Los macheteros de la muerte
El historiador chuquisaqueño, Alejandro Serrudo Santelices, nos hace llegar un artículo que habla sobre los Macheteros de la Muerte de la Guerra del Chaco, como un homenaje al cese de hostilidades de la contienda bélica
El historiador chuquisaqueño, Alejandro Serrudo Santelices, nos hace llegar un artículo que habla sobre los Macheteros de la Muerte de la Guerra del Chaco, como un homenaje al cese de hostilidades de la contienda bélica donde, según Zavaleta Mercado, nació la conciencia nacional boliviana.
Como la historia lo cuenta, durante la Guerra del Chaco, hubo varios escritos sobre el conflicto entre bolivianos y paraguayos y se ha escrito bastantes libros sobre el tema del Chaco Boreal. Los autores tratan muchos temas, pero lo que no escribieron fue sobre los crímenes de guerra que cometieron un regimiento llamado "Macheteros de la Muerte”, grupo irregular paraguayo que para esa época era el terror del Ejército Boliviano. Su participación en crímenes de guerra se abordó en la prensa de la época y existen varias publicaciones de prensa sobre estos grupos que aterrorizaron a la sociedad boliviana con sus asaltos a las ambulancias de la Cruz Roja y los puestos de hospitales, asesinando a los médicos civiles, a las enfermeras y a las hermanas de la caridad y cometiendo crímenes a los heridos de campaña, degollándolos.
“Macheteros de la Muerte” era un Regimiento de caballería que se organizó desde el 15 de agosto de 1932, antes que empiece la batalla de Boquerón. Era una unidad irregular cuya misión era impedir que pueda abastecer de provisiones y munición a los defensores de Boquerón.
Cuando hubo caído Boquerón se dedicaron al asalto y al abuso de pequeños poblados. Todos los ataques fueron comandados por el comandante Plácido Jara quien se encargó del ataque a la gente civil (siempre que tenga pinta boli) y al ataque a los fortines bolivianos.
Batalla de Boquerón
La Batalla de Boquerón se desarrolló desde el 9 septiembre al 29 de septiembre de 1932. El día 17 de septiembre de 1932, uno de los periódicos de La Paz (La Razón), nos decía que una Brigada Sanitaria salió al Chaco con dirección al Fortín Boquerón.
Este grupo de Sanidad fue despedido por la población boliviana, que dijo adiós a camilleros y enfermeros, que partieron con el contingente de Caballería e Infantería que fueron despedidos con bandas de escuela. Toda la Brigada Sanitaria del Instituto Americano que fue objeto de una señalada ovación estaba compuesta de menores de edad. La brigada estaba comandada por el doctor José Guzmán Baldivieso asimilado al grado de teniente, el sargento asimilado José María ,y los enfermeros Mario Peláez Cleto, Zambrana Miguel, Borke Fernando y Alonso Sanjinés.
Las tropas paraguayas masacraron vilmente a los prisioneros y enfermeros de la Cruz Roja habiendo usado cuchillo y bayoneta, no tuvieron compasión del adversario grande o pequeño en la situación en la que se encontraban aceptando la verdadera dicha de la noticia que impactó a los militares bolivianos. Esta noticia fue muy difundida por la prensa y causó indignación en la sociedad boliviana.
El pueblo reaccionó, pidiendo a voces por las calles el bombardeo de aviones en represalia por la indignación y la matanza de los guaraníes.
El hecho se consideró un salvaje atentado que iba en contra de los convenios internacionales. El General Carlos Quintanilla del Estado Mayor General, informó desde Muñoz que las tropas paraguayas desconociendo el Convenio Ginebra atacaban y mataban a los camilleros cuando estaban evacuando a los heridos. Los paraguayos son muertos apuñaleándolos con sus cuchillos y bayonetas (LA RAZON. 1932: p. 1).
El día 21 de septiembre en que el Teniente Rosendo Villa (apodado “Fantasma de la Muerte”) y sus hombres salieron de Boquerón abriéndose paso, luchando cuerpo a cuerpo, y logrando destruir a tres compañías enemigas con el sacrificio de su propia vida, entraron en combate los “Macheteros de la Muerte”, Regimiento Paraguayo de Caballería, a la Escuela Militar, al Regimiento Aca Caraya, que fueron diezmados por el Ejército Boliviano.
“Macheteros de la Muerte”
En el conflicto de Boquerón aparecieron los “Macheteros de la Muerte”, el regimiento que impactó al Ejército Boliviano por sus crímenes de guerra, obstaculizando los caminos que comunicaban al Fortín Boquerón.
Durante los 13 días de la Batalla de Boquerón, los “Macheteros de la Muerte”, ultimaban a los grupos de sanidad, masacraban a los enfermeros y a los heridos sin ninguna noción de humanidad, según se señala en los periódicos bolivianos del periodo.
Este Regimiento de Caballería de los “Macheteros de la Muerte”, según la prensa de aquel tiempo, era gente inculta o salvaje que tenía el instinto sanguinario de destruir sin compasión, y hacer crímenes horrendos sin respetar a la Cruz Roja, ni al Convenio de Ginebra y con absoluto desconocimiento del derecho de gentes. De hordas paraguayas, las califican los periodistas, que procedían victimando a nuestra Cruz Roja, y descuartizando a nuestros heridos.
Estos “Macheteros de la Muerte” según los informes del Mayor Roque Samaniego no usaban fusil, llevaban un machete, un facón o cuchillo, pertenecían al Regimiento Paraguayo de Caballería. Otra característica: los Macheteros no se lanzaba al combate, sino espiaban y atacaban en el momento oportuno atacando a los heridos y a los enfermeros, aunque lleven el brazalete de la Cruz Roja.
Por otra parte, podemos decir que lo “Macheteros de la Muerte”, no siempre hacían ataques a las ambulancias, sino hacían ataques a los fortines bolivianos que se ubicaban por el rio Pilcomayo. El Coronel Carlos José Fernández ordenó al comandante de los Macheteros, Plácido Jara, que vaya por el Pilcomayo y ataque a los fortines bolivianos de Sorpresa Vieja y Sorpresa Nueva, Cuatro Vientos, Tinfunqué, Laguna Bella y Puesto Moreno, este último situado unos 20 kilómetros al norte del fortín Muñoz. Estos ataques se realizaron cuando cayó Boquerón y su comandante, Plácido Jara, y sus hombres luego se dedicaron a asaltar a gente civil según la prensa de Potosí, que nos dice lo siguiente de los “Macheteros de la Muerte”:
“Los Chacales del Paraguay acaban de cometer una iniquidad sin nombre a nuestras muchachas de la Cruz Roja, las madrecitas de la caridad, nuestros soldados heridos, después de ser escarnecidas en su dignidad de mujeres aquellas y torturados estos acaban de ser muertos a cuchillo, este delito de lisa civilización, en todas partes del mundo los carros de ambulancia, los cuerpos de sanidad y caridad han sido y son respetados, menos por el pueblo salvaje del Sudeste”.
Por otro lado, cuenta el capellán sobre que los “Macheteros de la Muerte” que eran personajes que se dedican al pillaje de robo, saqueo hecho por este Regimiento de Caballería que pertenecía al Paraguay, esto salió en un periódico de Sucre:
“Los fatídicamente celebres “Macheteros de la Muerte” a las órdenes de cuatreros sin ley ni conciencia, van invadiendo pequeños poblados para dedicarse al pillaje y a toda clase de atentados. Yo he visto la llegada de varios camiones que evacuaban a los pobladores de Tinfunqué; en uno de ellos venia una pobre mujer que traía en sus brazos a una criaturita de un año y medio, con el hombro derecho perforado por una bala y junto a ella una chiquilla de nueve años con el muslo atravesado, más allá un pobre indio de la región, agónico, por las heridas recibidas al tiempo de defender a esos pobladores. Indignadas nuestras tropas en número de apenas 20 plazas, persiguieron a esos bandidos, que al ver caer al oficial que los comandaba, se dieron a precipitada fuga”.
Por otra parte, en el autor de Masamaclay, Roberto Querejazu, señala que ante el ataque de los “Macheteros de la Muerte” conducidos por el comandante Plácido Jara a Tinfunque y sus sucesivos ataques a los fortines bolivianos, el Regimiento de Caballería del Coronel Toro y el Regimiento Chichas salen del fortín y van contra los “Macheteros de la Muerte”, los cuales son derrotados por el Escuadrón Busch y el teniente Raúl Santa Cruz, huyendo Jara y los suyos a territorio Argentino, cayendo prisioneros de las autoridades de dicho país por todas sus fechorías.
Para terminar esta investigación de los “Macheteros de la Muerte”, cuando terminó la Guerra del Chaco citemos la obra de Andrés Ríos Loayza, Evadidos en el Paraguay, en la cual se reproduce el testimonio del autor, quien conoció personalmente a Jara:
“En nuestra prisión de Villa Hayes, supimos que los Macheteros de la Muerte, justamente estaban presos en este destacamento, por transitar uniformados en territorio argentino. La tarde de ese mismo día, Plácido Jara, solicitó al comisario hablar con nosotros y así los concedimos, vino donde estuvimos y entabló conversación con Simón:
-Qué tal muchachos, preguntó Jara- Bien respondimos- ¿Ustedes se han venido de Villa Hayes? Me gusta chicos, pues cada hombre debe buscar siempre su libertad. Nosotros no le dijimos nada, después de un momento de silencio en que nos miró nuevamente a los tres con mucha curiosidad, y volvió a hablarnos.
- Dígame, y ustedes ¿qué concepto tienen en Bolivia de los "Macheteros de la Muerte"? hablen con franqueza, porque yo me encuentro en las mismas condiciones que ustedes, estoy detenido por la policía de fronteras de la Argentina y por si no supieran, hablan ustedes con Plácido Jara.
Simón Herrera, dijo: los "Macheteros de la Muerte", son unos grandes cuatreros, atacan a las poblaciones civiles y roban su ganado.
- Qué esperanza, le dijo Placido Jara, nosotros peleamos contra los fortines bolivianos. Yo he tenido la oportunidad de verme con el teniente Santa Cruz en Fortín Esteros, es un buen muchacho valiente y conocedor. Me gusta. Y dígame ustedes, ¿conocieron al Capitán Ustárez?
- No, le contesto. – Me dijeron que había muerto, siento mucho. Era un buen muchacho (Loayza. 1985: 82)
Después, nos preguntó sobre la situación de nuestras fuerzas, pero le dijimos que no podíamos darle ninguna información debido a que nos encontrábamos en territorio argentino y no le reconocíamos al él ninguna injerencia ni autoridad para someternos a interrogatorio. Entonces intervino uno de los Agentes y se lo llevó a Jara, quien se fue riendo a carcajadas para disimular la plantada que le hicimos. Y por último a Plácido Jara se lo llevan a Formosa y a nosotros nos llevan en lancha al mismo lugar.
Este relato nos habla del carácter del temerario Plácido jara, comandante de los “Macheteros de la muerte” el grupo armado que durante el conflicto del Chaco causó mayor zozobra entre los combatientes bolivianos y en la opinión pública nacional por sus métodos de combate reñidos con la ética militar y los convenios humanitarios, degollando, asesinando y haciendo pillaje.
Conclusión
Al terminar el tema de los “Macheteros de la Muerte” grupo del que se habló muy poco al igual que de los crímenes de guerra que cometieron en el Chaco, nos cabe decir que desde el punto de vista boliviano se precisan mayores investigaciones que indaguen acerca de la participación de estos grupos en el conflicto chaqueño.
Por otro lado, debíamos destacar que en la Guerra del Chaco, el Paraguay no aceptaba el Convenio de Ginebra, haciéndolo recién después de la caída de Boquerón.
Este artículo es un homenaje al cese de hostilidades en la Guerra del Chaco entre bolivianos y paraguayos proponiendo un mayor interés entre los historiadores por el estudio de los métodos combativos de ambos países y los crímenes de guerra, así como el respeto en la práctica de los convenios internacionales.
El autor agradece a la Hemeroteca del ISBO y al Archivo Nacional de Bolivia por la ayuda para este artículo.
LA GUERRA DEL CHACO EN BREVE La Guerra del Chaco, entre Paraguay y Bolivia, se libró desde el 9 de septiembre de 1932 hasta el 12 de junio de 1935, por el control del Chaco Boreal. Fue la guerra más importante en Sudamérica durante el siglo XX. En los 3 años de duración, Bolivia movilizó 250 000 soldados y Paraguay 120 000, que se enfrentaron en combates en los que hubo gran cantidad de bajas (60 000 bolivianos y 30 000 paraguayos), y gran cantidad de heridos, mutilados y desaparecidos. Los distintos tipos de enfermedades tanto físicas como psicológicas, la característica hostil del teatro de operaciones y la falta de agua y buena alimentación produjeron el mayor porcentaje de bajas y afectaron la salud de los soldados sobrevivientes, a muchos de por vida. El enfrentamiento consumió ingentes recursos económicos de ambos países, de por sí muy pobres. El cese de las hostilidades se acordó el 12 de junio de 1935. Bajo la presión de los Estados Unidos, por un tratado secreto firmado el 9 de julio de 1938. |
EL AUTOR Y SU BIBLIOGRAFÍA Alejandro Andrés Serruso Santelices es un historiador nacido en Sucre el 12 de agosto de 1974. Se licenció en la Carrera de Historia de San Francisco Xavier de Chuquisaca el 2015. Su tesis de licenciatura titula: El cerco Y Batalla de Boquerón (Prensa, Mentalidad oligárquica y opinión pública) BIBLIOGRAFIA AYALA, B. Juan. “La Guerra del Chaco hasta Campo Vía”. AYALA MOREIRA, Rogelio, Por qué no ganamos la Guerra del Chaco. ARZABE REQUE, Antonio. Diario de Campaña de la Guerra del Chaco. Oruro: (Sin Ed.) ARZE QUIROGA, Eduardo: Documentos para una historia de guerra del Chaco. Seleccionados del archivo de Daniel Salamanca. BELLANI NAZERI, Rodolfo. “LA CAMPOS DE CONCENTRACION EN EL PARAGUAY” Asunción. BEJARANO, Cesar Bejarano. “ANTECEDENTES DE LA GUERRA CON BOLIVIA”. Asunción. CASA EDITORIAL TOLEDO. “Boquerón La Batalla Decisiva”. “Vencer o Morir”. BOZZANO, José. A. ”Reminiscencias” Asunción. Editorial Toledo 130pp. Director de los Arsenales de Guerra y Marina y otras reparticiones durante la guerra del Chaco. |