El Principado de La Glorieta de Sucre, el único de América erigido por Bula Papal

Los príncipes Argandoña y Urioste vivieron entre finales del siglo XIX e inicios del XX, en pleno auge de las minas de plata

El Principado de La Glorieta de Sucre, el único de América erigido por Bula Papal

El Principado de La Glorieta de Sucre, el único de América erigido por Bula Papal Foto: Gentileza

El Principado de La Glorieta de Sucre, el único de América erigido por Bula Papal

El Principado de La Glorieta de Sucre, el único de América erigido por Bula Papal Foto: Gentileza

El Principado de La Glorieta de Sucre, el único de América erigido por Bula Papal

El Principado de La Glorieta de Sucre, el único de América erigido por Bula Papal Foto: Gentileza

El Principado de La Glorieta de Sucre, el único de América erigido por Bula Papal

El Principado de La Glorieta de Sucre, el único de América erigido por Bula Papal Foto: Gentileza


    U. de Investigación CORREO DEL SUR – USFX (Mirna Ribera / Mó
    Panorama / 10/01/2023 01:41

    U. de Investigación CORREO DEL SUR – USFX (Mirna Ribera / Mónica Calabi). Auspiciado por el G.A.D.CH #ParísEnSucre

    El Principado de la Glorieta de Francisco y Clotilde, el único de América erigido por Bula Papal cuyo imponente castillo fue construido en la Capital del Estado Plurinacional de Bolivia, Sucre; perdura como el legado de bondad y belleza que hoy es parte del Patrimonio de la Humanidad que Chuquisaca resguarda.

    La Unidad de Investigación de Correo del Sur-USFX recupera datos poco conocidos de la historia de los príncipes develando el interés que tuvo el Papa León XIII al otorgarles este excepcional título nobiliario. 

    Francisco Argandoña y su princesa, Clotilde Urioste, vivieron entre finales del siglo XIX e inicios del XX durante el auge de las minas de plata, representando el vínculo eterno entre las ciudades de Potosí y Sucre. En esa época también se vivió en estos territorios una fuerte influencia de la cultura francesa, durante la Belle Epoque. 

    Como una de las nuevas naciones liberadas de sus colonias, Bolivia no fue la excepción al buscar en el mundo un referente que irradiara esperanza en el futuro. Encontraron esa luz en Francia cuyo influjo en los ámbitos de la arquitectura, la moda, la gastronomía, el arte, la ingeniería, la literatura y la música, entre otros ámbitos, llegó al país, y de manera especial a Sucre, durante la época republicana. 

    El Principado de la Glorieta dio inicio cuando la pareja Argandoña – Urioste recibió ese título nobiliario del Papa León XIII a través de una Bula (28 de diciembre de 1898), en reconocimiento a sus virtudes de nobleza, bondad y caridad que había practicado con dedicación durante toda su vida al auxilio de los más desprotegidos**.

    Sin embargo, antes de aceptar el título, Francisco de Argandoña, consultó con la Cancillería de Bolivia si era conveniente. Solo después de contar con la autorización de la Cancillería, Francisco acepta el mismo y, junto a su esposa, deciden construir un castillo que sirva de sede al Principado de La Glorieta. 

    Con ese fin, compraron un terreno de 40 hectáreas en las afueras de la ciudad de Sucre para recrear allí el hogar de sus sueños que evocara los lugares que habían visitado alrededor del mundo.

    El arquitecto italiano Antonio Camponovo satisfizo los deseos de los príncipes, construyendo una obra monumental de carácter ecléctico que reunió diferentes estilos, desde el románico, gótico, mudéjar, bizantino, hasta el academicista. 

    Los jardines fueron encargados a los también italianos Martinelli y Tonelli para hacerlos tan encantadores como los del Palacio de Versalles con lagunas, plantas exóticas y aves. La obra se inició en 1893 y demoró cinco años en concluirse.

    El Castillo de la Glorieta, ahora monumento nacional, es destino favorito de los turistas. Su administración y mantenimiento está a cargo del Gobierno Autónomo Departamental de Chuquisaca. En los jardines apenas quedan los vestigios de las lagunas, islas y esculturas que se erigieron en el que fue hábitat de plantas exóticas y aves.

    El investigador Hugo Poppe Entrambasaguas sostenía que el Ckocko de Pollo, plato tradicional chuquisaqueño, inspirado en el coc au van francés o pollo al vino, tuvo su origen en el Castillo de La Glorieta, donde los príncipes contrataban chefs franceses para atender sus banquetes, cuya preparación del coc au van fue adaptada con la introducción de ingredientes criollos como son el ají y la chicha. Otros sostienen que los cocineros chuquisaqueños modificaron la receta que aprendieron de los franceses, con los ingredientes disponibles, aumentando el infaltable ají.

    BIBLIOGRAFÍA:

    - Artículo "Don Francisco Argandoña y Revilla en las relaciones diplomáticas con Rusia y Alemania", de María del Carmen Argandoña Fernández de Córdova, publicado en la Revista de la Academia de Ciencias Genealógicas y Heráldicas de Bolivia de Rolando Diez de Medina el año 2010

    - Fuentes Orales: Investigadores: Iván Alfredo Gutiérrez Achá, Padre Bernardo Gantier, Elizabeth Rojas y José Pradel.

    El príncipe potosino que fundó el primer banco de Bolivia

    El padre minero de Francisco, Mariano Argandoña Mais, era conocido por ser un hombre trabajador y gran administrador de la Mina Huanchaca, referente de la explotación de plata en Bolivia, hasta la época del estaño. Estableció la Sociedad Anónima Minera Huanchaca de Bolivia con sus hijos y su yerno, esposo de su hija Amalia, Aniceto Arce Ruiz, quien fue presidente de Bolivia.

    Su mamá se llamaba María Luisa Revilla y Francisco fue su quinto hijo; nació en Potosí el 4 de junio de 1850. Se sabe que estudio en el Colegio Seminario San Cristóbal” de la ciudad de Sucre y en el Instituto Inglés Macai en Valparaíso, Chile.

    Se casó en 1874 con Clotilde de Urioste Velasco en la parroquia de San Miguel de la calle Arenales, de Sucre, cuando la novia tenía 17 años y él, 24.

    Ya con el título de Príncipe de La Glorieta, Francisco fundó el primer banco boliviano: Banco Francisco Argandoña, en cuyos billetes fueron estampadas la imagen del príncipe, de su esposa Clotilde y del Castillo de la Glorieta. 

    Se sabe que el Príncipe Francisco Argandoña se había negado de vender sus acciones de la mina de plata a pesar de la sugerencia de su cuñado Aniceto Arce cuando la mina era poco rentable. 

    Sin embargo, la suerte de la mina cambió cuando el Gobierno comenzó a comprar cantidades industriales de la plata para la producción de monedas.

    Así la fortuna de la familia de mineros se incrementó y Francisco la destinó a respaldar las obras caritativas de su esposa chuquisaqueña y a crear su banco cuyos activos se transfirieron, más adelante, al actual Banco Nacional de Bolivia. 

    Príncipes impulsores de derechos adelantados a su tiempo

    El padre Bernardo Gantier explica que los príncipes fueron adelantos a su tiempo en la defensa de los derechos humanos y que la otorgación de su título fue estratégica para la difusión de una nueva doctrina en favor de los obreros. 

    El Papa León XIII defendía los derechos de los obreros cuando no existían los sindicatos ni salarios justos; se trataba de la Doctrina Social de la Iglesia Católica, que la autoridad católica plasmó en la Primera Encíclica Populorium Progresum que encontró en los príncipes de la Glorieta a sus principales impulsores en Bolivia.

    Es así que los príncipes promovieron la organización de los obreros para que defiendan sus derechos. Estas células, que luego se transformaron en sindicatos, conservan el retrato de los príncipes como sus padrinos.

    La Bula Papal, en referencia a su trabajo en favor de los niños huérfanos, decía esto: “A Nuestro dilecto hijo, salud y bendición apostólica. Los méritos eminentes de vuestro talento que os han hecho realizar obras espléndidas y sobre todo el celo y cuidados que prodigáis asiduamente con vuestra esposa a los niños huérfanos (…), que sea una recompensa de vuestros méritos y un testimonio palpable de nuestra benevolencia para con vosotros”.

    Un príncipe dedicado a las Relaciones Exteriores de Bolivia

    Bolivia estuvo muy bien representada por el Príncipe del Castillo de la Glorieta quien, junto a su esposa, viajó por el mundo. En 1884 fue Adjunto Civil ad honorem en la Legación de Bolivia en Chile. Entre 1896 y 1906, fue Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de Bolivia en Francia, donde le otorgaron la Orden de la Legión de Honor en el Grado de Gran Cruz. Fue el primer representante del Gobierno boliviano, ante el Emperador de Rusia, como Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario ante la Corte del Zar Nicolás II.

    Etiquetas:
  • Sucre
  • La Glorieta
  • Bula Papal
  • Compartir:

    También le puede interesar


    Lo más leido

    1
    2
    3
    4
    5
    1
    2
    3
    4
    5
    Suplementos


      ECOS


      Péndulo Político


      Mi Doctor