El próximo 10 de diciembre se conmemora el Día Internacional de los Derechos Humanos, jornada que encuentra a la asamblea en Bolivia golpeada, sin sede y con una organización paralela. Amparo Carvajal, su fundadora y presidenta, concedió una entrevista a CORREO DEL SUR. Evaluó el 2023 y habló del conflicto en la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia (Apdhb) que tiene al frente a una organización afín al Gobierno, liderada por Edgar Salazar, que este año tomó la sede en La Paz y provocó el desalojo de la emblemática defensora de derechos humanos en las dictaduras. A sus 84 años y tras la crisis de 2019, en la que manifestó su apoyo a exautoridades y exlíderes que se movilizaron contra Evo Morales, expresa su esperanza de que la dejen volver a ingresar a la sede de la Apdhb, a propósito del 75 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. “Yo ya no estoy para estos trotes, pero no voy a dejarlo así nomás”, avisa.
Pregunta (P). Estamos comenzando diciembre, ¿cómo evalúa Amparo Carvajal su 2023?
Respuesta (R). Pues con una tristeza enorme. Estoy muy triste con la marcha de este año; los presos, los riesgos, el excívico potosino Marco Pumari, con la expresidenta Jeanine Áñez (ambos detenidos por el caso Golpe I). Cómo podemos estar bien o tranquilos en este año y que haya gente que diga como que no pasó nada. Todo es un gran conjunto de violaciones a los derechos fundamentales de todos los seres vivos que vivimos en la tierra.
P. ¿Ha sido el año más difícil para la institucionalidad de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia?
R. Por supuesto, para mí dificilísimo, porque lo que yo menos esperaba, que entré en marzo de este año de nuevo como presidenta en un congreso público, me eligieron hasta marzo del 2025, que un avasallador (por Edgar Salazar) entre con su gente y que se rían de mí. Quiero decirles a ustedes que no subí (a la terraza de la sede de la Apdhb en julio) porque yo soy una heroína, es porque los policías me dijeron a mí que no podía abrir con un cerrajero: “No señora, tiene que ir con una escalera”… Desde cuando él (por Salazar) tomó el edificio Oruro y estuve sentada en las gradas, sigo con una infección urinaria. Soy una mujer de 84 años, no puede ser que siga mendigando en la calle y atendiendo a la gente en la calle por un avasallador protegido por la Policía y su jefe, el señor Jhonny Aguilera.
P. Recién Edgar Salazar, presidente de la organización paralela afín al Gobierno, se veía envuelto en un escándalo de denuncias de fraude. ¿Qué opina de esto? ¿Afecta a la Asamblea?
R. La institución con él ya no tenía nada que hacer. Le conozco muy bien y con esto último ustedes dirán. Todas las auditorías desde que entré y le gané a él en el congreso pues había ido ordenando, todos los documentos los tenía allí y ese ladrón me los ha robado. No solamente ha querido robar a esas estudiantes de ahí (por la denuncia de estafa de jóvenes en Sucre), pero es conocido él con su actitud. Yo no tengo nada más que denunciarlo, que ya lo tengo denunciado en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, aunque él también (…) Ustedes dirán cómo puede tener el pueblo boliviano un presidente de la Asamblea, que dice que es, y tener tres audiencias y decirme que tengo que dialogar. Yo no tengo nada que dialogar, él es el que ha avasallado, él es al que está protegiendo la Policía, él está en el edificio hace un año, dos. Yo me he enfermado y estoy enferma por culpa de él.
ABUSO
“Soy una mujer de 84 años, no puede ser que siga mendigando en la calle y atendiendo a la gente en la calle por un avasallador protegido por la Policía y su jefe, el señor Jhonny Aguilera.
P. El 10 de diciembre se conmemora el Día Internacional de los Derechos Humanos. ¿Cuáles son los desafíos más importantes en el país? ¿Se podrá mejorar el grado de cumplimiento de los derechos humanos en Bolivia?
R. Ese sería un deseo, pero si no hay justicia, si ni se hablan de las observaciones, si esta pelea entre ellos (por la crisis del MAS) dicen que es una pantomima, que no es real, que lo que quieren es el poder por el poder, sin pensar que el poder tiene que ser servicio... Mi esperanza es que yo rompa (la soldadura de la puerta de la sede de la Apdhb) ese 10 y les pida a todos volver a entrar. El único trabajador que tengo no lo he podido inscribir en la Gestora, a la Caja tampoco para su salud. Tenía un señor que iba tres días a la semana, lleva seis meses sin poder entrar. Me dan mucha pena las fotografías de la inspección que me entregaron, que tuve que recoger, cómo ellos abusaron (…)
P. ¿Qué esperar del cumplimiento de los derechos humanos en Bolivia en 2024 y 2025, años electorales?
R. No sé qué pensar. Yo ya nada más puedo decir que me da mucha pena que yo diga, como lo he dicho, lo repito: después de haber recordado los 40 años de democracia, continuamos diciendo: ¿qué democracia?, si no hay una asamblea de derechos humanos, si no hay un reconocimiento a que la palabra derechos es del pueblo y que esa representación de la casa del pueblo significa defender no solamente los derechos humanos, sino los derechos de todos los habitantes de este planeta tierra. [P]
* Raykha Flores Cossio, Jefa de Prensa de Correo del Sur