“Es indignante”: Leigue reprocha el “uso” de los pobres para llegar al poder y las falsas promesas

El arzobispo de Santa Cruz, monseñor René Leigue, cuestionó duramente el uso político de los sectores más vulnerables en tiempos de campaña electoral. Señaló que resulta indignante recurrir a los pobres para alcanzar cargos de poder y, peor aún, ofrecerles promesas que no podrán cumplirse.

“En este tiempo de campaña también se escuchan promesas y el uso a los pobres para llegar a algún cargo, que es lo más indignante que hay. Utilizarlos y después olvidarse de ellos, prometiendo algo que al fin sabemos que no se va a cumplir, eso es lo más indignante todavía”, manifestó durante su homilía.

Leigue pidió elevar oraciones por los gobernantes y candidatos, a quienes recordó su responsabilidad en la correcta administración de los recursos públicos.

“Esperemos que ellos (los candidatos) no se olviden cuando tengan el poder. Que no se olviden de Dios. Como ha pasado y pasa a veces. Se habla de Dios y después cuando están ahí se olvidan de todo. Y cuando se les hace recuerdo de aquello que han prometido o de aquello que está mal, ya nos ven como malos”, lamentó.

El prelado también exhortó a los ciudadanos a comprender la verdadera dimensión del dinero, al que calificó únicamente como un instrumento de vida. “El dinero es un medio para poder vivir. Un medio para agarrar o alcanzar lo que el Señor nos promete al final, lo que queremos, la vida eterna. Es un medio. No es un fin. Entonces, si nosotros cambiamos ese medio por un fin, ya estamos fregados”, advirtió.

Asimismo, pidió a la población reflexionar sobre la manera en que se administran los bienes, tanto en la vida personal como en la función pública. “Si las personas en su vida personal no saben amar las cosas que tienen ni respetarse como personas, cómo van a administrar y dejar el ejemplo al otro que viene”, cuestionó.

El Arzobispo también condenó la ambición desmedida de quienes buscan acumular riquezas olvidando que “no se puede servir a Dios y al dinero”.

Aclaró que los problemas que atraviesa el país no son culpa de Dios, sino de una mala administración de los recursos: “En vez de administrar para repartirla entre todos, se miran a sí mismos y acumulan para sí mismos, sin ver la necesidad del otro”.

Finalmente, pidió saber cuidar la naturaleza amenazada por el fuego, que es otra manera de no saber administrar lo que Dios ha dado a la humanidad. “Sepan administrarla porque en el futuro van a tener problemas y entonces no le echemos la culpa a Dios por todo lo que nos pasa”, agregó.