Áñez relata en su declaración las 72 horas antes de asumir la Presidencia
La exmandataria reveló con qué políticos y dirigentes se reunió, al recalcar que nunca se ofreció
Ante la Fiscalía, la expresidenta Jeanine Áñez rompió el silencio sobre los hechos de 2019 y brindó su versión sobre cómo en 72 horas pasó de estar en las calles de Trinidad, denunciando fraude, a ser la mandataria del país.
En su relato, Áñez se refirió a los hechos transcurridos entre el 10 y el 12 de noviembre de 2019, cuando asumió la Presidencia del Estado.
Domingo 10 de noviembre. Según la versión de Áñez, estaba en Trinidad. Ese día su nombre recién surgió como alternativa para asumir el cargo. Aclaró que hasta ese momento estaba en la capital beniana lamentando lo que ocurría en el país y como “una veedora más” que “gritaba en la calle que hubo un fraude electoral”.
Ese día, mientras ella estaba en Trinidad, se conocieron las renuncias de Evo Morales, Álvaro García Linera, Adriana Salvatierra y Víctor Borda, pero además se reunían los mediadores de la Iglesia católica y la comunidad internacional, quienes habían convocado a actores políticos para buscar la paz del país y una sucesión presidencial.
Entre las 18:00 y 19:00, recibió una llamada de Ricardo Paz, entonces jefe de campaña de Comunidad Ciudadana. Áñez indicó que, al altavoz, quienes estaban en la reunión le explicaron que se procuraba una transición constitucional y que, ante las renuncias y debido a su condición de segunda vicepresidenta del Senado, le preguntaron si estaba dispuesta a asumir la Presidencia para la transición y las nuevas elecciones.
“Respondo que estaría dispuesta si podría contribuir a la pacificación del país”, dijo Áñez. Sin embargo, enfatizó que nunca se ofreció.
EL TRASLADO
Lunes 11 de noviembre. Áñez encaró la dificultad de trasladarse desde Trinidad hacia La Paz. Encontró un vuelo comercial de la línea Amaszonas que salía en la mañana vía Santa Cruz. Así negó que hubiera sido llevada en un vuelo militar.
Llegó a La Paz al mediodía, junto al senador Oscar Ortiz, quien se subió al avión en la escala realizada en Santa Cruz.
Indicó que tras arribar al aeropuerto de El Alto, no había cómo llegar a la ciudad de La Paz por los bloqueos, así que les esperaba un helicóptero de la Fuerza Aérea, al cual se subió junto a Ortiz.
La exmandataria dijo que entonces fueron trasladados hacia el Colegio Militar de La Paz. Sus hijos también fueron llevados al mismo lugar.
Tenía planeado asistir a la Asamblea, pero previamente se fue a reunir con Luis Fernando Camacho al Hotel Casa Grande, ubicado en la zona Sur, donde se había instalado el cívico cruceño.
Ahí se encontró con unas ocho personas, entre quienes estaban el cívico potosino, Marco Pumari, y Jerjes Justiniano, quien posteriormente sería su Ministro de la Presidencia.
“Solo me dijeron que era un movimiento ciudadano que no eran de ningún partido político, dijeron que buscaban una sucesión constitucional para pacificar el país, me dijeron que yo estaba allí es porque mi cargo es lo más apegado a la Constitución, que es la segunda vicepresidencia de la cámara de senadores (sic)”.
Áñez aseguró que en la reunión manifestó que no buscaba protagonismo y que asumiría la Presidencia si tenía apoyo de la población, aunque no se impondría ni se molestaría con lo que sucediera.
A las 14:00 fue a la Asamblea en vehículos oficiales del Senado. Cuando llegó a la Plaza Murillo llegaron a escoltarle otros vehículos y motocicletas, sin conocimiento previo suyo. Al llegar, brindó una conferencia de prensa, en la que expresó su intención de encontrar una salida constitucional.
Posteriormente, según su relato, se reunió con sus colegas parlamentarios Susana Campos, Óscar Ortiz, Arturo Murillo, Elva Pinckert, Gonzalo Barrientos, Eliane Capobianco, Gonzalo Barrientos, Rose Mary Sandoval y Andrés Gallardo, entre otros.
“Ese día no avanzamos porque estábamos esperando que los parlamentarios lleguen porque había mucha convulsión social, había mucho nerviosismo, amenazas de que estaban bajando 10.000 personas desde El Alto que estaban con dinamita, era una situación de violencia y nerviosismo y mucho más preocupada porque estaba con mis hijos allí”, señaló.
En medio del conflicto, Áñez dijo que apareció con seguridad debido a que se presumía que iba a ser la Presidenta del Estado.
No podía salir de la Asamblea, por lo cual tuvieron que disfrazarla con una chaqueta y una capucha, para abandonar el lugar de manera disimulada junto a sus hijos.
La introdujeron a un vehículo y, luego, le cambiaron de movilidad escoltada por efectivos del orden, hasta llegar a la Academia de Policías.
Reveló que allí estaban Camacho, Pumari, Ortiz y Murillo. Sin embargo, persistía el avance de los manifestantes que pedían “guerra civil”.
En palabras de Áñez, entonces, con la desesperación, se atrevió a llamar al Comandante de las Fuerzas Armadas, Williams Kaliman Romero, y le pidió ayuda, puesto que la Policía estaba siendo rebasada con los manifestantes. “A ello me contestó groseramente: 'cuando usted sea presidenta va a poder darme órdenes', luego lo apagó su celular”, contó sobre su conversación con Kaliman.
Ese mismo lunes, la exmandataria contó que la llevaron a una casa particular de una mujer policía, que la cobijó a ella y su familia. Dijo que esa mujer policía llegó llorando porque en la calle las fuerzas del orden no tenían municiones, mientras la violencia empeoraba.
Manifestó que esa noche del lunes fue durísima, porque en Trinidad habla amenazas de que iban a quemar su casa y pidió auxilio a la Policía que mandó patrullas y también sus vecinos cuidaron su vivienda.
Áñez aseveró que esa noche el comandante de la Policía, Yuri Calderón, le pidió ayuda mediante una carta, por lo cual decidió hacer un video para solicitar a las Fuerzas Armadas que colaboren.
Martes 12 de noviembre. Áñez indicó que volvió a la Asamblea y que el compromiso era que parlamentarios de MÁS iban a participar de la sesión. Sin embargo, hubo una contraorden que habría dado Adriana Salvatierra para que su bancada no asistiera.
Reveló que entonces se le acercó la asesora del Senado, Gabriela Díaz, y que le manifestó que Salvatierra había instruido que no se llevara adelante la sesión. Según Áñez, la funcionaria había respondido a Salvatierra que ya no era presidenta del Senado. Como la asesora se sentía amenazada y muy asustada, Áñez le dijo que estuviera tranquila porque la iban a proteger.
Áñez calificó lo sucedido como un “boicot”, pero tomando en cuenta la crisis en que estaba el país, se decidió llevar adelante la sesión en la cual asumió la Presidencia. Acotó que ese mismo día salió el comunicado del Tribunal Constitucional que avaló el mecanismo de sucesión que dio pie a su investidura.
“Instalamos la 198va sesión ordinaria debido a la emergencia. Nuevamente, preciso, en ese momento sensible muy peligroso, los que cometieron incumplimiento de deberes fueron los senadores del MAS al no asistir a la sesión convocada”, enfatizó.
Áñez fue investida como mandataria. Respecto a la fotografía que dio la vuelta al mundo, en la que un militar parece ponerle la banda presidencial, aclaró que no recuerda quién la posesionó, pero aseguró que no fue ningún militar. Aseguró que el uniformado solo le acomodó la banda.