UPEA instala huelga y Ministro calla por muerte de joven
El Gobierno insiste en instalar diálogo por la demanda de mayor asignación presupuestaria
Al cumplirse hoy una semana de la muerte de Jonathan Quispe, el conflicto entre la Universidad Pública de El Alto (UPEA) y el Gobierno tiende a agudizarse, con la instalación de una huelga de hambre, el diálogo cada vez más alejado y escasos avances en la investigación sobre el fallecimiento del joven universitario.
Cientos de estudiantes salieron ayer de nuevo a bloquear las calles de Bolivia y un grupo entró en huelga de hambre.
El primer piquete de ayuno voluntario está compuesto por representantes de docentes, administrativos y estudiantes.
Al mediodía, los protestantes hicieron un homenaje a Quispe, que falleció hace siete días mientras huía de la represión policial y recibió un disparo mortal con una canica.
El bloqueo de ayer se instaló en La Ceja de El Alto; los estudiantes prendieron fuego a llantas e hicieron un mitin. Exigen el esclarecimiento del caso y una mayor asignación presupuestaria.
Quispe falleció por el impacto de un proyectil de fibra de vidrio en el pecho. La Policía sostuvo que el muchacho no fue herido por sus efectivos, sino que ingresó a un domicilio sin lesiones graves y que al interior habría ocurrido el suceso que acabó con su vida.
"Queremos al culpable de la muerte de nuestro compañero. Nos están queriendo tomar el pelo y no lo vamos a permitir", dijo Franz Contreras, ejecutivo de la FUL, en referencia a que en los últimos días salieron versiones contradictorias sobre los responsables de los luctuosos hechos.
También informó que se decidió retirar el título de honoris causa que la UPEA otorgó al presidente Evo Morales y declaró persona no grata a Eva Copa, quien en representación de esa casa de estudios fue elegida senadora por el MAS.
CUNDE EL TEMOR
Los movilizados también solicitaron garantías para los testigos, docentes, administrativos y estudiantes, como también para la familia de Quispe.
Y es que Rosendo Quispe, padre del joven fallecido, sostuvo ayer que los testigos que presenciaron la muerte de Jonathan son amedrentados a través de llamadas telefónicas anónimas y que tienen el temor de declarar ante las autoridades del Ministerio Público.
Su esposa Claudina Vila también dijo sentir miedo por la advertencia que lanzó la semana pasada el ministro Carlos Romero, en sentido de procesar a quien atribuya al Gobierno la muerte del joven.
"El ministro de Gobierno, Carlos Romero, dice ‘quien hable contra el presidente yo voy a procesar’, entonces por eso nosotros tenemos miedo", señaló.
Ayer se conoció la denuncia del responsable del peritaje de la UPEA, el ex mayor de la Policía David Vargas. Afirmó haber sido interceptado por encapuchados, y recibido amenazas de muerte.
"Fueron dos hombres que se acercaron con sus pasamontañas. Me gritaron 'hijo de puta' te quedan pocas horas de vida. Estaba borrosa la placa, no era legible. Eran personas altas, no pude identificarlos. El vehículo era color blanco", dio a conocer a través de un audio.
Previamente, el comandante de la Policía, Alfonso Mendoza, comprometió la "protección" necesaria para los testigos de la muerte.
"Todos los testigos están y gozarán de toda la protección y no ocurrirá nada en esta investigación que será totalmente imparcial y objetiva", indicó.
Mendoza manifestó que conforme se avanza en la investigación "se tendrá novedades importantes para el esclarecimiento de este hecho".
DIÁLOGO EN NADA
Como habían anticipado el martes, representantes de la UPEA no acudieron ayer al diálogo con el Ministerio de Economía y el titular de esa cartera de Estado, Mario Guillén, aseguró que insistirá en un encuentro con los representantes de esa casa de estudio para resolver su demanda de mayor presupuesto.
"Comunicarles que nosotros seguimos dispuestos al diálogo, vamos a seguir insistiendo, vamos a seguir invitando a la UPEA, porque tenemos la firme convicción de solucionar este tema lo más antes posible, aunque lastimosamente no encontramos la misma respuesta de las autoridades universitarias", señaló.
Volvió a descartar que el diálogo involucre al presidente Evo Morales, como demanda la Universidad alteña.
"Si el Presidente los recibe se vuelve un tema político (...) y lo que tenemos que trabajar con la UPEA es un tema técnico y buscar las alternativas, entonces este es un tema que tiene que resolverse en el ámbito netamente financiero y técnico", afirmó.
Romero se acoge al silencio mientras avanza la investigación
El ministro de Gobierno, Carlos Romero, manifestó ayer que "se mantendrá el silencio" mientras la Policía realiza las investigaciones sobre la muerte del joven Jonathan Quispe.
Por la tarde, un grupo de legisladores del Movimiento Al Socialismo (MAS) emitió un pronunciamiento en apoyo a la autoridad gubernamental, a quien apuntan como responsable de la muerte del universitario alteño.
"Yo no hice absolutamente nada, me han hecho las peores acusaciones y humildemente he preferido guardar silencio. Si ahora me pronunció es por este medio de comunicación para hacer una agradecimiento enorme a quienes han tenido la generosidad de brindarme su apoyo", declaró Romero al portal digital Urgentebo.com.
Manifestó que hay importantes avances en la investigación que realiza la Policía sobre el caso, aunque no dijo cuáles. "Yo voy a esperar que continúen los procedimientos antes de pronunciarme", acotó.
Destrozados en llanto, los padres de Jonathan piden el esclarecimiento
Rosendo Quispe, padre de Jonathan fallecido la semana pasada, acusó a la Policía de mentir con su versión sobre la muerte del joven. Señaló que lo quieren “mamar”.
“Ellos (la Policía) dicen que allá adentro se han hecho. ¡Mentira!. Cómo van a mentir, acaso a mí me van a mentir o me quieren mamar. ¡No!”, señaló.
Explicó cómo sucedió la muerte de su hijo y relató que agarró una piedra para arrojar a los policías, que estaban en una esquina, y que en ese intento recibió el proyectil en el pecho.
Aseguró que el universitario ya estaba herido al ingresar al domicilio. Explicó que en el video se observa que no camina de manera normal, sino que corre como si estuviera cojeando.
La Policía sostiene que si el joven hubiese sido herido fuera de la casa, se habría desplomado en ese lugar y no habría corrido.
Al respecto, el padre sostuvo que el suceso no fue como dice la Policía, porque su hijo pudo reaccionar al ser herido y tener fuerzas para ocultarse. Argumentó que en su experiencia ha carneado ovejas y sabe que el golpe en el pecho deja un tiempo “atontada” a la víctima, pero no la mata de inmediato.
Agregó que al interior de ese domicilio su hijo se desvaneció y que las personas que estaban con él no se dieron cuenta de qué le había ocurrido, hasta que empezó a filtrar sangre por su ropa y vieron que tenía una herida.
El padre expresó que su único pedido es que el asesino de su hijo aparezca. “Quiero ver su cara, con eso voy a vivir”, manifestó.
Dijo que está ocurriendo “algo raro”, puesto que los testigos están amedrentados y que su hermana, encargada de gestionar el caso con abogados, tiene sospechas de que su teléfono está intervenido. Aseguró que él no hizo nada a las autoridades y que no vive de la política, sino de su trabajo.
También habló su esposa, Claudina Vila. Visiblemente acongojada, entre lágrimas, recriminó que se use el deceso de Jonathan por parte de los representantes de la universidad alteña. "¿Por qué se aprovechan de la muerte de mi hijo? ¿La UPEA, el rector, por qué se aprovechan? Para ellos (como) beneficio ha muerto mi hijo", increpó.
También contó que jamás pensó que su hijo no iba a regresar a casa ese día. Recordó que le dijo que no fuera a la marcha, pero él señaló que iban a controlar asistencia con fichas.
Manifestó que está muy dolida por el fallecimiento de su hijo, por lo cual no salió de casa hasta ayer, para expresarse ante la opinión pública, pedir justicia y que se esclarezca el caso.
También ayer circuló otro video que refleja cómo el joven universitario pasó sus últimos momentos vivo, mientras gritaba de dolor y se desangraba, y quienes lo acompañaban pedían auxilio urgente para salvarlo de la muerte.