarrollo de la educación a distancia. La pandemia sirvió para que se aproximen mucho más en este aspecto a sus hijos.

    Además, el sistema y la escuela se pusieron en evidencia con los niños pequeños, con los que tienen dificultades de aprendizaje o aquellos que son poco prolijos y exigidos.

    Es decir, los padres se vieron obligados a participar más en la educación de sus retoños, lo cual es positivo. Con los chicos mayores y mejor autogestionados, su intervención fue poca.

    En criterio de Mónica Olmos, comunicadora social con una maestría y un doctorado en Ciencias de la Educación, “los pedagogos (cuenta a los maestros también) son los más indicados para sostener un proceso educativo formal. Los padres no pueden desautorizar a la escuela, ningunear el trabajo del profesor o tomar decisiones que le corresponden a la escuela, a no ser que esta no haga bien su trabajo. Por eso es importante contar con verdaderos expertos. Los padres somos padres nomás, tenemos otro rol, no menos complejo ni menos comprometido pero otro rol”.

    ¿Politización de la gestión educativa?

    Continuamente se escuchan criterios en sentido de que la gestión educativa en Bolivia está politizada. Al respecto, el director departamental de Educación, Marcelo Flores, opina que ese es un criterio muy reducido frente a todo lo que tienen que hacer las autoridades en el ámbito educativo.

    Dice que ciertos aspectos corresponden a responsabilidades administrativas y al cumplimiento normativo. “Creo que las autoridades estamos cumpliendo, además tenemos que garantizar la estabilidad de la educación, el acceso y permanencia de los estudiantes en los establecimientos educativos y centros de educación superior”.  

    Sobre este criterios, el director departamental de Chuquisaca, Juan Sacari, sostiene que es una presunción sesgada y que la educación se rige según la Ley 070 que, según él, refleja la aspiración del modelo educativo que quieren los bolivianos.

    ¿Qué hacer para que la educación sea prioridad del Gobierno?

    Según Olmos Olmos, experta en Ciencias de la Educación, para que la educación sea una verdadera prioridad del Gobierno se deben desarrollar seis puntos:  

    1) Despolitizar la gestión educativa: “debe haber un retorno a la pedagogización (me permito usar el término) del sistema educativo”.

    2) “La gestión pública al interior del Ministerio de Educación y de todo el sistema educativo plurinacional debe transparentarse en el marco de la instauración de un gobierno abierto, que hoy comienza a ser ‘moneda de uso corriente’ en países democráticos”.

    3) La educación requiere la asignación de más presupuesto. Aunque lamentablemente ya se ha reducido para la próxima gestión.

    4) Comenzar a trabajar con un modelo de gestión integral en red, para empoderar a los gestores educativos locales y la población civil (padres de familia y maestros, principalmente), en procura de una verdadera descentralización educativa. (Es la única manera de conseguir una educación mejor atendida, con pertinencia y contexto. Sostiene que ese modelo de red debe tener una fuerte incidencia en lo pedagógico y tecnológico, y que es urgente que Bolivia incorpore la tecnología en su modelo educativo).

    5) Hay que instaurar una cultura de calidad educativa con un sistema de evaluación orientado a la mejora del proceso y del producto educativo. “No se hacen diagnósticos ni evaluaciones de medio término ni de término, esta es una grave debilidad de la educación en el país porque se trabaja a ciegas”.

    6) Replantear la formación docente; la educación e instrucción de los maestros es una sentida necesidad.

    ¿Qué nuevas estrategias tendrían que aplicarse en 2022?  

    • Si las condiciones sanitarias empeoran (como en Europa y Norteamérica), y las cifras de contagios y decesos aumentan en Bolivia, el Ministerio de Educación debe mantener las clases a distancia.   

    • Si la situación se torna manejable, como en el último semestre, lo aconsejable es retornar a clases presenciales, exigiendo medidas rigurosas de bioseguridad y vacunas al día.

    • Contar con agua en los baños y alcohol en las aulas, mantener un aforo recomendado en aulas y aplicar medidas necesarias para controlar y aislar los casos sospechosos o declarados.

    • Si los establecimientos educativos no son capaces de identificar, aislar y controlar los casos de covid-19, quiere decir que no tienen la capacidad para retornar a las clases presenciales.

    • Si se maneja un modelo a distancia e incluso híbrido (presencial y a distancia), deben ofrecer todas las condiciones tecnológicas (plataformas educativas) y materiales didácticos complementarios.  

    • Los maestros, en todos los niveles de la educación, también tienen la necesidad de seguir aprendiendo sobre el manejo de aulas virtuales con pedagogía y recursos adecuados para ellos.

    FUENTE: Mónica Olmos

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  • gestión educativa
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