El Museo Colonial “Charcas” atesora colecciones de cuatro siglos

Este repositorio es considerado uno de los más importantes de Sudamérica

Sala de orfebrería con trabajos realizados por artesanos locales.

Sala de orfebrería con trabajos realizados por artesanos locales.

Sala introductoria, que en el pasado fue el salón principal del palacio.

Sala introductoria, que en el pasado fue el salón principal del palacio.

Cristo crucificado de manufactura europea.

Cristo crucificado de manufactura europea.

Sala Presidencial con los retratos de los primeros presidentes hasta antes de la Guerra Civil.

Sala Presidencial con los retratos de los primeros presidentes hasta antes de la Guerra Civil.


    Redacción Panorama
    Panorama / 02/05/2022 23:13

    El Museo Colonial “Charcas” es considerado por los entendidos como uno de los más importantes de Bolivia y Sudamérica: atesora una importante colección de centenares de obras de arte de los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX. Y cumple 65 años de vida este mes. 

    Este repositorio está enclavado en pleno centro de Sucre, en la esquina de las calles Bolívar y Dalence. Su historia se remonta a finales de 1630, cuando habría sido construido para los Marqueses de Casa Palacio; como prueba de ello está instalado en el salón principal de la casona el escudo heráldico de la familia. 

    Sin embargo, el museo nace en 1937 con la fundación del Ateneo de Bellas Artes “Chuquisaca”, que reunía a una generación de artistas e intelectuales de Sucre que se unieron con un objetivo común: crear una institución donde exhibir las hermosas obras de arte que la sociedad usó durante del periodo de la Colonia y la República, en especial de arte sacro.  

    Ellos también fundaron la Escuela de Bellas Artes, en la cual se formaron importantes artistas que pusieron en alto el nombre de Sucre y Chuquisaca en el mundo cultural. 

    Iván Gutiérrez Achá, responsable del Museo Colonial Charcas explica que el museo comenzó con las colecciones de Zacarías Benavides, presidente del Ateneo y las del arzobispo de Sucre, monseñor Víctor Arrien; después se sumaron las del expresidente Mamerto Urriolagoitia, como donación testamentaria y otras. 

    Se rescataron pinturas, pequeñas capillas en mal estado, esculturas, crucifijos y mobiliario de carácter religioso, como fraileros (donde se sentaba el obispo) y los escaños de distintas épocas, tallados en madera y policromados, que normalmente estaban en corredores de conventos. 

    “El grupo de caballeros del Ateneo compraba con sus propios recursos pinturas para obsequiar al museo y también recibía otros en calidad de donación, para incrementar la colección de la galería. Es un gesto que solo entienden los apasionados por el arte, no cualquier persona estaría dispuesta a ser tan desprendida”, opina el estudioso. 

    En 1939, la Prefectura de Chuquisaca (hoy Gobernación) adquirió la casona donde actualmente se encuentra el museo. Empero, la administración del lugar resultó complicada para el Ateneo, entonces decidieron transferir esa institución a la Universidad San Francisco Xavier para que se haga cargo de ella.  

    La entrega aconteció el 27 de mayo de 1957, que se considera como fecha de creación del museo. 

    Después, la Escuela de Bellas Artes cerró sus puertas. Gutiérrez expresa que nunca se pierden las esperanzas de que ese centro de formación pueda volver a funcionar. 

    La infraestructura 

    La hermosa casona que alberga el museo es una de las más antiguas de la ciudad y se conserva respetando sus características originales. 

    En la restauración que se hizo hace un par de años se respetó las tejas originales, usando las mimas después de someterlas a un tratamiento, solo algunas fueron reemplazadas. También se conservó el encañizado y el trabajo de viguería, explica Gutiérrez.  

    “La sección de Infraestructura de San Francisco Xavier siempre está colaborando para que el inmueble luzca impecable durante todo el año. En unos días más comenzará el pintado de la fachada para el 25 de Mayo y para su aniversario”, anuncia el responsable del Museo. 

    La última propietaria de la magnífica casona fue la familia Fernández de Córdova. El espacio tiene un gran patio con una fuente central con el plato y la base de berenguela antigua. El patio es ajardinado con muchas plantas y flores como rosales, rayo de oriente y cucardas. También tiene palmeras.  

    Tiene un segundo patio que ahora pertenece a la Carrera de Contaduría Pública, donde se replica la misma fuente del primer patio.  

    Todos los corredores tienen aleros (sobresale la teja), arquería y columnas octogonales, características que conservan el estilo colonial. En cambio, en la época republicana las casas tenían parapetos. 

    Museo Colonial Charcas  

    Bolivia cuenta con 97 museos censados, según el Ministerio de Culturas. El Museo Colonial Charcas en considerado como uno de los mejores de Sudamérica y promete un memorable recorrido a los visitantes locales, nacionales y extranjeros.  

    Tiene 23 salas de exposición. En el sector colonial hay 13 espacios amplios, la galería de arte moderno cuenta con diez salas, la última es la galería de los presidentes de Bolivia, no está completa, pero tiene a los más antiguos.  

    Tiene con tres colecciones importantes de pintura, escultura y mobiliario, pero especialmente de pintura de carácter religioso. 

    La mayor parte de las obras de pintura y escultura son anónimas, hay algunas que se pueden reconocer por el estilo que tienen y atribuirlas a ciertos artistas, pero las firmadas son muy pocas. 

    Gutiérrez explica que en la época de la Colonia los conquistadores evangelizaban a los nativos a través del arte, ya que tenían lenguas distintas y la mejor forma de comunicarse con ellos y enseñarles sobre religión era de manera didáctica, es decir a través de pinturas. 

    Pero el fin no solo era la evangelización, también se instauró la tradición de tener dentro de las casas de los criollos y mestizos un lugar exclusivo para Dios.  

    Es así que en Sucre había muchas capillas, oratorios y ermitas en las viviendas. Además, por ser sede del Arzobispado de La Plata se construyeron muchos templos en los que abundaba el arte religioso. 

    Mobiliario 

    Hay colecciones de mobiliario de diversos estilos, barroco, sobre todo, de fabricación local e importada, especialmente de Europa. 

    Impresionan a la vista los muebles “bargueños”, conocidos también como muebles “secreteros” por tener cajoncitos escondidos unos dentro de otros para guardar joyas u otros objetos valiosos pequeños. 

    Promoción 

    Actualmente Gutiérrez trabaja con la promoción del museo para que sea concurrido por visitantes locales, nacionales y extranjeros. 

    Explica que en la presente gestión este repositorio abrió sus puertas a los artistas con el fin de que puedan exponer sus obras, ante la carencia de galerías de arte en Sucre.  

    Con ese fin, se destinó una parte de la Galería de Arte Moderno para la exposición de pinturas. En unos días más estará mostrando sus obras la Asociación de Artistas Plásticos de Bolivia (ABAP). 

    Asimismo, en junio se realizará una muestra de conmemoración de los diez años del fallecimiento de Enrique Valda.  

    Posteriormente, se expondrán los cuadros de Javier Ramos, después las obras de la artista plástica chuquisaqueña Consuelo Sanz y en octubre quizá lo haga Gladys de Barzón, anuncia Gutiérrez. 

    En el Museo Colonial Charcas también se realizan talleres de pintura destinados para estudiantes de escuela, colegios y universitarios.  

    Gutiérrez, explica a PANORAMA que se les cobra un monto simbólico para que entiendan que los museos necesitan de contribución para su mantenimiento y a la vez sepan que al pagar están aportando y valorando el arte. 

    Pinturas 

    El Museo Colonial Charcas tiene cuadros de pintores locales y extranjeros. Por ejemplo, una de la Escuela Flamenca que fue traída desde Bélgica. 

    Sobresalen las pinturas del pintor cochabambino Melchor Pérez Holguín, considerado el mejor exponente de pintura de lo que hoy es Bolivia y de la pintura barroca española. 

    La pintura considerada como la más importante y conocida de este pintor es “San Juan Evangelista”, es una de las pocas que lleva su firma.  

    Gutiérrez aclara que Holguín era analfabeto, pero se cree que aprendió a dibujar su nombre o en cambio pedía que alguien más firme por él. 

    También hay obras de los pintores Antonio Mermejo, Francisco de Montufar Bravo de Laguna, Francisco Padilla y Gregorio Gamarra, entre varios otros.  

    Una pintura importante donada al museo mediante testamento por Mamerto Urriolagoitia Tardío (padre del expresidente Mamerto Urriolagoitia Harriague), su último dueño, es “El Cerro Rico y la Villa Imperial” pintado en 1758 por Gaspar Miguel Berrío. 

    Falta espacio para las colecciones 

    El 65% de las obras están expuestas y el resto permanece en depósito por dos razones: porque su estado no es idóneo para su exposición (deben ser restauradas) y por la falta de ambientes para exhibirlas.

    Ximena Rivera, guía del museo explica que las tres colecciones de pinturas, esculturas y mobiliario están debidamente catalogadas según normas internacionales

     Son centenares de obras, desde pinturas pequeñas de 2.5cm x 3cm hasta las de formato grande, entre las que sobresale la mayor que mide 166cm x 236cm. 

    También hay una colección pequeña de pintura en vidrio con una técnica francesa muy frágil. Iván Gutiérrez, responsable del museo, también destaca los soportes hechos en lienzo, madera y de metal (cobre o zinc). 

    Esculturas 

    Hay capillas portátiles muy lindas dedicadas, a la Inmaculada, al Cristo de la Columna. “Son trabajos locales muy detallados que no eran de aficionados sino de gente con formación en escuela y con maestros que llegaron desde Europa”, afirma el historiador. 

    Por ejemplo, hay un Cristo encarnado de autor anónimo, que Gutiérrez afirma con toda certeza es una obra extranjera de procedencia sevillana.  

    Asimismo, hay una sorprendente colección de objetos de plata proveniente del Cerro Rico de Potosí.  

    Laboratorio de Conservación 

    Ramón Delgado, es el responsable del Laboratorio de Conservación del Museo Colonial Charcas, es restaurador experto con varias especialidades, formado en la Escuela Taller Sucre, con estudios complementarios en el extranjero. 

    Dice que la conservación y restauración es una labor minuciosa que se hace en el anonimato, lleva mucho tiempo y requiere de una paciencia infinita. Iván Gutiérrez, responsable del museo, asegura que contar con un laboratorio de restauración y un depósito es óptimo para el buen funcionamiento y conservación de las piezas. 

    Se fabricaron anaqueles especiales para conservar el material que debe ser restaurado de buena manera, controlando la temperatura y humedad.

    Horarios y costos  

    El recorrido de una visita guiada demora entre 45 minutos o un poco más de una hora, dependiendo del interés de los visitantes. 

    El museo abre sus puertas de lunes a viernes, de 9:00 a 12:30 y de 14:30 a 18:15. Los sábados de 9:00 a 12:45. 

    El ingreso para extranjeros cuesta Bs 30, nacionales Bs 20, universitarios Bs 10, colegiales y niños Bs 2. 

    “Recomendamos a las nuevas generaciones tomar más interés en el arte y la cultura. Visiten el museo, no dejen de pasar por él, es catalogado por uno de los más importantes de Sudamérica”, concluye Iván Gutiérrez, responsable del Museo Charcas. 

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