¿Podrá dar pasos de gigante la oposición? ¿Unirse y ganar las elecciones de 2025?

¿Podrá dar pasos de gigante la oposición? ¿Unirse y ganar las elecciones de 2025?

Péndulo político Oscar Díaz Arnau 07/08/2023 04:44
Las oposiciones en Bolivia, ¿formarán un solo bloque Ciudadanos, Creemos, B3R, Junta Democrática, Al-Bus y otros partidos que surjan? El panorama es retador.
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Las oposiciones en Bolivia, ¿formarán un solo bloque Ciudadanos, Creemos, B3R, Junta Democrática, Al-Bus y otros partidos que surjan? El panorama es retador. Todos quienes encarnan estas oposiciones, ¿tendrán la capacidad y el desprendimiento de ver el bien mayor y no sus intereses grupales? Eso está por verse.

Por un lado, tenemos un partido predominante o hegemónico, el MAS, que atraviesa por una crisis interna debido a pugnas de poder y, por el otro, dos organizaciones políticas, CC y Creemos, como contrapeso en la Asamblea Legislativa Plurinacional y, además, el surgimiento progresivo de diferentes alternativas con miras a las elecciones generales de 2025, ya sean siglas nuevas o antiguas en bloque que, inclusive, contienen a los comités cívicos.

Con ese panorama, en esta oportunidad nos abocaremos a las (así, en plural) oposiciones, intentando responder, por ejemplo, a preguntas tales como si ¿tienen alguna ideología?, ¿qué las une o las separa?, ¿irán a las elecciones en alianza?, ¿serán capaces de despojarse de los típicos egoísmos del líder político de los últimos tiempos o dividirán el voto opositor?

Por otro lado, ¿qué pasará con las oposiciones en las elecciones primarias? Y, ¿cuál es el papel que desempeñarán en el nuevo escenario político las plataformas ciudadanas, que en el movimiento de octubre y noviembre de 2019 fueron decisivas para la caída del expresidente Evo Morales?

Las oposiciones

El Comité Nacional de Defensa de la Democracia (Conade) descartó convertirse en un partido, pero, de cara a las futuras elecciones, se ofreció como “articulador” de una probable coalición de frentes políticos de oposición. Se trata de una nueva iniciativa cívica.

En las últimas semanas reaparecieron las plataformas ciudadanas con la formalización de una denuncia penal contra el expresidente Evo Morales, el exvicepresidente Álvaro García Linera y el dirigente minero Juan Carlos Huarachi, secretario ejecutivo de la Central Obrera Boliviana (COB), por el “autogolpe” de 2019. Contra los gobiernos del MAS pesa la acusación de que armaron los casos “Golpe I” y “Golpe II” para perseguir a líderes políticos como la expresidenta Jeanine Áñez y el gobernador Luis Fernando Camacho.

Bunker Tercera República (B3R), de la mano del periodista y abogado Agustín Zambrana, junto con el constitucionalista Williams Bascopé, se adelantó a manifestar sus intenciones de participar en la contienda electoral de 2025. En gran medida es producto del impulso ciudadano que recibió en sus populares programas que se transmiten, vía streaming, por las redes sociales. “No tenemos definición ideológica, lo estamos discutiendo en la Academia Búnker”, dijo Zambrana a “Asuntos Centrales”, de Santa Cruz.  “Estamos conversando con Creemos (la agrupación de Camacho) y otras organizaciones políticas opositoras”.

Semanas más tarde se presentó públicamente a la denominada Junta Democrática. La integran cinco partidos: Unidad Nacional (UN), el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), Acción Democrática Nacionalista (ADN), el Frente Revolucionario de Izquierda (FRI) y Sol.bo, además de agrupaciones políticas y cívicas. “No es un nuevo partido, no es una nueva agrupación (…) Es una carta de intenciones que llama a todos los opositores a la unidad”, explicó a la ANF uno de sus voceros, Jhonny Bustillos.

Finalmente, apareció la Alianza por Bolivia Unida y Solidaria (Al-Bus), encabezada por el analista Carlos Börth, quien dijo ser consciente de la fragmentación de los opositores en Bolivia y, en ese sentido, anunció la próxima suscripción de un documento de unidad con diferentes organizaciones cívicas, como los propios Conade y B3R.

Voto anti-MAS

A las claras se distingue que a todas estas opciones –a las que no se descarta que se sumen algunas más– las une la tentadora idea de constituirse en alternativa al Movimiento Al Socialismo (MAS), partido hoy por hoy de innegable poderío y –algo muy importante– con presencia nacional. ¿Es suficiente presentarse ante el electorado con las cartas credenciales del voto anti-MAS?

La analista Érika Brockmann advierte, “por un lado, la volatilidad, la falta de una militancia de adhesión nacional, de coaliciones estables desde 2006, la falta de incentivos para crear partidos importantes. Y, por el lado del MAS, un partido hegemónico, con pulsiones hegemónicas unipartidistas, que hoy está en una pugna de poder que está generando varias turbulencias que afectan también a la ciudadanía, porque lo que le pase al MAS también le pasa a la gestión de Gobierno y le pasa, en términos de resultados, a la propia población”.

“Lo que le interesa al bloque opositor, quizá, lograr algún tipo de candidatura de unidad, no creo que eso sea real, porque son muy variopintas también las oposiciones: hay grupos conservadores, que pueden ser también antidemocráticos…”, agrega ante la consulta de este periódico sobre las elecciones primarias, que se prevé sean convocadas en octubre o noviembre del próximo año y que deberían llevarse a cabo entre enero y febrero de 2025.

“En todo caso”, continúa Brockmann, “lo interesante es que (a las oposiciones) no les convienen las primarias como están, porque no tienen militancias, son partidos sin militantes y son dirigentes que sí son presidenciables, pero que no tienen partidos. Ese es el fenómeno que estamos viviendo”.

Sin sistema de partidos

Al respecto, el politólogo Franklin Pareja, también consultado por Péndulo Político, opina que “en Bolivia tenemos un sistema político, pero no un sistema de partidos. O sea, tenemos un sistema político, pero sin sistema de partidos. ¿Y dónde oxigenas el equilibrio de poder? En el sistema de partidos”.

“Como el sistema de partidos está casi anulado, o extinto, los equilibrios hoy por hoy ya no se dan entre fuerzas políticas, sino se dan entre regiones; o sea, el equilibrio o las pugnas de poder no son entre partidos políticos (…), en Bolivia los partidos no generan equilibrios y entonces esas disputas se trasladan a las regiones. Por eso Santa Cruz le hace contrapeso como región al Gobierno, pero no como partido”. De cualquier modo, Pareja dice no ser optimista en relación a la búsqueda de unidad.

“En la oposición, es muy complicado que lleguen a entenderse, a tener una visión compartida. ¿Quién sería ese candidato de unidad?, ¿quién lideraría? (…) No se ve que haya una intención de buscar vasos comunicantes para construir una agenda compartida”, dice al citar los intentos de Conade, de la Junta Democrática, Al-Bus y otros.

Luego, saca la siguiente conclusión: “No soy optimista, yo creo que eso va a ser muy difícil que se produzca. Pero tienen que llegar a las primarias de alguna forma. Internamente ya tienen problemas; por ejemplo, si CC quiere ir a las primarias, ¿va a seguir siendo Mesa o habrá recambio? Yo lo veo a Mesa con poco deseo de recambio y veo algunas figuras que quisieran un recambio... Imagínate si eso lo extrapolas a las otras iniciativas políticas. Entonces, dudo que haya una opción política ideológica opositora al MAS para el 2025. Veo poco probable que se constituya una fuerza lo suficientemente vigorosa en base a la actual oferta política. El repertorio político actual creo que está muy desgastado, es muy jurásico y, por tanto, tiene que haber un trastoque interno muy fuerte para que realmente haya una construcción novedosa, viable y sostenible”.

No obstante, considera que es todavía prematuro pensar en que se puede llegar al 2025 con un escenario bien constituido: “Por lo pronto, el MAS está debilitado, las otras fuerzas en construcción, no hay una real alternativa, no hay desde el oficialismo ya nada nuevo que ofrecer. Es un panorama muy precario porque vamos a las elecciones a votar por el menos malo y ya no vamos a votar por el mejor. A eso nos ha llevado nuestro sistema político”.

¿Una coalición?

¿Serán buenas las alianzas?, ¿una candidatura única? El politólogo Wim Kamerbeek responde que los resultados en las elecciones generales, desde que el MAS está en el poder, demuestran que el voto de la oposición se concentra en una a dos opciones. “En un contexto de descontento, las alianzas entre actores políticos con alguna trayectoria sólo favorecerían al descontento. Por tanto, debería privilegiarse la articulación de actores y corporaciones en vez de alianzas políticas”.

“Ahora”, prosigue él, “debemos tomar en cuenta que las elecciones generales ya tienen a dos frentes desde el MAS, lo que es igual a que probablemente el voto del MAS se concentre en una opción. O sea, tendríamos el mismo fenómeno en ambos lados del espectro político en Bolivia”.

Según Brockmann, “tienen que armarse coaliciones, y coaliciones que tengan que medir las potencialidades de sus candidatos, no en las primarias cerradas que va a hacerse a la militancia, muy poca militancia, sino a través de encuestas y otros procedimientos de medición que se contrasten confiablemente, y que se logre una agenda y métodos de validación de liderazgos potenciales. No focalizarse sólo en el ‘Mesías´ que Bolivia espera, lamentablemente por nuestro caudillismo, sino en una propuesta y además en el equipo de liderazgos que acompañen a una eventual dupla”.

“Entonces, el tiempo corre y es bueno que salgan estas opciones, estos espacios de concertación, pero va a ser muy complicado… Mesa aparece como el más posible en ese bloque, pero también tiene mucho negativo en ese mismo bloque. Entonces, la gente espera algo nuevo y veremos si los que aspiran a ser potenciales candidatos logran posicionarse como dirigentes nacionales y no solamente como dirigentes regionales. Porque los dirigentes regionales están perjudicando mucho en las elecciones presidenciales al dar un sesgo regional muy preocupante: aportan el voto, pero lo regionalizan y no contribuyen a una votación nacional homogénea que peine, digamos, que pinte todo el territorio nacional”.

“CC sí la tiene, pero no hemos visto por parte de CC lamentablemente ningún esfuerzo institucional ni de campaña interna ni de parte de Carlos Mesa de ensuciarse los zapatos caminando para hacer política con la gente, con las calles, con las organizaciones sociales, y la política es eso: es tener contacto con la gente”.

Y concluye, antes de indicar que el itinerario electoral está ya marcado y que deberíamos aprender de coaliciones como la de Uruguay (con el Frente Amplio), la de Chile (la Concertación) e incluso la de Brasil (con el PT): “Ningún bloque opositor va a tener opción, a partir de la coalición que se constituya finalmente, si es que no tiene la base de un bloque popular importante: en Bolivia eso importa, no debe ser solamente ciudades, sino que hay que tratar de articular ciudades intermedias”.  [P]

Plataformas o cívicos

La analista Érika Brockmann ve en las plataformas ciudadanas “nuevas formas de manifestación no partidarias”. Luego, se explaya sobre el tema: “Las plataformas son parte de la atomización y de la fragmentación política, son un resultado muy interesante de maduración ciudadana que se gesta a partir del 21F en las ciudades, pero tienen el problema de que no aceptan jerarquías ni la apuesta de constitución de instrumentos políticos; son antipartidistas y dudan mucho de incursionar en la política y de lograr un compromiso con organizaciones políticas”.

Dice que eso lo vio personalmente en su rol como política, cuando “cientos de jóvenes no querían fungir de delegados de partido de Comunidad Ciudadana, por ejemplo, para precautelar el voto. Hay un rechazo a ser parte de un partido político que está obstaculizando ver un verdadero eje y un bloque politizado que tenga un proyecto de poder interesante”.

En todo caso, agrega, han surgido algunas voces distintas: “se crean partidos, pequeñas agrupaciones, pero cuya dimensión se va a valorar en unos meses más. La gente quiere renovación, pero a la hora de pedirlo dice: ‘¿Y quién conoce a esta persona?’. O: ‘esta persona tuvo pasado político’. No valora lo que puede ser la política como un oficio y de una acumulación de saberes y de capacidades para administrar la cosa pública”.

El politólogo Franklin Pareja explica el surgimiento de las “agrupaciones ciudadanas” a la falta de partidos y dice que así se trata de dar un cariz más abierto y flexible a la acción política. Pero, hace notar que nacieron hace unos años con un “defecto de origen: que no tienen posición ni claridad. Por tanto, al no tener una posición constitutiva, que tiene que ser con fundamentos filosóficos e ideológicos, las agrupaciones son eso: agrupaciones donde se reúnen moros y cristianos, donde no hay una visión compartida, se unen al calor de objetivos o adversarios comunes en un determinado momento y nada más; entonces, no tienen la capacidad de construir programáticamente alternativa, y por esa confusión y esa percepción hasta difusa que generan no les permiten generar ni irradiar ninguna simpatía”.

Él observa debilidad en estos intentos que no se constituyen sobre propuestas programáticas sólidas al solamente ponerse como objetivo el terminar con el actual régimen. Para el politólogo Wim Kamerbeek, “ahora, las plataformas ciudadanas son casi inexistentes. Creo que mucho tuvo que ver que varios líderes de plataformas ciudadanas saltaron a la política formal y eso condicionó enormemente su vigencia”.

Consultado sobre el rol de los comités cívicos, dice que “tienen un enorme potencial para orientar las políticas públicas y ser un nexo con los representantes políticos. En algún momento, el debate en Bolivia debe virar hacia darles algún marco jurídico. En Bolivia, la política está muy orientada a los órganos ejecutivos, y eso ha debilitado enormemente a la participación política de la sociedad en asuntos públicos”. [P]

“Discursos enmarcados en populismo”

Al politólogo Wim Kamerbeek le consultamos sobre qué se puede esperar de las oposiciones en el Congreso y fuera de él. En primer lugar, dice que tanto CC como Creemos, “han mostrado fisuras internas, pero hay encuestas que posicionan a Carlos Mesa como líder de la oposición –con un porcentaje muy bajo, eso sí– y Luis Fernando Camacho no ha mostrado intenciones de alguna candidatura en las próximas elecciones”.

“Segundo, si en otras gestiones la oposición podía mostrar candidaturas o proyecciones desde lo subnacional, esta vez la crisis por la pandemia y el descenso en ingresos del Estado han condicionado enormemente a varios líderes subnacionales, lo que condiciona su proyección. Debemos tomar en cuenta, además, que hay un descontento generalizado en Bolivia, y es probable que esto haya alentado a la aparición de grupos políticos que, bajo la narrativa de renovación y agotamiento del modelo de Estado del MAS, manejan discursos populistas que se enmarcan en una refundación o retorno del Estado boliviano. Creo que, en un marco más amplio, podemos esperar discursos enmarcados en populismo en vez de candidaturas mucho más ideológicas. Y esto no es nada nuevo”.

“Eso quiere decir que la oposición tendrá, de nuevo, dificultades en articularse. Lo que nos lleva a otro problema: el de las propuestas. Considero que son demasiado dispersas y dependientes del MAS. A lo ‘plurinacional’ se opone un discurso de homogeneidad, que olvida discutir cómo llegar a la gran población joven migrante que se asienta en ciudades intermedias o periferias de ciudades capitales; al vergonzoso tamaño actual del Estado se opone reducirlo, pero sin discutir qué hacer con el contrabando y el narcotráfico o la contaminación ambiental, y así sucesivamente. Esta vez, por el descontento, la articulación debe ir más allá de posiciones que concentren el voto en una opción”, responde Kamerbeek. [P]

 

Oscar Díaz-Arnau, Director de Contenidos de Correo del Sur

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