Analistas creen que el voto nulo se canalizará a uno de los candidatos, pero sugieren dialogar
María Teresa Zegada considera que se convertirá en voto útil y Edgar Sánchez cree que este sector votará por quien empatice con sus demandas
El voto nulo alcanzó un inédito 19,87% en la primera vuelta de las elecciones generales en Bolivia, una proporción impulsada por la campaña del expresidente Evo Morales. Ahora, cuando el balotaje se acerca, el reto de los actores políticos será gestionar este descontento sin que se convierta en foco de conflictividad.
La politóloga María Teresa Zegada señala que en el balotaje se apostará por un “voto útil” y que es importante que se logren acuerdos con los sectores descontentos para evitar que se ahonde más la polarización entre bolivianos y para afianzar la gobernabilidad, ya que hay un desgaste en la población que está “cansada” de medidas como las protestas, los bloqueos que perjudican a varios sectores sociales que profundizan más la crisis económica.
“Ojalá los dos actores políticos que están en competencia electoral puedan abrir escenarios de diálogo con la sociedad, explicarles la pertinencia de ciertas medidas que tengan que tomar cuando sean gobierno e incluir las preocupaciones y las necesidades de sectores sociales que están detrás de este voto nulo para tranquilizarlos, por una parte, y para incorporar en sus agendas estas exigencias”, explica Zegada.
El analista Edgar Sánchez no cree que los que votaron nulo en la primera vuelta vuelvan a repetir su voto, sino que sí votarán por quien empatice y escuche sus demandas. “Un 14% ya no tiene un efecto contundente en algún tipo de movilización que pueda convocarse”, recalca.
Además, concuerda con la importancia de hacer pactos políticos y sociales para “tejer puentes”, de lo contrario, el “gran perdedor” será el pueblo que está golpeado por la crisis.
“El siguiente gobierno que llegue en noviembre debe abrazar a todos los bolivianos, gobernar para todos, sin ningún tipo de ideologizaciones, peor estigmatizaciones o adjetivos que siempre se han utilizado para diferenciarnos entre bolivianos”, sostiene.
Zegada manifiesta que es importante llegar al balotaje sin escenarios de conflictividad de cualquier sector para tomar una decisión conjunta que dé más certezas a la población.
“La única manera de generar gobernabilidad en el país en el futuro inmediato va ser a través de acuerdos y consensos. Entonces, tenemos mucha esperanza en que esta sea la actitud de los políticos para que evitemos escenarios realmente de enfrentamiento, violencia y conflictividad del país”, finaliza.
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) publicó los resultados oficiales de la primera vuelta de estos comicios que oficializan un balotaje entre el Partido Demócrata Cristiano (PDC) de Rodrigo Paz que alcanzó el 32,06% y la Alianza Libre de Jorge ´Tuto´ Quiroga con 26,70%.
Los votos válidos fueron el 77,06%, más de 5,3 millones de votos, mientras que los blancos llegaron al 2,50% y los nulos al 19,87%, es decir que hubo más de 1,3 millones de personas que votaron de esta forma, según datos del TSE.
Un voto con carga simbólica
En estas elecciones el expresidente Evo Morales impulsó el voto nulo haciendo una campaña para que la población elija esta opción que no tiene ningún peso en los resultados, ya que solo se contabilizan los votos válidos.
Para Zegada este voto nulo tiene un “peso simbólico” y mensajes de descontento con la inhabilitación de Morales y un cierto rechazo a este proceso electoral, ya que ha subido “unas cuatro veces más” este dato que en otras elecciones.
En Cochabamba, un territorio considerado del evismo, el voto nulo alcanzó un 33,31% frente a los 64,57% de votos válidos. También Zegada destacó los porcentajes alcanzados en Potosí 25%, Chuquisaca 19,31%, Oruro 18,40% y La Paz con 18,04%. En contraposición de Santa Cruz 13,49%, Pando 13,84%, Beni 11,10% y Tarija 12,73%, según datos del TSE.
Para el politólogo Édgar Sánchez el voto nulo en anteriores elecciones llegó entre el 4 al 5% y que el 14 al 15% de los 19 alcanzados en estos comicios denotan una “derrota de Evo Morales” que ya no cuenta con el apoyo de otros años.
En anteriores elecciones, el voto nulo en 2020 llegó a 3,59%, en las anuladas de 2019 a 3,55%, en los comicios de 2014 los votos nulos fueron 208.061, el 3,8%, en 2009 se contabilizó el 2,82%, según datos del TSE. Esta comparación refuerza la magnitud inédita de este fenómeno.