En el último quinquenio han sucedido una serie de acontecimientos que configuraron un escenario complejo, lleno de retos que, sin duda, podríamos inscribirlos dentro de las manifestaciones de un Nuevo Orden Internacional que pretende erigirse luego de más de 30 años del fin de la guerra fría. Un mundo multipolar donde las principales potencias quieren ocupar el sitial más gravitante de esta nueva fotografía de la familia mundial.

La pandemia del covid-19 nos dejó cifras escalofriantes: nueve millones de muertos y más de mil millones de enfermos. La humanidad luego de dos años difíciles pensaba que vendrían mejores tiempos, pero la invasión rusa a Ucrania, abrió el telón de 2022, con efectos geopolíticos de escala global.

No siendo suficiente ese escenario oscuro para la humanidad, el 7 de octubre, el conflicto palestino/israelí adquiere connotaciones de drama y sin sentido, el ataque de Hamás al pueblo israelita no logra justificación alguna, porque las víctimas principalmente inocentes son las que escriben el más nefasto recuento de daños. Por su parte, Israel, responde en aras de la “legítima defensa” de manera sobredimensionada y lejos de circunscribirse a su defensa pasa a una sistemática violación del Derecho Humanitario. 

Consideraciones geopolíticas

Una de las mayores preocupaciones geopolíticas se concentra en Oriente Medio, me refiero a la posibilidad de configurar un escenario de escalada del conflicto palestino/israelita, tomando en cuenta que este se ha extendido a las costas de Yemen y aun no se descarta una confrontación de carácter regional que involucre a Hezbolá y otros aliados de Irán. 

Exceso israelí. Entre otros aspectos, además de las cifras dramáticas que está dejando este conflicto, se debe tomar en cuenta que Israel ha insistido en la dureza de su respuesta generando casi de manera unánime un rechazo a su sobre exagerada respuesta y una especie de aislamiento internacional. En ese mismo orden, Estados Unidos, el aliado incondicional de Israel, tendrá que administrar el desgaste que implica esta alianza y al mismo tiempo no descuidar su papel preponderante en el otro conflicto europeo y el constante asedio chino en todos los órdenes, en un contexto electoral, también complejo por la presencia del ex presidente Trump.

Crisis del mar Rojo. Debemos mencionar que, de igual manera, la economía se verá afectada por la crisis del mar Rojo que pone en riesgo la ruta marítima comercial que permite la circulación rápida de mercancías entre Asia, Europa y América.El prolongado conflicto del Mar Rojo y la consiguiente necesidad de evitar el Canal de Suez obligan a desviarse por el Cabo de Buena Esperanza, un desvío que añade entre 7 y 10 días a los envíos entre Asia y determinados mercados occidentales. 

En términos generales las economías del mundo se verán afectadas por una mayor inflación, pérdida del poder adquisitivo, alza de los precios internacionales, disrupción en cadenas de suministro, para mencionar algunas variables.

Invasión rusa. La invasión de Rusia a Ucrania, conflicto que lleva más de dos años, sin posibilidades a la vista de un cese de hostilidades, parece más bien, estancado, lo que de ninguna manera signifique que nos aproximamos a un acuerdo de paz entre estos dos países, aunque tampoco podríamos afirmar que este no sea posible. Está claro que Occidente difícilmente podrá mantener sus niveles de cooperación, de cara a las elecciones que se producirán en Europa y Estados Unidos y este escenario podría animar a Ucrania a aceptar una posible paz, que para Rusia sólo es posible si se cumplen sus objetivos territoriales.

Crisis del sistema de la Naciones Unidas. Los dos conflictos anteriores nos muestran la incapacidad de Naciones Unidas, que fue creada para garantizar una paz duradera, nadie en su sano juicio dudaría que se hace imperioso una reingeniería de este sistema internacional que ya muestra desde hace tiempo sus síntomas de caducidad, pero que extrañamente nadie propone sustituirlo. El Consejo de Seguridad se ha convertido en la expresión más odiosa de un sistema jurídico internacional viciado por la excesiva politización. 

Estados Unidos/China. Es oportuno mencionar que la rivalidad geopolítica entre China/EEUU se mantendrá, quizá con mayor sensibilidad en un contexto mundial beligerante, en el que el tema de Taiwán nunca está descartado como elemento de alta tensión y vinculado a las últimas elecciones en ese país y las que sucederán en Estados Unidos y la Unión Europea.

Migraciones mundiales. Las masivas migraciones humanas que hoy se presentan en distintos puntos del mapa sin duda tienen efectos planetarios. Las cifras de desplazados (281 millones de personas) están trastocando todas las predicciones en esta problemática. Este contexto nos refleja un abanico de escenarios que van desde las mafias internacionales vinculadas al tema, la deshumanización de la sociedad mundial, hasta las oportunidades económicas que puede genera esta realidad.

América Latina. Si bien es cierto que las últimas décadas fue un terreno fértil para promover las relaciones con Rusia y China, los cambios de aires políticos en Ecuador y Argentina parecen vislumbrar que Occidente podría volcar su mirada e interés nuevamente en la región y tratar de gravitar en los próximos acontecimientos electorales a fin de que los ejemplos de Ecuador y Argentina, junto a los de Uruguay y Paraguay, puedan ser los fundamentos para el cambio de ciclo político en la región. [P]

Álvaro del Pozo, internacionalista