Bloque del sur se opuso a firmar Tratado de Paz de 1904 con Chile

El ferrocarril Arica-La Paz provocó recelo en la opinión pública nacional

LÍMITES. Vista del límite tripartito entre Chile, Perú y Bolivia, los cuales quedaron definidos en los tratados firmados LÍMITES. Vista del límite tripartito entre Chile, Perú y Bolivia, los cuales quedaron definidos en los tratados firmados

Sucre/CORREO DEL SUR
Política / 22/10/2018 02:52

El resquemor de una gran parte de la clase política boliviana hacia Chile en los años siguientes al conflicto de 1879 y el recelo de que ese país pudiese utilizar la construcción del ferrocarril Arica-La Paz como “vehículo de conquista” fueron los argumentos que más prevalecieron en el exaltado debate político que suscitó el Tratado de Paz firmado el 20 de octubre de 1904 y ratificado por el Congreso boliviano el 31 de enero de 1905, según rezan documentos de esa época.

El acuerdo con Chile fue particularmente resistido por parlamentarios de los tres departamentos del sur, Chuquisaca, Potosí y Tarija, negativa que quedó reflejada en un Manifiesto a la Nación y el “Anatema del Pueblo de Potosí”, en los cuales los discrepantes calificaron el pacto como “vergonzoso y deshonroso” para Bolivia.

En su manifiesto, la “minoría parlamentaria residente en Sucre” expresaba su rechazo a la firma del acuerdo y también criticaba la actuación de la Cancillería en las negociaciones previas que estuvieron encabezadas por el diplomático Alberto Gutiérrez.

“Bolivia no ha debido aceptar el Tratado de paz con Chile, sino a condición de un acuerdo diplomático, que abarcando las líneas generales de su situación internacional, le asegurase plena independencia comercial y económica e impidiese el desarrollo de un plan encubierto de conquista”, señala parte del documento firmado por parlamentarios de los tres departamentos del sur.

Por su parte, el “Anatema del Pueblo de Potosí” contra el tratado señalaba que “el ferrocarril de Arica a La Paz y la red proyectada en el interior de la República, no son más que vehículos de la conquista y los medios por los cuales Chile se propone sojuzgar a Bolivia política, económica y comercialmente”.

Ese mismo documento, firmado por centenares de ciudadanos de la Villa Imperial, advertía que “además del Litoral cautivo ha agregado el Congreso a la avidez chilena la riquísima región de Chilcaya, Carangas y Lípez, desmembrando, con impudencia, el territorio que estaba fuera de la conquista y del Pacto de Tregua (de 4 de abril de 1884)”.

Las críticas de los representantes nacionales se dirigían también hacia la actuación del Plenipotenciario boliviano Alberto Gutiérrez. “El Ministro negociador mismo ha cambiado, en tres meses, de opiniones y sentimientos en orden a esta gestión que nos parece un desastre”, señalaba el manifiesto,

El documento advertía, asimismo, que la Cancillería “se ha dejado seducir con ofrecimientos y garantías nominales para construcción de ferrocarriles, cuando ese era precisamente el punto que debía haber rechazado con más firmeza, como condición de paz y tranquilidad”.

“Nuestro voto y nuestra conducta quedan, con esta exposición, entregados al juicio independiente de la opinión nacional y a los elevados fallos de la historia”, destacaba el escrito firmado por Pastor Sáinz (Senador por Chuquisaca); Miguel Ramírez (Senador por Chuquisaca); Primo Arrieta (Senador por Potosí); Domingo L. Ramírez (Diputado por la Capital); Luis de Argandoña (Diputado por la Capital), José Manuel Ramírez (Diputado por Cinti), Román Paz (Diputado por Linares), Juan Manuel Sáinz (Diputado por Charcas), y Fernando Campero (Diputado por Avilés y Arce).

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