Bolivia busca terminar con la prohibición global de la hoja de coca
El vicepresidente de Bolivia, David Choquehuanca, subrayó en una reunión de la ONU en Viena sobre política de drogas que "la hoja de coca no es cocaína" y defendió los pasos de su Gobierno para sacar esa planta de la lista de estupefacientes prohibidos en los tratados internacionales.
El vicepresidente de Bolivia, David Choquehuanca, subrayó en una reunión de la ONU en Viena sobre política de drogas que "la hoja de coca no es cocaína" y defendió los pasos de su Gobierno para sacar esa planta de la lista de estupefacientes prohibidos en los tratados internacionales.
"En el año 1961 la Organización de Naciones Unidas determinó de manera política y sin base científica que la hoja de coca es equivalente a la cocaína", criticó Choquehuanca en su intervención en la Comisión de Estupefacientes, el principal órgano de la ONU en materia de drogas.
La hoja de coca se encuentra en la Lista I de la Convención Única de 1961, donde se sitúan las sustancias más peligrosas y bajo un control internacional más estricto, como la heroína y la cocaína, entre otras.
"Para los pueblos ancestrales que viven en los territorios de Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia, la hoja de coca natural tiene un profundo sentido social, conciliatorio, propiciador de equidad y de respeto entre las personas", argumentó.
Y agregó: "La verdad que la hoja de coca no es droga está saliendo poco a poco a la superficie de la conciencia colectiva".
El vicepresidente boliviano recordó los amplios usos culturales y rituales de la planta, que definió como un "vademecum para la supervivencia civilizatoria (sic)" de los pueblos indígenas.
Choquehuanca recordó que Bolivia pidió el año pasado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) un "examen crítico" de la hoja de coca para valorar de forma científica sus propiedades.
Los expertos de la OMS deben presentar en los próximos meses un informe estudiando las propiedades, toxicología y efectos nocivos de la coca y después dirigir una recomendación a los 53 países de la Comisión de Estupefacientes, que pueden adoptarla o someterla a votación.
La política antidroga continúa en vigencia en Bolivia.