Bolivia empieza a recuperar la confianza en sus elecciones
Los primeros informes preliminares de las misiones internacionales destacaron el ambiente de “paz” en el que se desenvolvieron los comicios, el trabajo del TSE y el buen funcionamiento del Sistema de Resultados Preliminares (Sirepre)

Finalmente, los bolivianos eligieron confiar en las elecciones para dirimir sus diferencias, pese a que el proceso previo estuvo marcado por la violencia, por la crisis económica, por las amenazas judiciales y por la desconfianza en el Órgano Electoral, originada en un proceso electoral fallido (2019) y un referéndum no respetado (2016).
El contexto adverso, sin embargo, no empañó las elecciones, que fueron destacadas por su “transparencia” y su “organización”, según las misiones de observación electoral nacional e internacional.
Los primeros informes preliminares de las misiones internacionales que observaron estas elecciones generales, destacaron el ambiente de “paz” en el que se desenvolvieron los comicios y el trabajo realizado por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) en medio de un ambiente polarizado, en crisis económica y social que vive Bolivia. Particularmente destacaron el buen funcionamiento del Sistema de Resultados Preliminares (Sirepre), que permitió saber quiénes irían a segunda vuelta el mismo día de la votación.
“Quisiera felicitar al pueblo boliviano por el fervor democrático que ha demostrado en las elecciones, son elecciones que estuvieron bien organizadas, con transparencia, el pueblo boliviano se pudo expresar en las urnas libremente en seguridad, en paz, en tranquilidad”, declaró el jefe de la Misión Electoral de la Unión Europea, Davor Stier.
Además, enfatizó en la “gran afluencia” de ciudadanos que fueron a votar y el trabajo del órgano electoral a pesar de las dudas y los cuestionamientos respecto a su funcionamiento.
“Quiero destacar que siempre y en todas las ocasiones el presidente del TSE ha logrado preservar la independencia y la neutralidad del tribunal contribuyendo así en la confianza de la ciudadanía en la institución”, destacó Stier.
Los bolivianos llegaron a estas elecciones con una herida de desconfianza por hechos pasados, como en 2019, cuando hubo una interrupción en la transmisión de resultados preliminares que desencadenó protestas, violencia y la anulación de los comicios. Un año después, Luis Arce ganó las elecciones generales.
Antes, en 2016, sucedió otro golpe a la confianza ciudadana, ya que la población a través de un referéndum negó al expresidente Evo Morales la posibilidad de buscar su tercer mandato consecutivo, pero a pesar de los resultados, su candidatura fue avalada por el Tribunal Constitucional Plurinacional.
“Son dos momentos que han sido claves para que el ciudadano deje de confiar en el órgano electoral”, señaló la Coordinadora de la Alianza de Observación Ciudadana de la Democracia (OCD Bolivia), Sandra Verduguez.
El estudio “la democracia en los ojos de la gente” publicado en 2024 por la Fundación Konrad Adenauer con base en el “Barómetro de las Américas” que elabora el Proyecto de Opinión Pública de América Latina (LaPop), señala que en 2023 “menos de 3 de cada 10 bolivianos manifiestan tener confianza en las elecciones en el país” ya que solo el 29,7 % tenía confianza electoral, el porcentaje más bajo en el país desde 2012 cuando se realiza esta pregunta.
Además, el 22,1 % confiaba en que los votos se cuentan justa y correctamente, mientras que el 49,3 % confiaba algunas veces y el 28,5 % nunca. De la misma forma, el 28, 2 % creía que los políticos pueden averiguar el voto, mientras que el 44, 8 % indica que algunas veces y 27 % nunca.
Reconstruyendo la confianza
Verduguez manifestó que “recuperar la confianza” en las instituciones electorales será poco a poco y a “mediano plazo” en el que se debe demostrar la “eficiencia” y la “calidad técnica” en todo el proceso.
Por su parte, la docente e investigadora en Comunicación de la Universidad Mayor de San Andrés, Karina Herrera, indicó que un factor importante es la “rapidez” con la cual se muestren los resultados preliminares y oficiales para dar mayor credibilidad al proceso.
“En estos escenarios realmente la gente necesita respuestas rápidas, concretas, certeras, pero además con evidencia, o sea, con datos comprobados, corroborados, con una evidencia. Esto va ser fundamental para que la gente otra vez genere, recupere cierta confianza”, sostuvo Herrera.
La jefa de la delegación del Parlamento Europeo, Annalisa Corrado, destacó que a “a pesar de todos los temores previos” el sistema de resultados preliminares “funcionó sin contratiempos, de manera rápida y eficaz” y reconoció el esfuerzo del TSE “a pesar de todas las voces críticas hacia la fiabilidad del sistema”.
Los observadores también fueron parte clave de estos comicios, ya que su participación contribuyó a la “transparencia”, resaltó Stier. Estas elecciones fueron las más observadas de la historia por entidades nacionales como internacionales.
La Misión de Observación Electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) destacó en su informe “la dedicación y profesionalismo” del Órgano Electoral, el compromiso de la ciudadanía para ir a votar y que se haya llevado en una “jornada tranquila sin mayores incidentes”.
El desafío es grande, pero el camino está claro: construir un proceso electoral que no solo cuente votos, sino que recupere algo más valioso: la confianza de un país. Ahora, Bolivia se alista para un histórico balotaje que será el próximo 19 de octubre, se espera que se lleve a cabo con la misma tranquilidad que esta primera vuelta.
“Esperamos que el resultado electoral del domingo contribuya con poner fin al clima de polarización política y social imperante en el país en los últimos años, de modo que se dé lugar a una nueva etapa, basada en el entendimiento y el diálogo entre las diferentes comunidades y fuerzas políticas”, finalizó Corrado, porque hablando se entiende la gente.