La corporación política transnacional

La corporación política transnacional

Péndulo político Franklin Pareja 09/04/2024 11:25
“Son corporaciones políticas transnacionales poderosas, influyentes, injerencistas, proclives a apoyar y justificar la peores atrocidades antidemocráticas”
PUBLICITE AQUÍ

La acción política del siglo XXI, dista mucho de las formas y tipos de incidencias del siglo pasado (no muy distante). Claramente, hoy en día, los problemas de un Estado, no son inherentes únicamente a su fuero interno. En la actualidad, los problemas de cualquier Estado afectan de manera directa o indirecta a su región o al mundo, dependiendo el peso específico del mismo, pues no sería lo mismo una eventual crisis económica en Chipre, que la que podría suscitarse en Japón, por contraponer un ejemplo de dos estados muy asimétricos en términos de influencia e irradiación global.

Y es que con la caída del muro de Berlin (1989) y en los prolegómenos de la desintegración de la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) el año 1991, pareció en algún momento que el hegemón global sería única y exclusivamente el tan mentado imperio norteamericano, precedido de la derrota definitiva del comunismo. Pero la primavera del hegemón duró muy poco (1991-2008), con la crisis financiera global del año 2008, el mundo vio sucumbir al último imperio de pie (Estados Unidos), para dar paso a una nueva configuración global. De esa parte hasta hoy, el mundo occidental ha vivido muchos sucesos turbulentos que van siendo capitalizados con gran sentido de oportunidad por otros estados con suficiente poder expansivo, que amplían cada vez más su influencia a nivel global y ponen en entredicho el poder omnímodo norteamericano. En tal sentido, en materia de geopolítica global, pasamos de la era unipolar a la multipolar.

A fines del siglo XX, algunos se embriagaron de felicidad y hasta hubo un politólogo norteamericano (Francis Fukuyama) que a raíz de la caída del muro de Berlin y la debacle soviética, publicó un libro denominado El Fin de la Historia y el Último Hombre. El autor presagiaba la victoria de la democracia liberal por sobre el fascismo y el comunismo propios del siglo XX. Visualizó un mundo unipolar con una supremacía indiscutible del capitalismo, situación que 30 años después, obligó al mismo autor a hacer un balance acerca de sus ideas de un mundo que sufrió grandes transformaciones, y, reenfocar su visión, sosteniendo que las democracias liberales ahora mismo, están en peligro y bajo incesantes ataques, es decir, la supuesta victoria del capitalismo y de las democracias liberales, no se dieron ni de cerca como él supuso en algún momento de exultación.

“Con el tiempo, el accionar de la poderosa corporación política transnacional (Foro de Sao Paulo), viró y fortaleció de manera pragmática el eje China, Rusia, Irán”

En Latinoamérica, las corrientes de izquierda comprendieron sin exitismos que un nuevo mundo se estaba configurando, y que la desintegración de la URSS rompería los equilibrios globales, por tanto, había que actuar en clave corporativa política transnacional. En este sentido, Ignacio Lula Da Silva y Fidel Castro, leyeron bien, actuaron a tiempo e impulsaron la creación del Foro de Sao Paulo (1990), aglutinando en su seno a las fuerzas progresistas de izquierda latinoamericanas y también allende el continente, con el propósito de amortiguar lo que supuso la inevitable extinción del equilibrio bipolar (EEUU-URSS). 

Con el tiempo, el accionar de la poderosa corporación política transnacional (Foro de Sao Paulo), viró y fortaleció de manera pragmática el eje China, Rusia, Irán, conjuntamente los países latinoamericanos autocráticos de Cuba, Venezuela y Nicaragua y el apoyo entusiasta de Brasil, México, Chile y Bolivia (Argentina con el presidente Javier Milei abandonó totalmente el eje mencionado). El Foro de Sao Paulo, a la postre, fue el brazo operador continental, de ahí en adelante su accionar es vigoroso al punto de lograr en algún momento tener el control de casi toda la región con gobiernos denominados Socialismo del Siglo XXI. Hoy funcionan bajo la conducción de líderes socialistas organizados en el Grupo de Puebla (2019). Básicamente siguen siendo lo mismo, Foro de Sao Paulo (Partidos y fuerzas de izquierda) y Grupo de Puebla (Líderes Socialistas) , mantienen los mismo objetivos, vinieron maquillados de autodeterminación y soberanía, pero en esencia son corporaciones políticas transnacionales poderosas, influyentes, injerencistas, proclives a apoyar y justificar la peores atrocidades antidemocráticas y defender sin sonrojarse a verdaderos tiranos, porque por encima de los estados, se debe mantener primero a la  “corporación política transnacional”. 

Este es el contexto de la nueva política del siglo XXI, ¿lo entenderán así los que se enfrentan a la corporación política transnacional?, ¿sabrán que para todo tienen receta? La ingeniería de los procesos electorales está diseñada para no perder jamás, la arquitectura jurídica fue pensada para sacar del camino a cualquiera que suponga un riesgo o peligro para la corporación, y si ambas metodologías no funcionan, siempre está la represión, el garrote o la violencia. 

“Ignacio Lula Da Silva y Fidel Castro, leyeron bien, actuaron a tiempo e impulsaron la creación del Foro de Sao Paulo”

Es un juego asimétrico, las fuerzas fuera del radio de la corporación política transnacional están bregando en una cancha desigual, quizás su miopía y mirada de barrio no les permite dimensionar la escala de su contrincante que trasciende las fronteras. Hoy por hoy, las luchas políticas no sólo suponen irradiación nacional, ni penetración en el mundo rural,  las mismas podrán ser efectivas si vienen en clave global, con socios estratégicos más allá de simples amistades altruistas. La corporación política transnacional está viva y organizada, no descansa, no se basa en fundamentos axiológicos, es una trituradora de democracias y líderes emergentes, actúa en las esferas de los organismos internacionales, donde tiene alfiles colocados en funciones estratégicas. Por si fuera poco, tiene sus tentáculos en los medios de comunicación más influyentes del mundo, recibe financiamiento de fuentes diversas, muchas desconocidas y quizás de muy dudosa procedencia, pero tiene recursos. No es una ONG, se trata de una corporación.

Para pesar de muchos nostálgicos, el ex imperio norteamericano tiene su radar en Medio Oriente y Asia Pacífico. Latinoamérica está lejos de sus intereses, el mundo multipolar ha reconfigurado la distribución del poder y los americanos están en otros circuitos, de tal manera que mientras unos juegan en clave local o nacional, las fuerzas dominantes autocráticas de izquierda juegan en clave corporativa regional y global. Son diferencias que desnudan complejas verdades, primero que ya no hay un imperio que esté preocupado por apoyar a las democracias liberales (lo cual es bueno), segundo, la naturaleza de las disputas políticas es falsamente ideológica, y tercero, la lucha es por intereses cada vez más vinculados a cuestiones inclusive de orden criminal. La corporación política transnacional no tiene competencia, porque las conformaciones políticas liberales no hacen los deberes, actúan en un radio reducido. En lo que respecta a nosotros, están preocupados en buscar su candidato de unidad, cuando el mundo va a cien por hora y otros siguen en peleas de barrio. [P]

 

Compartir:
También le puede interesar


Lo más leido

1
2
3
4
5
1
2
3
4
5
Suplementos


    ECOS


    Péndulo Político


    Mi Doctor