Cardenal pide paz y obispo lamenta los "oídos sordos"

En su primer Te Deum por el 6 de Agosto, el cardenal Toribio Ticona llamó ayer a los bolivianos a la unidad, a entenderse y perdonarse mutuamente, si hubo ofensas, mientras el arzobispo de Santa Cruz, monseñor Sergio Gualberti, lamentó que en el país haya “faraones que hacen oídos sordos al clamor de su pueblo”.

El mensaje del Cardenal tuvo lugar en la celebración eucarística por los 193 años de independencia, que se realizó en la ciudad de Potosí, ante la presencia de autoridades nacionales.

"Hoy queremos pedir a Dios que esté siempre en nuestra patria Bolivia, olvidando diferencias, olvidando rencores, olvidando todo lo que nos puede separar, lo único que nos puede llevar la destrucción", señaló el prelado.

Manifestó que no basta amar de palabra a Dios, sino hay que vivirlo en todo ámbito, desde las minas, oficinas, talleres, Presidencia y Asamblea.

El Cardenal llamó a los bolivianos a cambiar la manera de pensar, hablar y vivir para actuar con el amor de Dios y construir después de 193 años a la nueva Bolivia “de la que tanto hablamos”.

Agregó que la nueva Bolivia se construye no sólo con los que gobiernan, sino también con los gobernados.

En Santa Cruz, en una ceremonia similar por el aniversario de la patria, Gualberti se centró en la libertad del hombre, pero no sólo una libertad de tránsito, sino de pensamientos, de religión, información y educación.

Sostuvo que se trata de un derecho, de un valor para el ser humano pero hoy hay varios países, "incluido el nuestro, donde se ciernen amenazas, advertencias y restricciones, donde incluso se sufren persecuciones que pretenden atemorizar y callar a los disidentes del pensamiento y de las acciones de los poderes de turno".

Gualberti recordó cómo Dios liberó a su pueblo de la esclavitud a la que estaba sometidos. "Dios nos llama a vivir como un pueblo libre y a no reproducir el sistema político piramidal del faraón", añadió.

Gualberti se centró además en el camino que se ha recorrido durante los 193 años de la independencia.

"Se ha recorrido un largo camino, entre luces y sombras, entre adelantos y retrocesos buscando realizar el sueño de una patria libre y soberana, justa y fraterna, sin discriminación ni divisiones", añadió.

Uno de los aspectos más llamativos de su alocución en la Catedral Metropolitana de Santa Cruz fue cuando habló sobre quienes no oyen el clamor de su país.

"Hay muchos ejemplos de faraones que hacen oídos sordos al clamor de su pueblo, que se hacen de la vista gorda de sus dolores y necesidades y que se encierran en su sueño de poder y que en vez de servir al pueblo, se sirven de él, oprimiéndolo en busca de sus intereses, en vez de los del bien común", sostuvo.