Áñez: “Los cobardes con poder se vuelven valientes, la mejor muestra es Evo”
La expresidenta Jeanine Áñez, detenida desde el 12 de marzo de 2021, está cerca de cumplir cinco años de encierro, tras asumir la primera magistratura del país en medio de la crisis de 2019 que terminó con la renuncia de Evo Morales al poder.
La expresidenta Jeanine Áñez, detenida desde el 12 de marzo de 2021, está cerca de cumplir cinco años de encierro, tras asumir la primera magistratura del país en medio de la crisis de 2019 que terminó con la renuncia de Evo Morales al poder.
En la segunda parte de la entrevista concedida a CORREO DEL SUR se refiere a su experiencia en la cárcel, el apoyo que ha recibido, las decepciones y cómo ella ve los procesos por las muertes en Senkata y Sacaba ocurridas durante su gobierno, hechos de los que culpa directamente al expresidente.
CORREO DEL SUR (CS). ¿Cómo ve a Bolivia en diez años?
Jeanine Áñez (JA). Si Dios quiere y estoy viva, yo creo que los próximos años van a ser muy duros para nosotros, como consecuencia de la mala administración por tantos años de un gobierno irresponsable, corrupto e inoperante. Pero va a depender de nosotros, los bolivianos, que elijamos un nuevo presidente; tenemos una gran oportunidad. Si queremos seguir hundiéndonos en la miseria, en la pobreza, en la corrupción, en el abuso y el totalitarismo, con un modelo económico fracasado que no lo van a cambiar por motivos ideológicos, pues voten por el MAS; pero si tenemos un gobierno comprometido con el país, un presidente sin cálculos políticos personales, creo que tenemos un gran potencial. Con seguridad que el nuevo presidente va a cambiar el modelo económico, el sistema judicial tan corrompido, los bolivianos podemos soñar con un país libre y de oportunidades para las futuras generaciones.
CS. ¿Cómo se ve usted en el mismo periodo de tiempo?
JA. Aunque no puedo saber con certeza qué me depare el futuro, me gustaría estar en un lugar donde haya paz. Pero soy consciente que la vida puede ser impredecible.
CS. ¿Cuál ha sido el momento más difícil desde su ingreso a la cárcel?
JA. Todo es difícil cuando a uno le quitan la libertad. La desconexión con la familia, el sufrimiento emocional que experimentan mis hijos es una carga que ellos no merecen tener, les estoy quitando años de sus propios proyectos de vida; es un peso que hasta ahora me duele. La tiranía me ha torturado de diferentes formas; no se han conformado con quitarme la libertad, que es lo más preciado después de la vida, han intentado destruirme amenazando a mi hija, me han causado un daño emocional irreversible explotando mi estado de vulnerabilidad. Se han portado como si yo fuera una delincuente peligrosa.
Son implacables con una mujer que no representa peligro para nadie, que no huyó del país porque sabe que no ha cometido delito alguno, que ni siquiera pueden considerarla como una adversaria política. A pesar de estar presa casi cuatro años por motivos políticos, no soy considerada importante por la clase política aspirante a gobernar.
Los cobardes con poder se vuelven valientes. La mejor muestra es Evo Morales, que ahora anda lloriqueando para no enfrentar la justicia; ahora mismo lo vemos poniendo mil pretextos para no ir a Tarija a responder por las denuncias aberrantes que tiene. Es una burla (la entrevista se realizó antes de la audiencia que terminó con una orden de aprehensión), pero a él le tienen consideraciones.
Precisamente ahora estamos en el juicio Senkata, llevado por un tribunal incompetente, y hemos tenido dos situaciones desafortunadas con dos generales acusados también de genocidio; ellos están enfermos, ellos han presentado certificados médicos, han mostrado internación en Cossmil, mostrándose vía videollamada que efectivamente están internados. ¡Nada, pero nada es suficiente para la Fiscalía, los acusadores y, lo que es peor, para el Tribunal! Siguen con el proceso de todas maneras porque el mandato es terminar con una condena. Yo me pregunto si esta gente tiene algo de sensibilidad, ¿será que no tienen familia? Ellos saben que el daño que hacen no es solamente a nosotros, ¡es a toda la familia! ¿Será que piensan que el poder es eterno? Claro que no, la vida es como almorzar en un restaurante, nadie se va sin pagar; además, existe la justicia divina, de esa no se salva nadie.
Que la gente no tenía que morir, claro que no, pero que busquen a los verdaderos responsables, que hagan una investigación seria. Pero la Fiscalía ‘masista’ solo quiere condenar a quien sea, no a los responsables. Hasta ahora no puedo dar crédito a tanto odio y deseos de venganza.
CS. ¿Ha tenido alguna experiencia grata en el encierro?
JA. La cárcel es una gran enseñanza. Después de la cárcel, puedo decir que no le tengo miedo a nada. En estas circunstancias adversas se distingue a los verdaderos amigos. Una siempre tiene sueños; entre los míos, era el ser madre, ser periodista, aprender a coser y escribir un libro. A pesar de todo, creo que no he decepcionado a mis sueños. Irónicamente, estos dos últimos los he cumplido en la cárcel: aprendí a costurar, compartir con mis compañeras en el taller es algo muy agradable, son momentos amenos, tengo lindas amigas en el penal: solidarias, leales, son muy simpáticas, y tuve la oportunidad de escribir un libro, lo que no sabía era que iba a escribir mi propia historia.
CS. ¿En algún momento hubo contacto de parte de funcionarios del Gobierno, de la Fiscalía o de la justicia fuera de lo que mandan los procesos?
JA. Conmigo no.
CS. ¿Se ha sentido más apoyada por políticos bolivianos o del exterior?
JA. He tenido mucho apoyo de políticos del exterior, incluso fui nominada para el premio Sájarov, para la Libertad de Conciencia por el Parlamento Europeo, propuesta hecha por el eurodiputado Germán Tertsch y, estoy muy agradecida con todos. He tenido manifestaciones de apoyo de los senadores estadounidenses republicanos Marcos Rubio y Jim Risch; los demócratas Bob Menéndez y Dick Durbin; de expresidentes del grupo Idea, de políticos venezolanos, bueno, nombrando podría olvidarme de algunos, pero siempre estoy muy agradecida por la preocupación de todos ellos.
También he sido apoyada por políticos bolivianos, sin duda alguna. He tenido la oportunidad de recibir la visita de algunos parlamentarios, en la medida que me lo han permitido ya que mis visitas son restringidas.
CS. ¿La mayor decepción?
JA. La política genera muchas decepciones, yo he tenido muchas, pero no creo que sea importante nombrarlas.
CS. Dijo que volvería a asumir su deber y asumiría la presidencia. ¿Qué no volvería a hacer?
JA. Uno comete errores, son parte del proceso de aprendizaje. Cuando se inició la pandemia, hubo represión a quienes cometían la infracción de salir a las calles cuando establecimos el confinamiento; eso fue muy duro teniendo en cuenta que la mayoría de los bolivianos viven de la economía informal, la gente estaba desesperada y salía a la calle; muchos fueron aprehendidos, el provocar más miedo en la gente que solo buscaba cómo trabajar para poder comer, eso nunca debió suceder. Cuando una tiene más experiencia, ya corrige muchas cosas. En mi gobierno, que solo fue de un año y muchos meses de pandemia donde se paralizó todo, dimos tres bonos para paliar en algo las necesidades, pero obviamente no era suficiente.
CS. ¿Qué responde a quienes les reprochan haber firmado el decreto que autorizó la movilización de las Fuerzas Armadas en Senkata y Sacaba?
JA. Quiero aclarar que ese decreto se debatió, se aprobó y se firmó en gabinete, lo firmó todo el gabinete, y yo no fui ni la proponente del mencionado decreto. Pero también quiero aclarar que en ninguna parte dice que podían salir a matar, o como se ha dicho: que fue un cheque en blanco para que las Fuerzas Armadas puedan disparar, eso es una vil mentira. El Gobierno, en una actitud perversa y malintencionada, implacable en su maldad conmigo, me acusa y acusa a los militares de genocidio (…)
Conmigo lo hacen como si yo, de manera arbitraria y unilateral, hubiese redactado, firmado y emitido el decreto, como si yo fuese una desalmada. Y con esto no quiero decir que todo mi gabinete sea acusado, de ninguna manera, ninguno de nosotros envió a matar a nadie, ninguno de nosotros aprobó el decreto por capricho, sino que fue una extrema necesidad por el peligro que vivíamos. Se equivocan de blanco: yo no sería capaz de matar ni a un pajarito, tampoco de mandar a matar a nadie y, ellos saben que están acusando y torturando a una inocente.
Todo lo sucedido en Senkata y Sacaba fue planificado y mandado a ejecutar por Evo Morales desde México; él quería muertos, él necesitaba muertos para afianzar su narrativa de golpe, él mandó a esa gente a que tomen la planta de Senkata cargando dinamitas y quién sabe qué otras cosas más para que hagan explotar la planta. Eso significaba destruir la mitad de la ciudad de El Alto.
Mi gobierno hizo una investigación donde el resultado de las autopsias hechas a las personas fallecidas decían que las balas encontradas en los cuerpos no eran de uso militar. Fue mi gobierno el que firmó un convenio para que el GIEI, como un organismo internacional e imparcial, viniera también a investigar ese evento tan doloroso; no fue el gobierno de Luis Arce. Si algo hubiésemos tenido que esconder, no hubiéramos hecho esa gestión; nosotros éramos los más interesados en que se investigue qué fue lo que realmente pasó para que tantos bolivianos perdieran la vida.
Evo Morales es un inconsciente, es un irresponsable, expone a otros para beneficio personal. Ahora Luis Arce lo está comprobando cuando, de una u otra manera, en sus famosas marchas provocan para que puedan ir a enfrentarlos y de ahí construir otra narrativa: que son agredidos, masacrados y todo lo que pueda victimizarlo. Él (Morales) es capaz de todo con tal de recuperar el poder, ¡y todavía está libre!, haciendo política, riéndose de la justicia y con la grosera pretensión de volver a ser candidato a la presidencia. Eso es el colmo.
CORREO DEL SUR realizó una entrevista a la expresidenta Jeanine Áñez, vía cuestionario por escrito, debido a las restricciones que supone su encarcelamiento. Esta es la primera parte: