“Los países, como las personas, pueden reconocer o negar  su estado de crisis”

“Los países, como las personas, pueden reconocer o negar su estado de crisis”

Péndulo político Redacción Péndulo Político 05/09/2023 00:25
El afamado autor del best selller mundial Armas, gérmenes y acero (premio Pulitzer), y también de Colapso, donde realiza una reflexión descarnada sobre la situación de nuestro medio ambiente y el futuro de la especie humana, conversa sobre su último libro Crisis.
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El afamado autor del best selller mundial Armas, gérmenes y acero (premio Pulitzer), y también de Colapso, donde realiza una reflexión descarnada sobre la situación de nuestro medio ambiente y el futuro de la especie humana, conversa sobre su último libro Crisis. Cómo reaccionan los países en los momentos decisivos. La conversación tiene entera actualidad pues la crisis parece ser no sólo el estado de muchos países, sino del propio planeta. A continuación las palabras a la vez reveladoras como apasionantes de Jared Diamond, miembro de la Academia Nacional de Ciencias y de la Sociedad Filosófica de Estados Unidos.

PREGUNTA. Crisis, crisis, crisis… palabra comodín o una realidad virulenta, ¿qué debemos entender por lo que los griegos denominaban Krisis?

RESPUESTA. Se podría relacionar la crisis con el momento de la verdad: un punto de inflexión en el que la diferencia existente entre las condiciones que se observan antes y después de dicho momento es mucho mayor que la que existe entre la fase anterior y posterior de la mayoría de todos los demás momentos.

P. Tracemos una distinción: hay crisis personales y crisis nacionales, ¿puede explicarnos la primera?

R. Uno puede observar que las crisis personales surgen de distintas formas y por causas distintas, y también que siguen trayectorias diferentes. Algunas se presentan en forma de una conmoción imprevista, como la muerte repentina de un ser querido o un despido laboral sin preaviso o un accidente grave o una catástrofe natural.

P. ¿Qué contribuye a establecer una mayor o menor probabilidad de resolución de las crisis personales?

R. Lo primero, el reconocimiento de encontrarse en una situación de crisis. Este es el factor determinante para que las personas inicien una terapia de crisis. Lo segundo, la aceptación de la responsabilidad personal, pues una vez que la persona en cuestión lo ha reconocido (“Tengo un problema”), es que consiga asumir también la responsabilidad de su resolución. Lo tercero, la construcción de un cercado, es decir, identificar y delimitar el problema que hay que resolver. Lo cuarto, obtención de ayuda de los demás, ya que existen personas que se complican mucho las cosas al intentar resolver una crisis sin contar con ninguna ayuda. Lo quinto, adopción de los demás como modelo. Tal como hemos descubierto muchos de los que hemos tenido que capear una crisis, conocer a alguien que se haya enfrentado a una situación parecida supone una gran ventaja. Lo sexto, la fortaleza del ego y tiene que ver con la capacidad de tolerar emociones fuertes, mantenerse centrado en condiciones de estrés, saber expresarse libremente, percibir la realidad correctamente y tomar decisiones sensatas. Lo séptimo, una autoevaluación honesta. Lo octavo, la experiencia de crisis anteriores. Lo noveno, la paciencia, o sea la capacidad de tolerar la incertidumbre, la ambigüedad y los fracasos. Lo décimo, la flexibilidad. Y sumaría dos factores más: los valores centrales personales y la ausencia de constreñimientos.

P. ¿Existen paralelismos entre las crisis personales y nacionales?

R. Por supuesto. Los países como las personas pueden reconocer o negar su estado de crisis. Tanto los países como las personas pueden aceptar su responsabilidad nacional o individual en la toma de medidas para resolver el problema, o bien soslayarla refugiándose en la autocompasión, echando la culpa a los demás o asumiendo un papel de víctima. Los países, igual que las personas, pueden hacer o no una autoevaluación honesta.

P. Pero existirán algunas diferenciar en la manera de gestionar las crisis personales de las nacionales?

R. Los países difieren en sus formas de enfrentarse al fracaso y en su predisposición a explorar soluciones alternativas a un problema en caso de que el primer intento fracase. Pensemos, por ejemplo, en las formas diametralmente distintas de reaccionar a la derrota militar que adoptaron Alemania tras la Primera y tras la Segunda Guerra Mundial, Japón tras la Segunda Guerra Mundial y Estados Unidos después de la guerra de Vietnam. Las personas difieren también en su grado de tolerancia al fracaso, o al fracaso inicial, y a menudo nos referimos a esa característica personal como paciencia.

P. ¿Y tienen las crisis nacionales características muy propias, ausentes en las crisis personales?

R. Las crisis nacionales plantean otra serie de preguntas que no surgen en absoluto, o lo hacen sólo como analogías vagas, en las crisis individuales. Entre estas están: el papel crucial de las instituciones políticas y económicas nacionales; el papel que desempeña el líder o los dirigentes nacionales en la resolución de una crisis; cuestiones más generales sobre la toma de decisiones colectivas; el hecho de si la crisis nacional desemboca en la implantación de cambios selectivos por medio de una resolución pacífica o a través de una revolución violenta; la cuestión de si se introducen simultáneamente distintos tipos de cambios como parte de un programa nacional unificado o de si estos cambios se implantan por separado y en momentos distintos; en fin, la cuestión de si la crisis nacional la han provocado desencadenantes internos de la propia nación o alguna conmoción externa ocasionada por otros países; y el problema de conseguir la reconciliación entre las partes en conflicto.

P. Me parece un elemento central y también lo ha destacado, ¿qué sucede con el reconocimiento de encontrarse en una situación de crisis?

R. Reconocer esta situación resulta más sencillo para los individuos que para los países, porque en el primer caso no es necesario que exista un consenso entre muchos ciudadanos. Y otra complicación adicional: un país lo integran muchas personas que pertenecen a grupos distintos y también unos pocos líderes y numerosos seguidores. Estos grupos, y los líderes y seguidores, suelen tener posturas distintas acerca de este reconocimiento. Igual que los individuos, los países pueden ignorar, negar o minimizar el problema en un momento inicial, hasta que tiene lugar algún suceso externo que pone fin a la fase inicial.

P. Planteo otro factor que me parece crucial, la autoevaluación honesta…

R. De hecho, realizar una autoevaluación honesta requiere dos pasos. Primero, el individuo o el país deben estar en posesión de una información correcta y precisa. El segundo paso es evaluar esa información también con honestidad. Por desgracia, cualquier humano que esté familiarizado con la conducta habitual de los países o de los individuos sabe que el autoengaño es moneda común en los asuntos humanos.

P. La flexibilidad nacional ante situaciones específicas…

R. Al caracterizar a las personas, los psicólogos emplean una dicotomía entre la flexibilidad y la rigidez. La flexibilidad personal supone que una persona está dispuesta a considerar enfoques nuevos y distintos para un problema. La rigidez implica que dicha persona cree que solo existe un único enfoque para un problema. [P]

 

 

ACLARACIÓN: El antireportaje es una técnica periodística que consiste en simular una entrevista a un personaje público a través de extractos textuales de uno o varios de sus libros para divulgar su pensamiento.

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