Luis Arce tendrá que enfrentar al menos cuatro grandes retos
La pandemia y la crisis de la justicia también pondrán a prueba al nuevo gobierno del MAS
El MAS ganó las elecciones con el 55,10 por ciento de los votos, una cifra que sorprendió a muchos. Esta contundente victoria no provocó una eufórica celebración en el partido de Evo Morales y del, hasta hoy, presidente electo Luis Arce. Quizá porque saben que el camino que deberá transitar el nuevo gobierno no se muestra como para festejar. Analistas consultados por CORREO DEL SUR coinciden en que el exministro de Economía se topará con varios problemas en el inicio de su mandato.
De acuerdo a los analistas, Arce y su vicepresidente, David Choquehuanca, tendrán que enfrentar al menos cuatro grandes retos: la crisis económica, un problema que empeoró gravemente con la pandemia del covid-19; la crisis política, de la que dependerá la gobernabilidad de la nueva administración, algo que no se resolvió con las últimas elecciones; la crisis sanitaria, que podría volver a mostrar su rostro más duro con una posible segunda ola de contagios por covid-19, y la crisis de la justicia, que en el último tiempo volvió a dar muestras de que se sigue moviendo según el gobierno de turno.
CRISIS ECONÓMICA
Para el analista y director de la Fundación Milenio, Henry Oporto, uno de los principales retos del nuevo gobierno será la crisis económica, que además pondrá a prueba la capacidad del nuevo presidente, quien llega al cargo como el principal responsable del éxito económico del gobierno de Evo Morales.
“El país se ha sumido en una recesión muy profunda y va a costar mucho encontrar una vía de salida relativamente rápida (…) Ahora veremos qué capacidad efectiva tiene (Arce) para lidiar (con el problema) en un contexto de crisis. Esta será la verdadera prueba a la capacidad profesional, técnica y política de Arce para conducir la economía. Ahí es donde tendrá que, verdaderamente, demostrar sus habilidades”, sostiene Oporto.
El gobierno saliente pronosticó que el PIB caerá un 6,2 por ciento este año debido a la pandemia del covid-19.
Para el analista político Germán Gutiérrez, Arce tendrá que “hacer un esfuerzo monumental” en ese campo. “Y ahí me asalta una duda: si la economía va a seguir siendo manejada de manera ‘prebendal’, con el ‘bonismo’ agudo, o si finalmente se va a hacer un esfuerzo para que se reactive el aparato productivo nacional (…) con decisiones que favorezcan a todos los bolivianos y no solo a unos sectores”, señala el también exalcalde de Sucre.
Según el Índice Global de Actividad Económica (IGAE), la economía se hundió hasta un -11,11 por ciento en el segundo trimestre de 2020.
El politólogo Wim Kamerbeek coincide tanto con Oporto como con Gutiérrez y recuerda que la economía del país sigue dependiendo de las materias primas, que la renta que generan estas “está en declive”, por lo que el nuevo gobierno tendrá un escenario muy diferente al de la época de bonanza, en el periodo anterior del MAS en el Ejecutivo.
“Hay que ver cómo lidia Luis Arce con ese tema. Eso puede derivar en conflictos políticos e ideológicos”, dice Kamerbeek.
Además, apunta que el margen de maniobra de los gobiernos municipales y departamentales será corto, por la falta de recursos, lo que también es posible que traiga conflictos ligados a los regionalismos y al extractivismo.
La Cámara Nacional de Comercio (CNC) pronosticó en octubre que el PIB caerá hasta un -10%.
LA CRISIS POLÍTICA
Oporto afirma que el país “no superó la crisis política” que arrastra desde la salida de Morales del poder y que las elecciones no solucionaron plenamente ese problema.
“Las elecciones no han dado solución plena a la crisis política (…) De hecho, Arce va a tener que manejar el gobierno en un clima de intensa división y polarización política. El país está prácticamente dividido en dos mitades (…) Arce va a tomar el mando de la nación en un momento en que varios sectores sociales, toda una región, y algunas otras regiones del país, están expresando un fuerte cuestionamiento a la legitimidad de este gobierno, del proceso electoral, están dejando patente su rechazo y su resistencia al nuevo gobierno. Eso indica que Arce no va a tener ni siquiera, probablemente, una luna de miel”, resume.
Gutiérrez advierte que Arce tendrá que resolver cómo pone distancia entre él y Evo Morales. “Lo va a perjudicar tremendamente si es que permite que el señor Evo Morales Ayma se meta, interfiera en el gestión del gobierno”, remarca al agregar que el nuevo presidente debió haber evitado que el exmandatario regrese tan pronto al país, pues considera que ello generará “una confrontación innecesaria entre bolivianos”.
Junto a ello, Arce tendrá al frente el reto de “democratizar el MAS”, es decir, “abandonar esos rasgos autoritarios” que caracterizaron a Evo Morales y Álvaro García Linera, de acuerdo con Gutiérrez. “Y tiene la obligación de gobernar para todos los bolivianos y no solamente para una fracción de la sociedad, como sucedió en el pasado inmediato”.
Para el analista local, además, tendrá que “aprender a concertar”, si no quiere tener un país en contante agitación.
“Tiene que hacer un esfuerzo con la Asamblea… debe conversar para que se reponga la regla de oro del Parlamento, que son los dos tercios. No se puede seguir operando de esa manera. Tiene que hacer un gran esfuerzo, para eso se restituya”, sostiene Gutiérrez.
Kamerbeek, por su lado, cree que el MAS tendrá que enfrentar a una “derecha bien marcada. Hay que ver cómo el MAS lidia con esa derecha regional”, dice, en referencia a Creemos, de Luis Fernando Camacho.
El politólogo de Sucre cree que ese será uno de los mayores retos del nuevo gobierno, sumado a los niveles de conflictividad que generará –ya lo está haciendo– la clase media, las ciudades capitales, que “tienen otro tipo de interpretación política”.
Por último, advierte que el facto Morales también podría jugar en contra del nuevo gobierno. “Estoy casi seguro de que la llegada de Evo Morales va a desatar una conflictividad mayor a la que estamos viendo ahora”, considera al señalar que el problema no será el rol del expresidente en el MAS, sino si seguirá siendo “un partido vertical” como hasta ahora y si, por lo mismo, seguirá concentrando las decisiones en una cúpula, como en el pasado.
El Comité pro Santa Cruz ordenó un paro esta semana, que mostró que los sectores que se oponen a que el MAS vuelva a administrar el país están dispuestos a volver a salir a las calles, algo que se mostró también en otras ciudades capitales como Sucre y Potosí, donde se celebraron cabildos contra el nuevo gobierno, y bloqueos ciudadanos y movilizaciones en Cochabamba y La Paz, lo que hace suponer que la gobernabilidad será uno de los principales problemas del nuevo gobierno.
CRISIS SANITARIA Y JUDICIAL
La crisis sanitaria derivada de la pandemia del covid-19 es otro de los factores que podría poner contra la pared a la administración gubernamental que se estrena este domingo.
“Este es un problema latente. Es verdad que las tasas de contagios han caído en el último mes, pero no estamos librados de que pueda haber un rebrote, y eso pueda poner una presión muy fuerte sobre el sistema sanitario del país”, dice Oporto.
Según datos del Ministerio de Salud, el país lleva acumulados más de 142 mil casos confirmados de covid-19. En el último mes, los contagios diarios rondaron los 200 o, incluso, llegaron a situarse por debajo de 100.
Por último, y no menos importante, según Gutiérrez, será la crisis de la justicia. “Tienen que hacer lo necesario para que, democráticamente, se barra al Órgano Judicial y el Ministerio Público. No se trata de cambiar la cabeza o a unos cuantos mandos intermedios. Hay que acabar con todo el Órgano Judicial, porque la democracia se la reconoce como sólida cuando funciona bien la administración de la justicia, cuando esa justicia es imparcial (…) Los culpables de ayer resultan inocentes y los inocentes de hoy resultan culpables; no puede ser. No puede seguir funcionando como hasta ahora”, considera él.
Luego de que se confirmara la victoria de Arce en las urnas, Evo Morales y varios de sus exministros se vieron favorecidos con una serie de fallos judiciales, lo que volvió a poner al sistema judicial en la mira.
GOBERNABILIDAD
El MAS ganó las elecciones con el 55,10% de los votos, pero no le alcanzó para lograr los dos tercios en la Asamblea Legislativa, por lo que tendrá que buscar acuerdo con CC y Creemos para determinadas decisiones.