Bolivia y el corredor bioceánico

Bolivia y el corredor bioceánico

Péndulo político Javier Viscarra Valdivia 24/07/2024 00:55
Próximamente se estrenará el anunciado corredor bioceánico entre el Océano Atlántico y el Océano Pacífico, destinado al transporte de miles de toneladas de productos de exportación e importación.
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Próximamente se estrenará el anunciado corredor bioceánico entre el Océano Atlántico y el Océano Pacífico, destinado al transporte de miles de toneladas de productos de exportación e importación. Sin embargo, Bolivia está fuera de esta ruta, una realidad que refleja la actual política exterior encomendada en su ejecución a una Cancillería desmantelada, ineficiente e incapaz de atender estos desafíos.

Los pasos finales para la construcción de este enorme proyecto carretero, que abarca a Brasil, Paraguay, Argentina y Chile y que unirá los puertos de Santos en Brasil con los puertos de Antofagasta e Iquique en Chile, están avanzando rápidamente.

En Bolivia, parece que estamos más enfocados en consolidar o destruir la narrativa del golpe de Estado. Cientos de memes hacen referencia al paradójico movimiento militar del pasado 26 de junio, pero en algunos pueblos la burla es más abierta, como la puesta en escena de esos hechos en la entrada autóctona de la Virgen del Carmen, en Coripata, Yungas de La Paz, el pasado 15 de julio. Los asistentes se reían a carcajadas por la parodia del denominado golpe o autogolpe de Estado.

En el lado positivo, hace unos días llegó en visita oficial a Bolivia el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, quien además de ofrecer un vigoroso respaldo político al presidente Luis Arce, firmó 10 importantes acuerdos. Muchos de estos solo son un conjunto de buenas intenciones, ya que no se han publicado detalles sobre fechas, montos de inversión y otros aspectos específicos, pero sin duda auguran buenos propósitos para ambos países.

En cuanto a las carreteras bioceánicas, durante su visita, el mandatario brasileño destacó la necesidad de impulsar la integración de Bolivia y Brasil, señalando que no es un ejercicio de retórica, sino de supervivencia. Lula también mencionó que “el acceso de Brasil y Bolivia al Océano Pacífico es estratégico para la apertura de nuevos mercados y para la inserción del continente en los nuevos flujos de comercio”.

Mientras tanto, los acuerdos efectivos entre los otros cuatro actores del corredor bioceánico avanzan rápidamente. Este trayecto tiene una longitud de 3.400 kilómetros, de los cuales un tramo de 600 kilómetros atraviesa el chaco paraguayo. 

Paraguay ha destinado 1.300 millones de dólares para esta construcción. Esta información surgió tras la reunión de los presidentes de Chile y Paraguay en Asunción. También se ratificó la ruta que unirá el corredor bioceánico, desde Santos en Brasil, pasando por Presidente Prudente y Campo Grande en territorio brasileño, para ingresar a Paraguay por Puerto Murtinho en el Estado de Mato Grosso del Sur. Desde allí, seguirá por Mariscal Estigarribia y Pozo Hondo, ingresando a Argentina por Tartagal, pasando por Jujuy y Salta, hasta llegar a Calama en Chile, desde donde la carretera se bifurca hacia los puertos de Iquique y Antofagasta.

Esta ruta también cuenta con un apoyo financiero comprometido por los Emiratos Árabes Unidos, según un acuerdo firmado con los cancilleres de Brasil, Paraguay, Chile y un representante argentino en diciembre de 2023. Además, años antes, la diplomacia de los cuatro países involucrados logró financiamiento en Europa para la construcción de la ruta.

A pesar de este panorama, siempre es posible recomponer los errores de la negociación diplomática del primer gobierno del MAS, cuando Bolivia puso trabas a la construcción del corredor bioceánico, entendiendo que no se debían dar ventajas ni entregar gratuitamente a Chile esos accesos. Se proponía conectar los puertos y Estados de Brasil, ricos en producción de alimentos, por Bolivia, para pasar directamente a los puertos del Perú.

Ahora que ha pasado el tiempo de la soberbia y sin la disponibilidad que le daba al gobierno una billetera llena de dólares provenientes de las exportaciones de gas, urge consolidar rutas que permitan un comercio fluido. Afortunadamente, juega a favor del país que la ruta por Bolivia, desde el Estado de Sao Paulo, pasando por Mato Grosso, es más directa y podrá ser atractiva cuando los comerciantes evalúen los costos de transporte.

Para negociar y revertir la exclusión o autoexclusión de Bolivia de los corredores bioceánicos es necesario, primero, un golpe profundo de timón en el enfoque de nuestra política exterior y en el manejo de nuestras relaciones internacionales, que no deben basarse en términos ideológicos, sino en función de los intereses del Estado. [P]

 

Javier Viscarra Valdivia, abogado y diplomático

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