MAS: Enemigos sin diferencias

MAS: Enemigos sin diferencias

Péndulo político Edgar Iñiguez Araujo 21/08/2023 05:04
Las divisiones partidarias no son una novedad en Bolivia. Sucedió con el MNR, el MIR y ahora parece estar sucediendo con el MAS. Lo curioso es que en un partido ideológico las ideas están exentas en la pugna.
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El sociólogo alemán, Robert Michels, planteó que en el largo plazo los partidos políticos socialistas tienden a oligarquizarse, es decir, a generar una élite que se especializa en el manejo de la organización, se enriquece y se aleja de las bases partidarias. Esta élite partidaria utiliza mecanismos para perpetuarse en el poder. 

¿Cuáles son las características de la oligarquización del MAS?

En primer lugar, las pugnas internas del MAS se caracterizan por no ser ideológicas, sino producto del relevamiento en el usufructo del Estado por facciones antagónicas. En efecto, a lo largo de los enfrentamientos entre la facción llamada los “radicales” o la facción llamada “renovadora”, no se ha notado ninguna argumentación ideológica discursiva diferenciadora, por el contrario, ambas facciones reclaman ser los genuinos herederos de la ideología de reivindicación de izquierda, indigenista, plurinacional, antiimperialista y pro estatista. La pugna discursiva esta circunscrita a acusaciones de mayor corrupción y relación con el narcotráfico.

Pese a que en Bolivia el sistema de partidos históricamente ha demostrado falencias y limitaciones especialmente en su democracia interna, las divisiones partidarias han tenido (además de pugnas elitarias) un ingrediente ideológico. Por ejemplo, el MNR se fraccionó en el MNRI con una ideología nacional popular de corte más izquierdista, mientras que el MNR histórico se identificó con una corriente más pragmática de centro derecha. De este modo, esas facciones terminaron en lados opuestos de la política nacional.

De la misma manera, el MIR se dividió en la década de los 80 en MIR MASAS, el MIR Bolivia libre (luego MBL) y MIR Nueva Mayoría. El MIR MASAS, en su tradición de unidad de la izquierda, creó el Eje de Convergencia Patriótica (ECP) junto a otras organizaciones de la izquierda boliviana con una clara inspiración marxista; por su parte, el El MIR Bolivia Libre participó en las elecciones nacionales en el Frente del Pueblo Unido (FPU), junto a otros partidos también de inspiración nacional popular y marxista. La fracción que se quedó con la sigla del MIR creó la Nueva Mayoría, y se convirtió en MIR Nueva Mayoría. Con la sigla MIR participó en las elecciones de 1985 y fue parte de un gobierno “neoliberal” (1989-1993), asumiendo una posición pragmática de centro político. 

Usufructo

“Las pugnas internas del MAS se caracterizan por no ser ideológicas, sino producto del relevamiento en el usufructo del Estado por facciones antagónicas.

Esto no quiere decir que los fraccionamientos, tanto del MNR como del MIR estuvieron exentos del oligarquización y pugna de élites, sin embargo, también estuvo presente la diferenciación ideológica como causa de la división.

En segundo lugar, el MAS a través del IPSP buscó integrar a los sindicatos, estos implementaron una forma de colaboración conflictiva activada o desactivada en función de los intercambios clientelares y de la captura de pegas, incluso ministerios para sus respectivos dirigentes.

Los sindicatos, a diferencia de los partidos, poseen una forma de filiación obligatoria, que se adquiere con la vinculación laboral lo que implica la pertenencia al MAS de forma indirecta pero inmediata. Los partidos políticos, por otro lado, tienen una forma de filiación o adhesión voluntaria lo que implica, por lo menos en teoría, la existencia de mayor libertad y pluralismo interno.

El “centralismo democrático” y su toma de decisiones “orgánicas” propias del desarrollo sindical a través de la COB del 52 muestra el nivel de acatamiento vertical de las decisiones emanados en los ampliados u otro mecanismo de deliberación de base con decisiones que ya están previamente asumidas por la élite sindical.  Por lo tanto, la crisis del MAS, luego de más de 15 años de gobierno, arrastró tras sí a los sindicatos que ya vivían su propia crisis desde los años 80

En suma, nos encontramos frente a una pugna interna de facciones de élites que pugnan por el relevamiento en el manejo del MAS, hecho que no es nuevo en el sistema de partidos del Bolivia. Lo que llama la atención es la ausencia de debate y deliberación ideológica. Esta crisis se muestra envilecida sólo con las acusaciones de corrupción y vinculación con el narcotráfico que configuran una crisis de oligarquización pura y simple. [P]

Edgar Iñiguez Araujo, Economista

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