Codicia e intolerancia, enemigas de los adultos mayores
Si quieren ceder sus bienes o dar poder a otra persona, deben pasar por una valoración psicológica
Cada vez se incrementa más el maltrato en contra de los adultos mayores en Sucre y en otras capitales del país. Son reiterativos los casos que se atienden diariamente en los Programas Municipales del Adulto Mayor.
Uno de los principales problemas que enfrentan las personas de la tercera edad se relaciona con el patrimonio que forjaron con años de trabajo y que muchos hijos les arrebatan, incluso contra su voluntad, por medio de engaños y agresiones.
Otra enemigo que enfrentan, en medio de otros abusos, es la intolerancia que sufren los progenitores de avanzada edad de parte de sus vástagos, quienes los discriminan y muchas veces los abandonan.
Cifras que duelen
Para muestra un botón. Entre enero y diciembre de 2021, el Programa del Adulto Mayor atendió 136 casos de vulneración de derechos de personas de la tercera edad en el municipio de Sucre. Todos los casos fueron concluidos.
Del total, 55 fueron por asistencia familiar, 17 por desapoderamiento, 17 por violencia física, 11 por lesiones gravísimas, 7 por deudo y reajuste salarial, 6 por abandono, 5 por lesiones leves o graves, 5 por acogimientos en centros de larga estadía, 5 por violencia patrimonial y económica, 3 rescates de adultos mayores, 2 por amenazas, 2 por violencia psicológica y 1 por violencia familiar o doméstica.
Mientras que entre enero y marzo de este año, la misma oficina atendió 228 casos de vulneración de derechos en contra de los adultos mayores, 92 más que en todo 2021 en tan solo tres meses. De estos, 168 se concluyeron y 60 están en proceso.
Son 28 por conflicto familiar, 10 por reconocimiento de deuda, 7 por desapoderamiento, 6 por devolución de dinero, 5 por asistencia familiar, 3 por estafa, 2 por abuso de confianza, 1 por secuestro, 1 por homicidio, 1 por doble partida de nacimiento y de matrimonio, 1 por violencia familiar y doméstica.
Asimismo, se hicieron 22 valoraciones por instructiva de poder y 53 por minutas de transferencia.
UN CRUDO DESAMOR
Orlando Baptista Vásquez, responsable del Programa Municipal del Adulto Mayor de Sucre, funge este cargo desde noviembre de 2021 y comenta que el desamor de muchos hijos hacia sus padres ya ancianos preocupa: no entiende el porqué de la actitud hacia los adultos mayores.
Piensa que quizá cuando los hijos construyen una nueva familia ven a sus padres con otra visión y los consideran una molestia.
“Cuando nuestros padres nos criaron, dieron lo mejor de ellos por nosotros, pero prácticamente no estamos devolviendo lo que ellos han hecho, haya sido mucho o poco, pero lo han hecho. Gracias a eso hoy somos lo que somos, pero no estamos entendiendo de que como hijos tenemos el deber de velar por nuestros padres”, opina Baptista.
Menciona específicamente un caso en el que dos hermanos pidieron a su padre que les entregue en vida su terreno, en tanto que el tercero se opone, dice que la propiedad debe seguir en manos de su progenitor hasta que fallezca o en el caso de que necesite dinero pueda venderlo para satisfacer sus necesidades.
Ahí nacen las peleas entre hermanos y someten a una agresión psicológica permanente a su papá mediante sus exigencias, relata Baptista.
Jeaneth Villacorta, psicóloga del Programa del Adulto Mayor, habla de otro caso en el que un adulto mayor dispuso en vida el traspaso de sus bienes a sus hijos de forma igualitaria, creyendo que se harían cargo de él en su vejez. Pero ahora resulta que, después que se hizo el cambio de nombre de los bienes, los vástagos ya no quieren responsabilizarse de su padre, justo en la casa que les dio.
En muchos casos, la intolerancia de los hijos hacia los padres es alarmante. Mientras más años cumplen, van perdiendo sus capacidades físicas y hasta mentales, por eso requieren de paciencia, amor y comprensión.
No obstante, muchos hijos carecen de tolerancia y entendimiento, y más bien aplican hacia ellos prepotencia y quieren que sigan haciendo las cosas con la misma fuerza y energía de unos jóvenes, manifiesta Baptista.
Leyes de protección de adultos mayores
Actualmente, coexisten en el país la Ley 1886 de Derechos y Privilegios de Personas Adultas Mayores y la ley 369 General de las Personas Adultas Mayores.
La Ley del notariado plurinacional tiene un reglamento que habla de los adultos mayores. Indica que cuando una persona mayor de 60 años quiere traspasar sus bienes o dar poder a otra, tiene que pasar, necesariamente, por una valoración psicológica para constatar que realmente quiere hacerlo por voluntad propia y no inducido u obligado por otro sujeto.
Dunia Barrancos, abogada del Programa del Adulto Mayor, explica que los notarios mandan al Programa del Adulto Mayor una solicitud de valoración psicológica para que entrevisten al adulto mayor sobre el documento que quiere hacer.
Una vez evaluado, la psicóloga emite un informe y da una calificación de acuerdo con la capacidad mental del evaluado y si está dentro lo que corresponde.
Barrancos dice que antes eran comunes los casos de personas de la tercera edad que con engaños les hacían firmar o colocar su huella digital en traspasos o poderes para despojarlos de sus bienes. Ahora con la Ley del notariado plurinacional se están evitando esos engaños, asegura.
Vida digna para un sector vulnerable
Tatiana Caballero, administradora del Programa del Adulto Mayor, indica que muchas familias piensan que con darles un cuarto y comida a los adultos mayores están cumpliendo, sin entender que los mantienen encerrados sin afecto ni atención.
Dice que para que tengan calidad de vida se les tiene que dar amor, atención y distracción. Llevarlos a comer afuera de vez en cuando, aunque tengan dificultades para movilizarse.
Como cada vez aumenta la población también se incrementan las necesidades. Previendo ese crecimiento, en esta gestión del alcalde, Enrique Leaño, el Programa del Adulto Mayor sale a las calles para localizar a adultos mayores en estado de abandono, para ver si tiene familia o documentación.
A aquellos que viven como si no hubiesen nacido, es decir carecen de documentos, el Programa del Adulto Mayor les ayuda a gestionar su certificado de nacimiento, cédula de identidad, acceso a la Renta Dignidad e inscripción al el Seguro Universal de Salud (SUS), es decir les dan la oportunidad de acceder a los derechos y garantías que brinda el Estado.
Asimismo, ven la forma de internar a los que están en abandono o requieren de atención especial en el Hogar 25 de Mayo, que es de administración municipal, o en el Raúl Otero y Santa Rita, administrados por el Servicio Departamental de Gestión Social (Sedeges).
Además de esos tres lugares, hay cinco geriátricos privados como el Hogar Mercedes y Padre Miguel, entre otros.
Caso no denunciado que grafica una cruda realidad
PANORAMA conoció la siguiente historia que está en curso. Trata de dos hermanos cuya identidad se guarda en reserva y usamos ficticios para esta publicación.
Teresa (85 años), no tiene hijos, quedó viuda en 2019 después de 33 años de matrimonio. Es maestra jubilada con más de 30 años de servicio. Al quedar viuda, según la ley, también empezó a percibir la pensión de su esposo como cónyuge heredera.
Sin embargo, Gastón, su único hermano, abogado de profesión ya jubilado de una conocida empresa nacional, unos años menor que ella, valiéndose de artimañas le hizo firmar un poder para que él sea el que administre su dinero y recoja la pensión de ella y de su esposo fallecido.
No contento con eso, haciendo figurar una venta ficticia, puso la casa de Teresa, su hermana, a su nombre.
Con el dinero que Teresa tenía ahorrado en el banco tomó en anticrético dos habitaciones precarias en planta alta, ambos espacios divididos por una grada de diez centímetros de alto, piso de cemento y dos ventanas que dan al patio sin seguros.
La cocina y el baño se ubican en la planta baja, para acceder a esas reparticiones hay que bajar 15 peldaños que representan un gran peligro para una persona de edad avanzada.
Gastón contrató a una trabajadora del hogar para que cocine y lave las cosas de Teresa, de lunes a sábado, desde las 8:00 hasta las 14:00. Los domingos le lleva la comida.
En las tardes, Teresa se queda sola y encerrada ya que, según arguye Gastón, huyó de casa en cuatro oportunidades, exponiéndose a sufrir un accidente de tránsito, caídas o ser atacada por canes.
Entonces, optó por colocar en la puerta de ingreso “del departamento” un candado externo sin asegurar, para que la dueña de casa le “auxilie” si así amerita.
Hasta hace cinco años, Teresa era una mujer muy conservada para su edad, totalmente activa y productiva, que, como pocos adultos, salía a trotar todos los días a las 6:00 durante una hora. Llevaba una vida metódica y sana, cuidaba de alimentarse sanamente.
Empero, en menos de un año, la salud de Teresa decayó totalmente. Según su hermano, sufre de demencia senil, ya no reconoce a nadie y empezó a tener conductas raras.
La dueña de la casa donde habita Teresa cuenta que la mujer se queda sola desde las 14:00 hasta las 8:00 del día siguiente, sin acceso al baño.
Por ende, por la edad que tiene no puede contener sus necesidades fisiológicas y muchas veces “se hace vencer”. Asimismo, la mujer cuenta que Teresa –por la soledad en que vive– muchas veces grita, tira cosas por la ventana en (una ocasión lanzó su dentadura postiza que se hizo trizas al impactar en el piso, ahora no tiene dientes), llora y golpea las paredes preocupando a los vecinos inmediatos.
Además, agrega que, si bien Gastón hace compras para toda la semana, solo adquiere lo mínimo y le priva de tener una buena alimentación a su propia hermana.
Es decir, dispone una mínima cantidad de dinero para la manutención de su hermana y se queda con el resto. Cuando bien podría contratar a una trabajadora del hogar las 24 horas del día para que Teresa esté bien atendida y acompañada o contratar a dos personas para que una esté en el día y la otra le acompañe en la noche.
Esta historia solo es una de tantas que viven muchos adultos mayores expuestos a la codicia de sus familiares, cuando tendrían que ser los que los protejan y velen por su bienestar en los últimos años de su vida.
Ejercerá sus derechos a los 90 años
Ser del área rural, analfabeto y sin referentes familiares han sido las causas para que se vulneren los derechos de Leandro Aceituno Colque, que recién ejercerá sestos a los 90 años de edad, en el ocaso de su vida.
El Programa del Adulto Mayor realiza las gestiones correspondientes para la regularización de sus documentos de identidad, trámite que se efectúa con apoyo del Servicio de Registro Cívico (Serecí) y de las vendedoras del Mercado Central (comedor nocturno), que respaldan económicamente esta causa.
Aceituno trabaja desde hace más de 20 años como cargador ayudante de las señoras del comedor nocturno, informa, Paola Castro, trabajadora social del Programa del Adulto Mayor.
Así, Aceituno pronto podrá gozar del derecho a una identidad, eso le permitirá ejercer el derecho a la salud y beneficiarse con el trámite de la Renta Dignidad. Será acompañado por el programa municipal en todas las instancias hasta lograr el objetivo.
Asimismo, trabajan con la instancia correspondiente para solicitar un espacio en el Hogar 25 de Mayo, aunque por ahora la decisión del adulto mayor es permanecer en el Mercado Central, donde está acostumbrado y creó lazos afectivos con las comerciantes.