Carlos Gill, pieza clave en proyectos del Gobierno
Edifica puerto para granos de Bolivia en Argentina e impulsa el tren bioceánico
Carlos Gill Ramírez es el mayor magnate de los negocios del Estado boliviano. De la mano del grupo empresarial que lleva su nombre participó en la construcción de la red de transporte por cable Mi Teleférico, además de que se considera ideólogo e impulsor del tren bioceánico y, en dos años, planea abrir en Rosario (Argentina), un puerto granelero de uso exclusivo para Bolivia.
Estos tres proyectos estratégicos para la economía boliviana son, según él, las razones que lo mantienen en contacto directo con el presidente Evo Morales, en comunicaciones telefónicas de al menos una vez por mes, para tenerlo al tanto de los proyectos.
El Grupo Carlos Gill Ramírez está dividido en seis grandes áreas: industrial, logística, representaciones comerciales, comercio y franquicias, medios de comunicación y, por último, construcción.
Entre las millonarias y diversas inversiones del grupo Gill se encuentra su participación en la construcción de la red de teleféricos de La Paz.
A través de su empresa Cotienne, Gill accedió a ser “subcontratista” de la firma austriaca Doppelmayr, además se adjudicó otras obras de construcción en el sector petrolero boliviano.
Gill afirmó que hasta la fecha lleva invertidos al menos 300 millones de dólares en los negocios de logística que tiene en Bolivia. Y dentro de esa actividad se encuentra el transporte vía férrea de la carga boliviana hacia los puertos de exportación, principalmente en lo referido a minerales y granos.
Con la conexión de la red de ferrocarriles que el grupo empresarial consolidó en el oriente, Carlos Gill tiene proyectado entregar en un par de años el Puerto General San Martín, ubicado en la provincia argentina de Rosario.
El ambicioso proyecto está en marcha y la firma que lo lleva a cabo anunció que destinará al menos $us 100 millones para que el puerto esté listo para ser utilizado por Bolivia.
El conglomerado empresarial Gill Ramírez tiene participación mayoritaria en las empresas de ferrocarriles de oriente y occidente. A partir de ello es que el grupo planteó el crecimiento de las rutas férreas orientadas a consolidar el proyecto del tren bioceánico.
“Adquirimos el control de una compañía bastante destruida, bastante descuidada que nos llevaba un millón de toneladas, solamente era un tren soyero, no hacía ningún otro tipo de transporte, sino solamente soya. Y hoy en día la soya se convirtió en un 33% de nuestra carga, ya que estamos totalmente diversificados”, apuntó Gill, al referirse a la actividad de Ferroviaria Oriental, que junto con la Andina son los dos polos de transporte llamados a permitir el flujo de mercancías del Atlántico hacia el Pacífico, y viceversa.
Con base en el modelo de gestión ferroviario Open Access, la idea de Gill es convertir el tendido férreo de Andina y Oriental en una “autopista” que permita el transporte de mercadería desde Brasil hacia el Pacífico.
El ideal de Gill es que la vía férrea que parte desde Arica, atraviesa La Paz, continúa por Cochabamba, rumbo a Santa Cruz y penetra territorio brasileño llegue hasta Santos, donde está el puerto que opera en el Atlántico.
“Nuestro sueño siempre fue hacer el bioceánico y hoy podemos decir que es una realidad, que formamos parte de la malla oeste (de transporte férreo del Pacífico hacia el Atlántico)”, subrayó el magnate de los negocios del Estado.