Todo principio es un precipicio
Trazar movimientos. Escoger las armas. Con inocente pretensión se suplanta la épica-agenda en blanco- el correcto doblez de la muñeca un músculo extasiado y la distancia precisa entre el objeto ante el mecanismo ...
Trazar movimientos.
Escoger las armas.
Con inocente pretensión se suplanta la épica
-agenda en blanco-
el correcto doblez de la muñeca
un músculo extasiado
y la distancia precisa entre el objeto
ante el mecanismo destinado al simulacro.
Todos los mapas mienten al fijar la emoción
como una navaja
condenada a untar la mantequilla
la mentira comparte la misma marca
que ella en su rostro.
Para muchos
-la tarea- se resume
en apilar cuerpos sobre la repisa.
Así como el que corta el poema
y decide
cuándo corren las prensas
el sujeto ensaya viejas estrategias de sumirse ante el fuego y la katana.
Al igual que la señora
barriendo los trasnochados pasajes…
algo de vida resta
en esa resaca de polvo y plástico.
Repetir el doblez de un músculo
es pretender la historia.
Simular una ficción
tan solo esconde
la escritura bajo la materia.