El vacío y su presión (II)
Pregunta.- Muchas veces has dicho que no es una escuela, que enseñas a quien quiera escucharte, pero ¿quiénes quieres escucharte? ¿Cuál es tu público en un mundo tan fragmentado?
Pregunta.- Muchas veces has dicho que no es una escuela, que enseñas a quien quiera escucharte, pero ¿quiénes quieres escucharte? ¿Cuál es tu público en un mundo tan fragmentado?
Respuesta.- Las cosas que pueden existir sin nombres, tienen una realidad independiente, sin restricciones y en eso son más vivas. Pero si hablamos de todo esto… podría decir que no tiene realmente un nombre o que es solamente un sitio o un proyecto de arte, pero tal vez si digo que es una forma de metáfora viviente, tal vez estas definiciones tendrían más energía.
Si se llama “escuela” es porque el paradigma reinante afirma que tenemos cosas que aprender y que la experiencia puede transmitirse. Es una creencia muy tenaz y muy difícil de dejar.
Mis presentaciones publicas sobre mi trabajo artístico en grandes museos como el MoMA, el Carnegie Museum y el Walker Art Center, fueron muy importantes y agradables pero me han demostrado que el mundo artístico (aunque sea en las instituciones principales) funciona como una pequeña comunidad aislada, como una burbuja.
No sé quiénes quieren escucharme – nadar contra la corriente no es una actividad popular, y si vendo algo, es el silencio y la nada – pero tal vez es “la comunidad que usa Google” (¡¿los que buscan algo?!): los que han visitado mi sitio vienen de 101 países, una forma de lanzar una botella al mar que termina en una miríada de sorpresas.
P.- Cuál es la revolución que busca la No Media School? ¿Promueve algún cambio en las ideas, en las formas de pensar en las actitudes de los hombres?
R.- Son solamente las ideas únicas que descubrimos viviendo que pueden verdaderamente ser nuevas y nuestras. La No Media School busca maneras de estar solo y perdido, y de vivir sin ser crédulo, realmente independiente en la mente. Por lo demás regurgitamos viejas experiencias: queremos mucho las repeticiones porque nos ofrecen un sentimiento de seguridad. Eso se puede sentir en los ritmos de la música y la poesía, y cada vez que nos sentimos felices de descubrir patrones de recurrencia.
Tal vez la política puede ser una manera muy pequeña de aplicar esos principios, pero tan pronto como hay discursos, hay simplificaciones y mentiras.
Claro, no vendo nada, aquí uso palabras para hablar de eso, pero son dedos que apuntan.
Finalmente como con muchos cambios fundamentales: ¡no se puede ver nada!
P.- En cuanto al lenguaje. ¿Qué es el lenguaje para ti? ¿Qué tipo de lenguaje debe buscarse para alcanzar la lucidez en un mundo tan confuso? ¿Qué hay detrás de las palabras? ¿Qué detrás de los sistemas de comunicación?
R.- La celebración provocativa del poeta W.H. Auden cuando escribe que La poesía hace que nada suceda. (Poetry makes nothing happen.) me revela que el lirismo al fin y al cabo es una capa extra, un particular ruido… y si pongo el silencio al lado del lenguaje, para mi es claro quien va a ganar.
Es un hecho que las mejores formas de la poesía y de las novelas, cuando tienen la inteligencia oblicua de sus paradojas, seguidas con muchos matices y pasión, pueden ser encantadoras. También no se puede olvidar los poetas del peligro que conocen el precipicio, los que saben callarse. Sin embargo, al final el lenguaje es un gigante filtro, una manera de alimentar juegos ingeniosos y mentiras -en los mejores casos son como dedos apuntando las deficiencias o una realidad mas larga.
Se puede ver eso de cierta manera cuando algo muy grave pasa en nuestras vidas y las palabras nos faltan. Estas crisis contienen una forma de sabiduría y de claridad que seria bueno aplicar a los estados “normales” -no sólo durante los momentos de cambio dramático, cuando no entendemos lo que se pasa.
En efecto no sabemos nunca lo que se pasa y las palabras deberían siempre faltarnos hasta el punto de dejar de hablar.
Si escuchamos dos pensadores importantes, Edgar Morin (La Complejidad) y aun más, Arne Naess (La Ecología Profunda) es obvio que nuestras palabras y nuestros ojos tienen limitaciones fatales: cuando un desastre se convierte en algo visible es demasiado tarde para nuestro discurso y para nuestros ojos.
Es una gran lástima que la experiencia no se pueda transmitir. Seria saludable ver las palabras como inadecuadas referencias que pertenecen a otro tiempo, y nada más.
Burroughs dijo que el lenguaje es un virus… En esta dirección necesitamos una forma de vacunación contra las palabras, y contra todos los otros medios (una forma de desconfianza básica y permanente). Como las moscas y el papel de moscas, para luchar contra la hegemonía de la cultura, me parece que el principio del distanciamiento de Brecht puede ayudar. Por lo menos también como una forma de guerrillero escondido debemos crear constantes explosiones internas, y si se puede, más adelante, formas de implosión del lenguaje (como el “Sólo sé que no sé nada” de Sócrates o los koan del zen). Y ser abrumados por la vehemencia del silencio.
¿Qué hay detrás de las palabras? Como lo digo arriba, las cosas las más importantes permanecen enterradas en nosotros. Las palabras son solamente una forma de ruido (Artaud dice que hacemos señales a través de las llamas).
P.- La realidad se encuentra llena. ¿Cómo se vacía esa realidad? ¿Estás de acuerdo en que hay que construir un desierto para comenzar a caminar?
R.- Si, se encuentra llena, pero con un sentimiento artificial de plenitud debido a un montón de clichés, de mitos y conceptos que se superponen sobre nuestra experiencia para empobrecerla. De esa manera el pasado nos impide la presencia del presente y la percepción de la realidad; la sociedad y su proceso de educación han producido un tipo de paquete sellado que cree una separación, una alienación entre nosotros y “lo que hay”.
La mayoría del tiempo la cultura funciona como un culto que se mantiene a través de una negación general, en particular negando toda traza en bruto de dolor o de muerte para preferir el refugio de lo conocido y de la comodidad.
Como el lingüista Lakoff dice en su libro combativo “No pienses en un elefante” [¡el libro en PDF!]” las semillas de un significado (ordenado) se imponen sobre nuestro pensamiento para echar raíces firmes que son muy difíciles de combatir.
Tienes razón, hay una otra plenitud que está llena del desierto. Hablamos aquí de la riqueza de alguien que ha perdido todo y que tiene bastante vacío para aceptar lo que hay, y los otros. Sin embargo, nuestra tendencia es de sobrevivir a cualquier precio, haciendo muchos compromisos. Entonces, son los desastres los que nos permiten a acceder a este vital desierto .
Este camino esencial se acerca a la realidad como una asíntota que se termina solamente al fin de nuestras vidas (de esta manera siempre pensé que la real vanguardia es la muerte).
No se puedo hablar de este desierto sin recordar la famosa historia de Hans-Christian Andersen, El traje nuevo del emperador (conocida también como El rey desnudo. Con su simplicidad nos recuerda que aunque con todos nuestras muchas palabras y nuestras bellas artes, permanecemos absolutamente desnudos.
PIER MARTON EN BREVE La obra audiovisual de Pier Marton es tan importante que se encuentran en lugares como la colección del Museo de Arte Moderno de New York, en el Paris Beaubourg MUseum, en la Galería Nacional de Toronto. Ha sido acreedor a varias becas y reconocimientos como el National Endowment for the Arts y el Memorial Foundation for Jewis Culture. Ha sido catedrático en varias importantes universidades de Estados Unidos, como la UCLA, la Universidad de San Diego, Carnegie Mellon, Penn State y la Washington University. Mucha de su obra se ha enfocado en los puntos ciegos de la cultura y la violencia y sus representaciones. En la actualidad especialista en desaprendizaje en la School of No Media. Pier Marton es uno de los intelectuales más activos e interesantes de la actualidad. Estuvo en visitando Sucre, donde se involucró con la cultura boliviana. Se puede analizar su pensamiento más a fondo en su página virtual: http://piermarton.info/ |