El desconocido bosque primario chuquisaqueño amenazado por desmontes para ganadería

El lugar denominado Las Chapeadas o Montes Chapeados, pese a ser uno de los pocos bosques primarios que quedan en el departamento de Chuquisaca y a su importancia para el ecosistema y la biodiversidad, no se encuentra declarado como área protegida, quedando a merced de los desmontes por la actividad

Desde el año 2000 la ganadería ha cobrado fuerza en la zona, especialmente desde la incorporación de la raza cebuina.

Desde el año 2000 la ganadería ha cobrado fuerza en la zona, especialmente desde la incorporación de la raza cebuina. Foto: Gentileza

Desde el año 2000 la ganadería ha cobrado fuerza en la zona, especialmente desde la incorporación de la raza cebuina.

Desde el año 2000 la ganadería ha cobrado fuerza en la zona, especialmente desde la incorporación de la raza cebuina. Foto: Gentileza

La cría de peces de la variedad pacú

La cría de peces de la variedad pacú Foto: Gentileza


    Mercedes Bluske y Luis Alberto Guevara (*) 
    Panorama / 07/03/2022 14:10

    Ser testigo de los estrellados anocheceres, los paradisíacos paisajes boscosos e incontables historias que ofrece el lugar, es un privilegio del que pocos pueden disfrutar.

    Situada entre los municipios de Culpina e Incahuasi pertenecientes al departamento de Chuquisaca, en el corazón de Bolivia, Las Chapeadas o Montes Chapeados son un pequeño paraíso de la biodiversidad al que pocos han podido llegar debido a su desafiante acceso y desconocido atractivo. 

    Verdadero tesoro escondido

    Preciada por ser parte del bosque Tucumano-Boliviano, Las Chapeadas es el registro más austral que se tiene del emblemático oso jucumari u oso andino (Tremarctos ornatus), según informan desde la fundación Naturaleza, Tierra y Vida (Nativa), pues su bosque frondoso y la presencia de bromelias, una de las principales fuentes de alimento del oso, la convierten en un lugar adecuado para su conservación.

    Por su parte, es hogar del loro pinero (Amazona tucumana), el cual ha sido categorizado como Vulnerable según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y el Libro Rojo de la Fauna Silvestre de Vertebrados de Bolivia, y cuya distribución se restringe a la estrecha franja de bosques nublados del sur de Bolivia y Argentina, siendo Las Chapeadas una de las zonas donde se encuentra la mayor concentración de esta especie, junto con Villa Serrano y la Reserva Nacional de Flora y Fauna Tariquía.

    El jaguar, varias especies de monos y loros, también han hecho de estos bosques su casa, resaltando su diversidad biológica.

    “Está muy cerca de la Reserva Nacional de Flora y Fauna Tariquía, por lo que se podría constituir en un corredor de biodiversidad”, explica Iván Arnold Torrez, director de la Fundación Nativa, sobre la importancia de Las Chapeadas como un territorio fundamental para formar un corredor ecológico entre el sur de Bolivia y el norte Argentino.

    Ante estas y otras particularidades que convierten a la zona en un lugar privilegiado para la biología y ecología, ya por el año 2003 un estudio trabajado por los municipios de Culpina e Incahuasi en coordinación con la Cooperación Danesa, planteó la creación de un área protegida en Las Chapeadas.

    Los hallazgos del estudio consideraban oportuno otorgarle la categoría de Reserva de Vida Silvestre, por ser compatible con las poblaciones humanas, así como con las actividades desarrolladas por ese entonces por los pobladores. Sin embargo, esto nunca sucedió.

    El estudio se quedó con la redacción del proyecto de ley pulido y listo para ser presentada al gobierno del entonces presidente Carlos Mesa Gisbert, pero el mismo nunca fue introducido al parlamento ni recibió un número de proyecto, a causa de la coyuntura política de aquel entonces, marcada por la renuncia del entonces presidente y la posterior elección de Evo Morales como autoridad en 2005.

    Al respecto, el alcalde de Culpina, Víctor Gallardo, recuerda que ese proyecto fue rechazado por la gente de las comunidades de El Palmar en la consulta social, debido a que, a su criterio, “se tergiversaron las cosas”.

    “Decían que no les van a dejar criar animales, no les van a dejar hacer ninguna actividad de sobrevivencia”, explica Gallardo al respecto.

    Ante la desinformación, los comunarios empezaron a preguntarse cómo iba a continuar su desarrollo si no iban a poder criar ganado, sembrar pasto, ni recolectar miel.

    El temor a no poder trabajar la tierra derivó en el fracaso del proyecto, según recuerda el Alcalde de Culpina, aunque asegura que es un tema que hay que trabajar y que la municipalidad a su cargo, “está en eso”.

    Como consecuencia, hoy Las Chapeadas continúa siendo un desconocido bosque primario; uno de los pocos en el departamento de Chuquisaca, y ha quedado a merced de los desmontes por la ganadería y la construcción de un camino.

    Ganadería

    Desde hace muchos años que la zona se ha convertido en un lugar para la explotación de ganado vacuno, pero es a partir del año 2000 cuando este rubro comienza a desarrollarse mucho más con la apertura del camino Tacurbite-El Palmar y Cañón Verde-El Palmar, según recuerda el presidente de la Asociación de Ganaderos de El Palmar (Agapal), Efraín Carvajal.

    “A partir de la llegada del camino carretero ha ido surgiendo más y más la ganadería”, precisa Carvajal.

    En ese contexto, la Agapal nació el 22 de mayo del año 2000 con personería jurídica y a partir de ese entonces, los ganaderos gestionan asistencia técnica de la Gobernación de Chuquisaca, de los programas Proyecto Alianzas Rurales (PAR) e Inclusión Económica para Familias y Comunidades Rurales (Accesos), dependientes del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras.

    “De ahí surge mayormente la ganadería para una raza cebuina, una raza mejorada”, y añade que a diferencia de la raza criolla que vive en el monte, el ganado cebuino requiere de pastura.

    De hecho, el trabajo con la raza mejorada cebuina llevó a productores ganaderos a desmontar para habilitar pasturas donde se crían ahora las nuevas variedades de ganado.

    Para conocer qué impacto pudo haber causado esta actividad en los últimos 20 años en la zona de El Palmar, solicitamos información al director departamental de la Autoridad de Bosques y Tierras (ABT) Chuquisaca, Enrique Vedia, quien indicó que si bien esa estadística se puede lograr, “no podían hacerlo por falta de personal debido a que el proceso era moroso”.

    Sin embargo, es un hecho que el desmonte o chaqueo ha sido constante incluso al margen de la ley, aduciendo falta de socialización de las normas por parte de la institución responsable, según señalan los productores agropecuarios de El Palmar.

    “Anteriormente no sabíamos nada de la ley de la ABT, no se socializó mucho por acá, entonces estábamos desmontando, pero siempre cuidando la madre tierra”, explica Carvajal.

    Datos propiciados por el representante de los ganaderos indican que en un predio de “unas 100 o 200 hectáreas, un 40% o un 50% sirve para desmontar o para hacer pastizales, el resto no sirve. Es así nuestra vivencia, nosotros siempre vamos a cuidar”.

    Por su parte, Gallardo asegura que hay un apoyo brindado desde la Alcaldía de Culpina a los comunarios que quieren tramitar planes de desmonte para habilitar áreas de pastura o, en su defecto, para agricultura.

    Al respecto, el director municipal de Desarrollo Productivo de la Alcaldía de Culpina, Hermindo Villalpando, explica que el 2021 se brindó asesoramiento a 19 comunarios de Timboy de Monte Mayor para que la ABT les autorice el desmonte de bosque de hasta 20 hectáreas por propietario.

    Sin embargo, una vez autorizado, el desmonte no se realiza en un solo año, sino que el interesado lo hace de acuerdo a sus necesidades. “Media, una o dos hectáreas al año”, precisa Villalpando.

    Para el Director de Desarrollo Productivo de la Alcaldía de Culpina, esta es la mejor forma de trabajar brindándole asistencia técnica al productor ,para que no incurra en la ilegalidad y maneje su predio de manera adecuada.

    “Los planes de desmonte vienen planificados, no pueden hacer cualquier cosa y la ABT controla y verifica en campo, para ver si autorizan o no el desmonte de lo que están planteando”, refuerza Gallardo.

    “Nosotros estamos creciendo”, afirma el presidente de Agapal al señalar que la meta de los ganadores de El Palmar es convertirse en una referencia del ganado mejorado en el país.En ese afán, el ganadero asegura que se está invirtiendo en ganado con la incorporación de toros valorados entre 2.000 y 3.000 dólares, traídos de Santa Cruz.

    ¿Esto implicaría más desmonte? Para Carvajal la respuesta está en la búsqueda de otros métodos. “Ya no mucho el tema de desmonte, sino poner pasturas de corte que con una hectárea, puedes mantener 10, 15 vacas, ya no 2 o 3, como se tiene en pasto abierto”.

    El Palmar cuenta con aproximadamente 25.000 cabezas de ganado vacuno, según la referencia de Agapal, quien confirma que se extienden por todas Las Chapeadas.

    Carvajal confirma que los ganaderos tendrán un financiamiento de 3 millones de bolivianos del Proyecto de Alianzas Rurales (PAR), para el mejoramiento de ganado, cerramiento y manejo de mangas. “O sea, nos estamos adecuando a lo que es el cuidado de la Madre Tierra, vamos a respetar aquello”.

    “Tenemos que criar aún más ganado, porque hemos visitado algunas estancias por Santa Cruz hacia la frontera, donde con 5 o 6 hectáreas están criando de 100 a 200 cabezas, con 5 hectáreas de pasto de corte”, resalta el presidente de Agapal.

    * Este reportaje fue elaborado en colaboración entre Correo del Sur, Verdad con Tinta y la Red Ambiental de Información-RAI)

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