Jeanine revela hechos antes de asumir la Presidencia y afirma que Kaliman la trató mal
La expresidenta señaló que tras la renuncia de Evo Morales, en medio de los disturbios sociales, tuvo que refugiarse con sus hijos en la casa de una policía
En una reciente declaración ante el Ministerio Público, la expresidenta Jeanine Áñez contó los hechos antes de asumir la Presidencia, entre ellos el maltrato que, dijo, recibió por el entonces comandante de las Fuerzas Armadas, Williams Kaliman.
En la declaración a la que accedió Página Siete, Áñez afirma que, desde su casa en Trinidad, siguió los hechos precedentes a la renuncia del expresidente Evo Morales, el 10 de noviembre, nueve horas y media después de haber anunciado la renovación del Tribunal Supremo Electoral y una convocatoria a nuevas elecciones.
Recuerda que luego se produjo la renuncia de toda la cadena de mando, ante lo cual la Iglesia católica, junto a la comunidad internacional y partidos políticos, comenzaron a buscar alternativas para pacificar el país en un encuentro que se realizó en la Universidad Católica Boliviana (UCB), de donde alrededor de las 19:00 recibió una llamada de Ricardo Paz, vocero de Comunidad Ciudadana (CC).
Según explica, Paz la puso en altavoz para explicarle que “ellos estaban en una reunión buscando una reunión pacífica y me sorprendo de la llamada, me dicen que estaban buscando la mejor forma constitucional de cómo hacer una transición y como en el Senado todos habían renunciado, yo era la segunda vicepresidenta, me preguntaron si estuviera dispuesta a asumir la Presidencia para hacer el proceso de transición y llamar a nuevas elecciones constitucionales, a lo que respondo que estaría dispuesta si podría contribuir a la pacificación del país”.
De ahí en adelante, relata las dificultades por las que atravesó 24 horas antes de asumir la presidencia del Senado y luego el mando del país, en un escenario de creciente violencia en las calles y amenazas de enfrentamiento armado, con una Policía que había quedado desabastecida para sus operaciones antidisturbios.
Cuenta que el 11 de noviembre se dirigió a La Paz en una línea aérea privada que hizo escala en Santa Cruz, donde coincidió con el senador Óscar Ortiz, quien también se trasladaba a la sede del Gobierno para un encuentro legislativo de búsqueda de la pacificación del país.
“Había mucho nerviosismo, amenazas de que estaban bajando 10 mil personas desde El Alto que estaban con dinamita, era una situación de violencia y nerviosismo (…) Todo fue una tragedia porque llega la exsenadora (María Elva) Pinkert (y advierte que) nos están avasallando, la Policía no tenía municiones, no tenían gases, que si no salimos ahorita de la Asamblea, no sabríamos qué hacer”.
Áñez cuenta que tuvo que salir “disfrazada” de la Asamblea Legislativa, con “una chaqueta y una capucha”, después de lo cual ingresó a un vehículo junto con sus hijos y llegó a un lugar donde cambiaron de motorizado para luego llegar hasta la Academia Nacional de Policías. Todo el operativo fue acompañado por miembros de esa institución.
Antes la llevaron a reunirse en el Hotel Casa Grande, con los excívicos Marco Pumari y Fernando Camacho (actual gobernador de Santa Cruz), además de una decena de varones a los que no conocía, quienes se presentaron “como un movimiento ciudadano que buscaba pacificar el país” mediante una sucesión constitucional.
Relata que de ahí se trasladó a la Asamblea Legislativa Plurinacional donde informó a la prensa que buscaban pacificar al país, aunque el escenario era adverso por los constantes anuncios de que la Policía estaba a punto de ser rebasada por los movilizados que buscaban llegar a hasta el Legislativo.
Allí la esperaban Pumari y Camacho, luego llegaron Ortiz y Arturo Murillo, y la noticia de que había “gente violenta” que buscaba una “guerra civil” y que aparentemente ya se había enterado de que ella se encontraba en ese lugar. Se dispersaron.
“Esa tarde, cuando estábamos en la Academia Nacional de Policías, ante la desesperación me atrevo a llamar al comandante de las Fuerzas Armadas (Williams) Carlos Kaliman Romero. Alguien me pasó su número de teléfono, le pedí que ayude, que habían pedidos de la Policía que estaba siendo rebasada, a ello me contestó groseramente: ‘cuando usted sea Presidenta va a poder darme órdenes’, luego apagó su celular”, relata Áñez.
Kaliman, un hombre muy cercano al expresidente Morales, sugirió después su renuncia por presión de su alto mando y ahora es procesado junto a la expresidenta por un presunto “golpe de Estado”.
Áñez prosigue su relato y cuenta que fue alojada, junto a sus hijos, por una mujer policía que lloraba porque la violencia recrudecía y no contaba con municiones para su defensa.
En su declaración, Áñez dice que luego recibió una carta del comandante de la Policía, Yuri Calderón, pidiendo ayuda, ante lo cual decidió hacer una exhortación pública al comandante de las FFAA, no obstante a que poco antes la había tratado mal.
Explica que para ello grabó un video en la misma casa de la policía, improvisando un fondo con una bandera de Bolivia. En él habla de la carta y pide a Kaliman “coordinar con la Policía” porque “no queremos muertos en el país”. Le advierte que si ello ocurre será su responsabilidad.
“Usted desde esta mañana se está negando a coordinar con la Policía, que desde la mañana está diciendo que sus funcionarios, su personal en la calle, está siendo rebasado por las hordas delincuenciales que están en la calle”, dice la entonces senadora.