¿Por qué el covid-19, a punto de ser noqueado, puede volverse más agresivo?
Varios expertos hablan sobre el comportamiento del coronavirus y brindan consejos
"Si queremos vivir un 2023 absolutamente normal, deberíamos ponerle más empeño en hacernos vacunar y cuidar las medidas de bioseguridad en el primer semestre de este año”, dice Enrique Díaz, vocero del Comité Científico Departamental de Chuquisaca.
Según datos del Ministerio de Salud, hasta la noche del jueves 3 de febrero, en Bolivia se contagiaron de coronavirus 867.071 personas y fallecieron 21.073 personas por esa patología.
Díaz manifiesta que pese a tener cierto porcentaje de la población vacunada (hasta el 2 de febrero, 57,7% con primera dosis, 45,1% con las dos y 7,6% con la tercera), además de nuevos antivirales, existe el riego de que sigan surgiendo nuevas variantes ya que continúan dándose contagios y las personas recién infectadas se multiplican más.
“Las variantes son más contagiosas, pero menos agresivas. Sin embargo, ese caso puede revertirse en cualquier momento, el virus se puede volver inmune a las vacunas”, advierte.
“Es como si tuviéramos al covid a punto de noquearlo entre los nuevos antivirales, la población vacunada y las variantes menos agresivas; pero, si dejamos de vacunarnos y de protegernos, el virus tomará un nuevo aire y puede volverse mucho más agresivo que incluso la cepa original”, agrega.
La recomendación médica, en ese sentido, es tomar conciencia, hacerse vacunar y seguir poniendo en práctica las medidas de bioseguridad, que continúan vigentes: uso de barbijo, distanciamiento social, evitar lugares concurridos, desinfectarse con alcohol y el lavado de manos continuo, para prevenir contagios y todo los problemas sociales y económicos que conlleva a las familias el coronavirus.
SÍNTOMAS
Delta: Fiebre, dolor de cabeza, tos, falta de aire o disnea, son los principales síntomas. Los pacientes cuyo estado se complica llegan hasta terapia intermedia o intensiva, porque sufren de insuficiencia respiratoria y requieren de internación y uso de oxígeno.
Ómicron: Tos seca, dolor de cabeza, dolores musculares, especialmente en la región dorsal de la espalda, flujo nasal abundante (rinorrea), dolor de oído y de garganta. Esto se debe a que hay más compromiso de la vía superior, donde se compromete la nariz, la faringe, la garganta y los oídos.
Tomar en cuenta
• En la cuarta ola sigue habiendo casos de la variante delta y los más afectados son personas de la tercera edad; algunas se infectan pese a estar vacunadas. Por eso hay hospitales saturados.
• En esta última ola hay casos de reinfección, es decir, de gente que pasó la enfermedad y después de algunas semanas se contagiaron por segunda vez con la ómicron.
• Hay que seguir poniendo en práctica el uso de barbijo, el distanciamiento social, evitar lugares concurridos, lavarse las manos y desinfectarse continuamente con alcohol.
• Es importante reforzar el sistema inmunológico con una alimentación variada y equilibrada, rica en vitaminas, con frutas y verduras.
• Hay gente que sufre complicaciones neurológicas asociadas al virus: persistentes dolores de cabeza o musculares en las extremidades inferiores, calambres.
Neumóloga: La afectación del covid
Hasta el momento se han reportado siete variantes del covid-19: alfa, beta, gama, delta, ómicron, MU en Colombia y lamda en Perú, aunque se tiene muy pocas referencias sobre las dos últimas.
Según Andrea Argandoña, neumóloga del Hospital Santa Bárbara, de todas las variantes, las más conocidas por su alta tasa de contagio o transmisión son la delta y ómicron. La primera, por su alta capacidad de transmisión; la segunda, por ser más contagiosa, aunque menos severa.
El Gobierno oficializó la presencia de ómicron en territorio nacional el pasado 10 de enero.
“En realidad, el covid no duele porque no tiene enervación; lo que duele es la parte muscular. Hay que tener en cuenta que el coronavirus es una enfermedad sistémica; si bien la mayor afectación es en la parte respiratoria, también hay afección neurológica y, dentro de ellas están las mialgias (dolor en los músculos por la contractura de ellos)”, explica Argandoña.
Cómo ha cambiado la sintomatología
Los síntomas producidos por el covid-19, desde el inicio de la pandemia, fueron variando a medida que iban surgiendo las mutaciones en estos dos años de pandemia, según explica Narda Coronado, jefa del Servicio de Consulta Externa del Hospital Daniel Bracamonte de Potosí.
En un inicio había pacientes con anosmia, dispepsia y una rápida progresión de dificultad respiratoria; posteriormente se añadieron síntomas intestinales, como vómitos y diarrea. Ocasionalmente, conjuntivitis o lesiones dérmicas.
Sin embargo, en la actualidad, con la aparición de nuevas mutaciones, hay mayor riesgo de infección y de reinfección, en los casos de pacientes enfermados con anterioridad.
Ellos presentan tos seca, congestión nasal y dolor muscular generalizado y tienen la sensación de que la garganta está irritada.
“La sintomatología ha variado mucho. Ya no encontramos los primeros síntomas. Pero llama mucho la atención que las personas que ya cursaron covid-19, tienen mayor riesgo de reinfectarse”, manifiesta Coronado.
La razón del cambio de síntomas
El cambio en los síntomas de covid-19 ocurren por dos causas: por la población no vacunada y por la mixta (entre vacunados y no vacunados), dice Enrique Díaz, vocero del Comité Científico Departamental de Chuquisaca.
Hace notar que ese detalle incide notoriamente en la presentación clínica de la enfermedad. La otra causa es lo que se denomina “mutagenicidad virológica”.
En un principio, los cuadros de covid-19 eran mucho más dramáticos, se alteraba el sentido del olfato y del gusto, había más neumonías que ahora, problemas gastrointestinales y mucho insomnio.
En cambio, ahora, con las últimas variantes surge una característica especial en los enfermos con covid: se ponen muy ansiosos y se estresan.
Díaz indica que se reportan estudios en los que se menciona una acción directa del virus sobre ciertos centros del encéfalo, relacionados con la ansiedad y hasta la depresión.
“La base de la sintomatología sigue siendo el tema respiratorio, pero con las últimas variantes se reduce más a las vías respiratoria altas, con poca expresión de temas neurológicos. No es una totalidad, hay pacientes que siguen presentando los anteriores síntomas pero, en la generalidad, son más de vía respiratorio alto y el tema de la ansiedad que es más proclive con estas variantes”.
La expresión sintomática en la población vacunada es más tenue, no tan llamativa como en la población no vacunada. Hay excepciones, dice Díaz.
¿Qué pasa con los niños?
En las familias cuando alguno de los miembros tenga síntomas de cóvid-19, debe aislarse para no contagiar a los más pequeños de la casa, que en esta cuarta ola resultaron los más afectados.
Andrea Argandoña, neumóloga del Hospital Santa Bárbara, aconseja a los padres reforzar su sistema inmunológico con una alimentación saludable, rica en frutas y verduras. Y al primer síntoma que presenten, acudir a un médico para evitar complicaciones.
Las secuelas del coronavirus
Las secuelas de una persona que tuvo coronavirus también varían mucho. Algunos pasaron por cuadros leves y recibieron tratamiento domiciliario, otros se internaron en una sala común y están los desafortunados que pasaron por terapia intensiva.
Dependiendo del grado de lesión a nivel pulmonar, pueden presentar diferentes secuelas posteriores a la enfermedad.
Por ejemplo, una gran parte de los pacientes que tuvieron cuadros entre leves y moderados tuvieron que esperar hasta cinco o seis meses para recuperar la sensación de sabores y olores.
Los que estuvieron en las Unidades de Terapia Intensiva con cuadros severos y lograron sobrevivir sufren de fibrosis pulmonar, una secuela irreversible que produce dificultades respiratorias de por vida. Algunos pueden rehabilitarse, pero no de forma completa.
Covid prolongado, negativos y trabajo
Existen casos de covid-19 prolongado. Hay pacientes que permanecen con la sintomatología desde el inicio de la enfermedad hasta por lo menos tres meses después que empezaron los síntomas.
Las fuentes médicas consultadas por PANORAMA dicen que esa situación depende de factores inmunológicos, nutricionales, factores de riesgo, comorbilidades y otros.
Andrea Argandoña, neumóloga del Hospital Santa Bárbara, dice que le llama la atención los síntomas poscovid, ya que puede tratarse de una enfermedad duradera. En pacientes que ya cursaron la patología, persisten algunas molestias como sudoración profusa en las noches y decaimiento físico general, que no les permite hacer sus actividades cotidianas.
Algunos también se quejaron de hormigueo en las extremidades inferiores y superiores.
Desde que una persona está en contacto con otra contagiada, el periodo de incubación dura dos o tres días, y entre el tercer y quinto día se manifiestan los síntomas. Una vez que se valora al paciente como positivo se cuentan siete días y se lo considera como negativo. Entonces, ya debe reincorporarse a su fuente laboral.
¿Qué pasa si sigo dando negativo?
Actualmente, así como pasó en la primera ola, hay personas que pueden estar un mes con la enfermedad y siguen dando positivo a la prueba de coronavirus.
Eso se debe a que aún existen restos del ADN del virus en las mucosas y son detectadas con las pruebas, pero, si el paciente ya no presenta ningún síntoma durante la valoración, se lo considera como negativo, explica Andrea Argandoña, neumóloga del Hospital Santa Bárbara.
El tiempo de contagio varía de una persona a otra. Por ejemplo, se dice que aquellas que enfermaron pese a tener las tres vacunas contagian menos tiempo, en cambio las que no están vacunadas contagiarían más tiempo.