Configuración de binomios
Como se sabe la primera encuesta con autorización del TSE fue de conocimiento público el anterior domingo 1 de junio por la red Unitel y amplificada por muchos medios y redes. Por supuesto, muchas han sido las reacciones de políticos y analistas respecto a tales datos. Pero ¿cuáles son los aspectos sobresalientes del instrumento presentado por Unitel y que marcan una diferencia en los procesos electorales anteriores? Aunque las tendencias pueden cambiar, se pueden hacer algunas aproximaciones al respecto.
En primer lugar, se puede ver que el sistema de partidos tiene la tendencia a la fragmentación. En efecto, tanto los partidos políticos del bloque popular y la oposición al modelo vigente, no han logrado avanzar en proyectos de unidad viables que permitan cautivar una mayoría significativa de votantes, por lo tanto, existen un número relativamente alto de partidos entre los cuales no logra distinguirse una propuesta hegemónica, como lo fue el MAS en elecciones anteriores, tanto con Evo Morales como con Arce Catacora. En consecuencia, es posible pensar que la representación en la Asamblea Legislativa Plurinacional será también diversa sin mostrar una mayoría apreciable, exigiendo la conformación de alianzas y pactos constantes.
En segundo lugar, muestra que la estructuración de binomios, presidencial y vicepresidencial no ha estado guiada de forma predominante por criterios de complementariedad étnica, sino por competencias técnicas económicas que permitan resolver la crisis de estanflación en Bolivia (inflación y estancamiento). En efecto, generalmente en los binomios de Presidente y Vicepresidente se han tratado de proponer cierta complementariedad, que exprese la diversidad étnica y/o regional, por lo cual se han conformado binomios de indígena y no indígena, en el reconocimiento de la diversidad étnico cultural, o binomios conformados por un candidato oriental y otro del occidente, tratando de representar las disparidades regionales. Como ejemplo de binomios que expresan diversidad étnica tenemos: Sánchez de Lozada-Víctor Hugo Cárdenas (elecciones de 1993), Tuto Quiroga-Tomasa Yarhui (elecciones 2020), Virgilio Lema-Fernando Untoja (elecciones 2019), evo Morales-García Linera (elecciones 2002-2005-2009-2014-2019), Luis Arce-David Choquehuanca (elecciones 2020) entre otros.
En tercer lugar, se puede apreciar en los binomios que pugnan para las elecciones actuales, que la mayoría siguen el criterio de representación regional y/o etario, además de competencial, y pocos son los que muestran la diversidad étnica. Probablemente esto se deba a la declinación del discurso identitario étnico y la predominancia en el debate público y las demandas sociales de la resolución de la lacerante crisis económica.
En cuarto lugar, la incorporación de una importante masa juvenil de votantes es otro elemento que marca la propuesta de binomios, teniendo en cuenta la existencia de comportamientos y peculiaridades de la participación política de los jóvenes.
En suma, la demanda poblacional que representa la superación de la crisis económica actual, parece marcar las propuestas electorales de los diferentes partidos que hicieron un esfuerzo por mostrar cuadros que representen capacidad frente a ese reto. Ello también se nota en la incorporación de outsiders que provienen del mundo empresarial o de la tecnoburocracia vinculada a organismos internacionales, prefigurando un equipo que vaya a enfrentar los retos económicos que son la principal preocupación de la Bolivia atribulada. [P]