Hace poco más de un mes se realizaron las elecciones nacionales en Venezuela (28 de julio), a la fecha, el tirano Nicolás Maduro no ha hecho más que masacrar a su pueblo que le dijo en las urnas que lo repudia y detesta de todas las formas posibles.
El “cacareo” internacional nuevamente está demostrando su inutilidad e hipocresía, al fin y al cabo, los intereses geopolíticos de unos y otros son más importantes, porque los negocios lícitos e ilícitos continúan intactos. En esta oportunidad, la evidencia de la victoria de la oposición es incontrastable, 67% contra 30% en favor de Edmundo Gonzales Urrutia (BBC News Mundo, 2024). El resultado fue producto de una planificación y organización de años a la cabeza de la líder opositora Corina Machado que, por cierto, es ingeniera y piensa como ingeniera (lo que explica muchas cosas); no obstante, y como era de esperar, todo fue totalmente ignorado por Nicolás Maduro, que sin datos en la mano y con toda la evidencia en su contra, simplemente se erigió como dictador sin mayores ambages ni disimulos, secundado por los datos del Consejo Nacional Electoral (CNE), totalmente controlado y subordinado al régimen totalitario, y posteriormente ratificado por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) a la cabeza de una ferviente juez chavista.
La paranoia de Maduro que se sabe arropado por los fusiles y las metrallas de las Fuerzas Armadas venezolanas con la mayor cantidad de generales en el mundo, que según el politólogo argentino Andrés Malamud suman un total de 2.000 aproximadamente, frente a 700 generales de las Fuerzas Armadas norteamericanas (para que se tenga una referencia comparativa), no cesa ni un solo instante en profundizar la crisis más sangrienta y atroz del siglo XXI en nuestra región. El corpulento tirano, cuya inteligencia es inversamente proporcional a su volumen, se muestra completamente descontrolado, ante lo que es más que evidente, su catastrófica derrota. Desesperado, no sabe cómo demostrar lo contrario, esta vez fueron desenmascarados con pruebas tangibles, ni sus socios chinos pudieron revertir las evidencias puestas a disposición del mundo entero.
Día que pasa, el mundo solo atina a ver como el pueblo venezolano está siendo sometido a mayores y peores ultrajes, les robaron todo, y están en completa soledad. En medio de una total ausencia de Estado de Derecho, se producen detenciones sin órdenes judiciales, secuestros a opositores y “revoltosos”, por el solo hecho de protestar. Pero las cosas siguen empeorando, ahora, al estilo de los regímenes totalitarios como Corea del Norte, China, Irán, Rusia y alguno que otro país satélite, han decidido prohibir la presencia de las redes sociales, el mismísimo Maduro cual si fuera motivo de celebración, canceló whatsapp en medio de aplausos. Ciertamente, todo lo que hace el voluminoso dictador de microscópico cerebro, es motivo de festejo y grandes sonrisas complacientes (aunque se ven más bien nerviosas), quizás si no sonríes y aplaudes como foca te vas directo al tenebroso Helicoide (prisión y centro de tortura en Caracas). En la misma línea de dictadura bananera, recientemente un juez federal en Brasil (Moraes) canceló la plataforma X.
Día que pasa, el mundo solo atina a ver como el pueblo venezolano está siendo sometido a mayores y peores ultrajes, les robaron todo, y están en completa soledad”
¿Pero cómo es posible que un tirano como Nicolás Maduro pueda burlarse de la voluntad de más de un 70% de su población, al margen de los 8 millones de venezolanos que están fuera de su país, de los cuales ni el 1% votaron? ¿Cómo se explica que nada ni nadie sea capaz de ponerle freno a tanta infamia? La respuesta no es tan complicada, Maduro es solo la cara visible de un gigantesco poder, un poder tan grande que antes que perder una plaza inmensamente rica y geográficamente estratégica como Venezuela, está dispuesta a incendiar el mundo entero si fuese necesario. Hace algún tiempo describí en un artículo a esta poderosa organización a la cual denomino: la Corporación Política Transnacional (Correo del Sur, abril 2024).
El día que caiga el tenebroso régimen castrochavista, hoy a la cabeza de Maduro, solo será afectada una minúscula fracción de la interminable red de poder de la Corporación Política Transnacional, sin embargo, será el principio del cambio de época, por eso el problema venezolano es crucial para todos, no es ni por asomo un asunto de interés únicamente venezolano, es mucho más que eso, porque el régimen venezolano (no el valeroso pueblo venezolano), es una organización criminal que al mismo tiempo que ostenta poder, no tienen adonde huir, son presos de su misma organización, no se pueden reconvertir, no son políticos, son criminales que deberán ir a parar a los estrados judiciales de sus países o juzgados internacionales, pero no será una simple rotación del poder.
“Estructuraron en Venezuela una organización criminal bien planificada y dirigida desde el más alto nivel” de los líderes del régimen, dijo a Diálogo Jorge Serrano, asesor de la Comisión de Inteligencia del Congreso del Perú, el 13 de julio de 2022. “Claramente es una dictadura cívico-militar dirigiendo un régimen abiertamente enfocado a gestionar el crimen organizado internacional” (Diálogo Américas, agosto 2022).
El día que caiga el tenebroso régimen castrochavista, hoy a la cabeza de Maduro, solo será afectada una minúscula fracción de la interminable red de poder de la Corporación Política Transnacional”
Por eso es inviable una salida democrática, negociada o institucional en Venezuela, Maduro se burló del acuerdo de Barbados que suspendió sanciones a cambio de restablecer derechos políticos, por eso hasta Lula y Petro están en figurillas, porque aunque quisieran que Maduro continúe y todo termine de aplacar sin más ni más, hasta esos dos siniestros personajes saben que esta vez la cosa no es sencilla, el repudio e incomodidad que genera el régimen madurista está perturbando y poniendo en problemas a todos los miembros de la Corporación Política Transnacional, pero perder Venezuela es impensable, sería perder la fuente del poder real, no es lo mismo que si mañana se va Ortega en Nicaragua, Venezuela es la riqueza que alimenta a toda la corporación, de ella beben muchos criminales y parásitos caribeños, centroamericanos, europeos y africanos, es imposible soltar esa plaza. El eje global China Rusia e Irán están inmersos hasta el tuétano, Caracas es ahora mismo un botón rojo que podría activar una tercera guerra mundial, para que se entienda la escala del problema.
En medio del entuerto, de forma cínica, Lula, Petro y López Obrador, ensayan la posibilidad de repetir elecciones, o sea, blanquear la dictadura, darle más tiempo y oxígeno, permitirle inclusive cambiar las reglas del juego para otra elección, un descaro monumental. Pero repito, Maduro es solo “la puntita” de la Corporación Política Transnacional, de una u otra forma todos están enlodados en mayor o menor medida. El día que caiga el régimen castrochavista (porque caerá), se conocerán muchas cosas, sabremos y confirmaremos la información que circula hace años, conoceremos a detalle lo que existe detrás de esta organización, los intereses que sostienen este gigantesco monstruo, sabremos con nombres y apellidos quiénes son y están ensuciados con las redes del narcotráfico, tráfico de armas, personas, oro y un sin fin de cosas que ni sospechamos, por eso, y por mucho más, Venezuela será el inicio de la liberación continental, no es un asunto de los “chamos” venezolanos, es la libertad que se nos está arrebatando a todos. Se libera Venezuela y seguidamente caerá el parasitario régimen castrista, porque Cuba lleva más de medio siglo en la miseria y el oprobio. Estas atrocidades han empezado a inocularse en Bolivia, por eso debemos estar alertas y nunca olvidar que nuestro sagrado himno termina así: “Morir antes que esclavos vivir”. [P]