Potosí y Sucre, entre las urbes con mayor inflación en mayo
Una se situó en el segundo puesto; la otra, en el quinto. Tarija, la ciudad más inflacionaria
Sucre y Potosí se situaron en mayo entre las ciudades con mayor inflación del país, según el último reporte del Instituto Nacional de Estadística (INE).
El Índice de Precios al Consumidor (IPC) se cerró en 0,62% en la Villa Imperial, mientras que en la Capital de Bolivia alcanzó al 0,53%. Con estos registros, ambas ciudades se situaron entre las cinco con mayor inflación en mayo: tercer y quinto puesto, respectivamente.
Tarija terminó el mes pasado como la ciudad con mayor inflación (1,08%), seguida de la Región Metropolitana Kanata (Cochabamba), que registró una variación positiva del 0,77%.
La Conurbación Santa Cruz, entretanto, cerró el mes pasado con una inflación del 0,62%.
La Conurbación La Paz (0,47%), Oruro (0,37%), Trinidad (0,10) y Cobija (-0,29%) –la única ciudad que registró una variación negativa– experimentaron variaciones positivas por debajo del 0,50%.
Así, las tres ciudades del sur del país se situaron entre las capitales con mayor inflación en Bolivia.
En el país, el IPC cerró mayo con un comportamiento totalmente opuesto al de los tres meses anteriores, cuando se registraron variaciones negativas (-0,11% en febrero, -0,19% en marzo y -0,003% en abril).
El mes pasado, la inflación escaló al 0,57%, lo que dejó una acumulada de 2,90%.
Sucre
En la Capital, los productos con mayor incidencia positiva tuvieron que ver con la división “Alimentos y bebidas no alcohólicas”, que registraron una inflación del 1,61%.
Lo que más subió fue el tomate (27,23%), seguido de la carne de pollo (10,99%) y la cebolla (11,53%).
La buena noticia es que bajó el precio de la papa (-9,54%), uno de los productos que se había encarecido significativamente en meses pasados.
Potosí
En la Villa Imperial, la mayor incidencia positiva se registró en la división “Alimentos y bebidas no alcohólicas”, con un 1,71%, mayor en que en Sucre.
Lo que más se encareció fue el tomate (30,57%), seguido de la cebolla (12,16%) y la arveja (9,62%). La carne de pollo también subió, aunque no tanto como los anteriores productos (5,82%).
En contraste, cayó el precio de la papa (-11,68%).
Bolivia
En el país, la división “Alimentos y bebidas no alcohólicas” también fue la que registró mayor variación positiva (1,67%).
Los productos que se encarecieron más fueron: el tomate (22,51%), la carne de pollo (89,46%) y los huevos (3,80%).
La papa, en cambio, uno de los productos básicos, sobre todo en el occidente, registró negativa del -7,21%.
REGIÓN
El Gobierno sostiene que Bolivia tiene uno de los indicadores más bajos de la región. El país cerró 2022 con una inflación del 3,1%, menor a la registrada en otros países de la región: Ecuador (3,7%), Brasil (5,8%), Venezuela (234,1%), Argentina (94,8%), Colombia (13,1%), Chile (12,8%), según el Ministerio de Economía. Para este año, según el Programa Fiscal Financiero 2023, está prevista una inflación del 3,28%.
Análisis de Chávez y Espinoza
El economista Gonzalo Chávez cree que la gente ve con “desconfianza” las cifras del INE debido a que, cuando va al mercado, se encuentra con precios más altos de lo que señala la inflación registrada en mayo (0,57%).
La razón –explica él– es que, cuando uno va al mercado, compra entre 15 y 20 productos y el IPC mide más de 400 productos y servicios. “Deberíamos afinar nuestra forma de medir la inflación, deberíamos tener un IPC de la canasta básica. En otros países, por ejemplo, se miden los precios por nivel de ingresos”, observa el también columnista nacional en un video colgado en sus redes sociales.
Agrega que, si bien la división de alimentos registró una variación positiva del 1,67% –a la que califica como “bastante elevada”–, los más pobres suelen destinar el “70% de sus ingresos” a ese tipo de productos. “Por eso esa gente siente más”, sostiene.
Además, apunta que alimentos como el pollo, el tomate y el huevo, que se consumen cotidianamente en el país, subieron “mucho” en el último tiempo.
En ese marco, Chávez dice que las variaciones negativas en divisiones como el “el transporte interdepartamental”, que son productos secundarios, terminan incidiendo en el balance global. “No estamos afinando nuestro IPC, por eso hay esta distancia entre la estadística y los bolsillos de la gente”, resume.
Por su parte, el economista y exdirector del BCB José Gabriel Espinoza apunta que la inflación acumulada en mayo supuso el doble de la que se registró en mayo de 2022 (1,41%) y más de cinco veces superior que en mayo de 2021 (0,54%).
“Además, si miramos por divisiones (según el propio INE), los alimentos han subido de precio en más del 6,1%”, agrega él en su cuenta de Twitter.