¿Cuáles son las perspectivas del negocio del litio en el mundo?

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) prevé un crecimiento anual de la demanda de litio de un 16,4% hasta 2030.

INFRAESTRUCTURA. La planta de producción de cloruro de potasio en el Salar de Uyuni. INFRAESTRUCTURA. La planta de producción de cloruro de potasio en el Salar de Uyuni.

Informe Especial - Litio boliviano
Panorama / 23/05/2022 12:00

El aprovechamiento óptimo del litio no dependerá únicamente de cada país, sino de la capacidad de todos para asociarse. Por lo pronto, se puede decir que América Latina parte con cierta ventaja, considerando que contiene las mayores reservas del mundo. En términos históricos, la carrera por el liderazgo de la industria acaba de empezar dentro de la región, y lo que viene –sin duda– será un impulso al sector en los próximos años.

Reservas 

En América Latina está más de la mitad del litio de todo el mundo, un 56%. Eso, sin contar a México. Y, sí: Bolivia tiene las mayores reservas del planeta, según lo confirma la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Con datos del Servicio Geológico de Estados Unidos, se sabe que en el mundo hay alrededor de 89 millones de toneladas métricas de litio identificadas. De ese total, 21 millones se encuentran en Bolivia, y solo en el Salar de Uyuni.

Argentina se encuentra en segundo lugar, con 18 millones y luego aparecen Chile (9,8 millones) y México (1,7 millones). Más abajo se encuentran Perú (880 mil) y Brasil (470 mil). 

Todos estos países de la región concentran el 62% de las reservas mundiales de litio. 

Además, si se considera únicamente el litio que proviene de las salmueras, Bolivia Argentina y Chile concentran alrededor del 90%.

Producción  

Sin embargo, en cuanto a la producción, la realidad es otra.

Latinoamérica produce solo el 31% del total. Chile aporta con el 24,3%; Argentina, con el 5,8% y Brasil, con el 1,4%.

Australia, que ocupa el quinto lugar en reservas (6,3 millones de toneladas métricas), es el mayor productor del mundo con el 51,5% del total.

Demanda

La demanda mundial de litio para la fabricación de baterías eléctricas creció anualmente un 10,6%, en promedio, en la última década. En 2021, representó nada menos que el 74% del total.

La llamada ‘electromovilidad’ (uso de vehículos eléctricos) y la transición energética que experimentará el mundo en las próximas décadas provocarán “un aumento progresivo y sustancial dela demanda mundial de minerales estratégicos”, impulsadas, sobre todo, por China, Japón, Corea del Sur, Europa y América del Norte, donde las baterías eléctricas supondrán el 90% de la demanda mundial de litio, según la Cepal.  

Además, se prevé un crecimiento anual de la demanda de litio (LCE, Carbonato de Litio Equivalente) de un 16,4% hasta 2030.

Ese año, el 66% de la demanda provendrá de China; y el 25%, del resto de Asia. De ese total de la demanda, el 74% será por baterías para vehículos eléctricos.

Renta

Con relación a la renta por la explotación del litio en la región, en los últimos 10 años, Argentina “se apropió del 28% de las rentas económicas generadas por las empresas mineras que explotan el litio”. Chile tiene un 36% en este sentido, según la Cepal. 

Por las estimaciones de ese organismo, los Estados “podrían capturar un mayor porcentaje de la renta sobre la rentabilidad de las empresas mineras” en los próximos años: un 63,7%, en el caso de Bolivia; 57,4% en el de Chile y 44,3% en el de Argentina.

Por esto es importante la apuesta a futuro de Yacimientos de Litio Boliviano (YLB) por una producción a escala industrial.

Obstáculos 

La Cepal advierte que la “gobernanza” del litio “estará condicionada por la dinámica de la transición energética global”, con una “creciente preocupación” por parte de los consumidores y usuarios finales por los “impactos ambientales y la conflictividad socioambiental en los países productores” por la explotación del litio.

Por otro lado, “observa que existe poca coordinación nacional y regional de la política minera con las políticas industrial y de ciencia y tecnología para avanzar en las cadenas globales de valor”.

Es decir, “la región se concentra solo en la minería”, agrega el organismo.

Aparte, la participación de los países de la región en los eslabones de la cadena de fabricación de baterías de iones de litio es prácticamente inexistente.

China concentra el 89% de participación en refinamiento, el 75% en producción de electroquímicos y 50% en la de celdas.

Japón, por su lado, tiene un 50% de participación en el ensamblaje de baterías y Australia otro 50% en explotación minera.

El rol de los Estados

En ese marco, la Cepal considera que las debilidades de la región a corto plazo tienen que ver con el “rezago respecto al resto del mundo en regulaciones, incentivos e infraestructura”. Además, con la “ausencia de coordinación en el triángulo del litio (Argentina, Bolivia y Chile)” y la “insuficiente consideración de las dimensiones ambiental y comunitaria”.

El rol de los Estados debe ser, en criterio del organismo internacional, la “promoción del transporte público de vehículos eléctricos”, la “implementación de incentivos para inversión en las cadenas y desarrollo de los mercados de baterías de ion litio y vehículos eléctricos”, la “facilitación de asociaciones público-privadas para creación de capacidades y acceso a tecnologías e infraestructura para carga de batería” y, sobre todo, el “fomento de la integración regional para crear y fortalecer cadenas de suministro regionales y masas críticas”.

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