La cultura y su agenda en Bolivia

Escritores, artistas, creadores y gestores culturales de Bolivia, analizan los retos de la nueva Ministra de Cultura y Turismo, Willma Alanoca.

La cultura y su agenda en Bolivia

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Finalidades del Anteproyecto de Ley de Culturas

Finalidades del Anteproyecto de Ley de Culturas

Luis Bredow recuerda compromisos a la nueva ministra

Luis Bredow recuerda compromisos a la nueva ministra


    Alex Aillón Valverde
    Puño y Letra / 30/01/2017 06:25

    Willma Alanoca es la flamante ministra de Cultura y Turismo en Bolivia, en sustitución de Marko Machicado. La nueva autoridad tiene el reto de concretar los avances y trabajos que desde la sociedad civil se han ido gestando durante los últimos años, en el marco de una cartera de Estado que es vista con mucha desconfianza en el último tiempo, por quienes hacen cultura.

    Alanoca, a tiempo de recibir su despacho, planteó la realización de una Cumbre de la Cultura con la participación de artistas y otras personas relacionadas a este ámbito.

    “A todos quienes están del otro lado de la pantalla, a nuestros artistas, a todos que hacen el movimiento cultural, pues decirles que hay que encontrarnos, tenemos que hablar, dialogar, tenemos que hacer una Cumbre de la Cultura para poder fortalecer nuestra política”, subrayó la autoridad.

    Las preguntas que saltaron inmediatamente las sintetiza Marco Antonio Marín, quien fuera coordinador de TELARTES Bolivia: ¿cuál sería su finalidad e intencionalidad?, ¿quiénes podrían participar siendo este escenario marcado por un descampado institucional inexistente de criterios —ya sean gremiales o representativos— que definan una representatividad orgánica o moral en el sector cultural?, ¿cuál será su proceder metodológico y de qué manera la cumbre garantizará la realización de los lineamientos de las políticas culturales en el país, tan abreviados en los textos constitucionales y en la agenda patriótica 2025?

    No debemos olvidar que están pendientes asuntos vitales para los artistas que van, como lo expresa René Antezana, desde la Ley de Culturas hasta demandas sectoriales y de derechos sociales, económicos y culturales que también están en otros anteproyectos como la Ley del Cine, la Ley del Artista, el Reglamento de la Ley Patrimonio Cultural, la Ley de Espacios Culturales, etc.

    Puño y Letra ha querido consultar a seis actores de la escena cultural boliviana, sobre los retos que debe enfrentar la nueva autoridad a cargo del Ministerio de Cultura y Turismo. Esto es lo que respondieron.

    Cecilia Lanza (Periodista, realizadora audiovisual)

    Mi primera inquietud es la esperanza de que el Ministerio de Culturas y Turismo vuelva a la sensatez y deje de ponerse al servicio de una competencia automovilística creyendo que así alienta el turismo. Albergo la esperanza de que retome su rol como Ministerio tanto de Culturas como de Turismo. Enorme desafío. Una Cumbre de la Cultura intentó ya Pablo Groux con otro nombre y sin el resultado esperado porque lo que no se mira es una política cultural sólida y de largo aliento, sea cual fuere el ministro de turno. Lo que hay son proyectos sueltos derivados de iniciativas bienintencionadas pero que responden a decisiones arbitrarias de funcionarios del Ministerio o de los propios actores culturales. Una política cultural, por ejemplo, debiera diseñar un sistema de transferencias o aportes de fondos privados hacia la cultura (vía responsabilidad social u otros modos) para consolidar un fondo permanente de amplio acceso a todos los artistas y las distintas disciplinas. Esto al margen de los distintos premios nacionales cuyo alcance es reducido. Una política cultural debiera estar casada con el Ministerio de Educación para que la cultura y nuestros artistas sean parte del aire, de la pedagogía cotidiana de nuestras escuelas y a su vez los niños y jóvenes llenen los teatros, salas y múltiples espacios que debiéramos tener, para las artes y la cultura. Esto nos hará, ni duda cabe, mejores ciudadanos. Una política cultural debiera considerar la Ley del Artista para que éste goce de los beneficios sociales a los que tiene derecho como cualquier otro profesional y ciudadano del país. Ideas, propuestas, sugerencias habrán muchas y seguramente varias veces expresadas. Voluntad del ministro o la ministra de turno tampoco falta, seguro. El desafío mayor, entonces, será defender las ideas frente al presidente Evo que, se sabe, reduce al Ministerio de Culturas a organizador de eventos folklóricos.

    Marco Antonio Marín (Gestor Cultural, ex coordinador de Telartes)

    La idea de la Cumbre de Culturas o una cumbre de expresiones culturales ya apareció en las versiones precedentes del Anteproyecto de la Ley Marco de Culturas que se encontró en socialización y que, en las revisiones de UDAPE, fue eliminada restringiendo la capacidad de participación y control social o de una gestión cultural participativa exigida. La propuesta de la Cumbre se basa en la necesidad de reconocimiento y articulación de diferentes miradas del sector cultural en un escenario que con un principio deliberativo permita diagnosticar y propulsar lineamientos de gestión cultural en los diferentes niveles territoriales y, por sobre todo, los del nivel central. Una Cumbre de Culturas o de expresiones culturales en Bolivia es altamente necesaria, por supuesto, siendo que su realización debe conllevar el esfuerzo de la revisión de los lineamientos de las políticas culturales sostenidas soslayadamente o que tengan que instituirse en beneficio de una gestión integral, democrática, descentralizada y transparente en beneficio del fomento y la protección de las expresiones culturales en el país. Ya el Congreso “Culturas en movimiento” en sus dos versiones marcaron una hoja de ruta que, desde el esfuerzo de TELARTES perfiló esfuerzos de articular a todos los departamentos y a disímiles actores en un marco de articulación y discusión propositiva sobre ejes temáticos de gestión cultural. Sobre la cumbre anunciada, sin embargo, hay que abundar en su concreción: ¿cuál sería su finalidad e intencionalidad?, ¿quiénes podrían participar siendo este escenario marcado por un descampado institucional inexistente de criterios —ya sean gremiales o representativos— que definan una representatividad orgánica o moral en el sector cultural?, ¿cuál será su proceder metodológico y de qué manera la cumbre garantizará la realización de los lineamientos de las políticas culturales en el país, tan abreviados en los textos constitucionales y en la agenda patriótica 2025?

    Humberto Mancilla (Director del Festival de Cine y Derechos Humanos)

    A estas alturas, el gobierno debe explicar a que llama revolución cultural, si es a la promoción repetitiva de todos los años o a la creación de contenidos colectivos. El avance en el sector cultural no es alentador, seguimos con una sola agenda desde hace años: la ley marco de culturas, ley departamental de culturas y ley municipal de culturas. El reto para la nueva autoridad sería avanzar y para empezar concretar la ley marco y otras leyes que siguen esperando, como la ley del cine. Somos el único sector sin una legislación para sus propios actores, parece increíble pero es cierto.

    Vero Pérez (Cantante. Efecto Mandarina)

    Bueno, me parece necesaria la cumbre, ya se estaban realizando diferentes reuniones con el anterior ministro para trabajar lo que es la ley de culturas, es importantísimo que se escuche al artista para saber qué es lo que necesita y qué hace falta para que pueda llevar a cabo su arte, los espacios, la ley, los apoyos, los fondos, etc. Sin embargo, creo que no debemos partir de la premisa de que la cultura es un instrumento político y para poder llevar a cabo una cumbre de cultura lo primordial es entender a la cultura como ente generador de empatía, de identidad (una identidad no forzada ni retrograda), de educación, de integración y sobre todo de libertad. Para mí, el principal reto es entender realmente lo que es cultura en nuestro país, sabiendo que somos un estado plurinacional, no podemos estancar nuestra cultura o dar prioridad a lo que se reconoce fuera de las fronteras como cultura. El reto está en entendernos, apoyarnos a través de auspicios, de colaboraciones, de protección al artista y sobre todo de valorar lo que realmente genera la cultura en un país. Si se entiende esto último, todo lo demás vendrá de la mano.

    Gonzalo Lema (Escritor, Premio Nacional de Cultura)

    La idea de "cumbre" nos viene de la política. En esa actividad resulta útil, y mucho más cuando toma en cuenta a la oposición y a las minorías. Pero en la actividad cultural es señal de desorientación. ¿Ha de alquilar un galpón? Ó, más bien, ¿un salón de hotel? Nuestro reto, en general, consiste en elevar el nivel de la obra de los artistas. El gobierno ha actuado, hasta ahora, en sentido contrario.

    René Antezana (Poeta, gestor cultural)

    El planteamiento de una Cumbre de Culturas no es nuevo. La sociedad civil organizada ha realizado varios eventos de convocatoria nacional (Consejos Departamentales, Red TELARTES, Sindicato de Artistas y otros) en la búsqueda de visiones y acuerdos conjuntos para que Bolivia cuente con políticas culturales, planes, programas, proyectos y recursos suficientes como para ejecutarlos. Recientemente la Red TELARTES ha organizado un Congreso (Diciembre 2016) en el que las conclusiones ya llevan una importante base de lo que podría ser un Plan Nacional de Culturas, además de la exigencia de que este año se concerte y apruebe una Ley de Culturas que esté a la altura de las propuestas de la sociedad civil y no sólo del Gobierno. La nueva autoridad debe primero recoger y hacer realidad primero lo que ya existe como resultado de años de trabajos y propuestas de la sociedad civil que van desde la Ley de Culturas hasta demandas sectoriales y de derechos sociales, económicos y culturales que también están en otros anteproyectos como la Ley del Cine, la Ley del Artista, el Reglamento de la Ley Patrimonio Cultural, la Ley de Espacios Culturales, etc. Es importante que cambie la señal y la orientación actual del Ministerio que es un gestor de espectáculos como el Dakar y otros, y se recupere la identidad para el que fue creado: ser un instrumento de la población para profundizar la participación ciudadana y la democracia, potenciar, fortalecer, impulsar y proyectar el desarrollo cultural como una de las bases del desarrollo y de la transformación social del país. Y asegurar al menos el 1% del PGE. De otra forma, seguiremos con lo mismo y ya estamos cansados de mucho discurso y poca realidad.

    Finalidades del Anteproyecto de Ley de Culturas

    1. Establecer las bases fundamentales del desarrollo cultural, la política y la gestión cultural, así como los medios para garantizar el ejercicio de los Derechos Culturales establecidos constitucionalmente y en los instrumentos internacionales ratificados por el Estado Plurinacional de Bolivia. 2. Proteger, preservar, fomentar, fortalecer y difundir la diversidad de las expresiones, bienes y servicios culturales; promoviendo la gestión participativa, procurando consensos respecto a la necesaria transformación social hacia el “Vivir Bien”. 3. Crear y fortalecer los mecanismos de coordinación y articulación orientados a la protección, preservación promoción, fortalecimiento, fomento y difusión de las expresiones, bienes y servicios culturales. 4. Promover y reforzar los mecanismos orientados al fortalecimiento de las identidades culturales indígena originario campesinas, depositarias de saberes y conocimientos, valores, espiritualidades y cosmovisiones. 5. Profundizar y garantizar el proceso de descolonización y de soberanía cultural, promoviendo un diálogo intracultural e intercultural en igualdad de condiciones y en libertad de expresión. 6. Fortalecer y promover la imagen pluricultural del país a nivel internacional reflejando nuestras identidades, riqueza y diversidad cultural. 7.- Fomentar la gestión cultural participativa.

    Luis Bredow recuerda compromisos a la nueva ministra

    La participación de Bolivia en IBERESCENA fue una de los pedidos que realizó el actor Luis Bredow al Ministerio cuando renunció al Premio Eduardo Abaroa. Poco tiempo después el Ministro Machicao inicio las gestiones en IBERESCENA. Ahora, a tiempo de felicitar y desear éxitos a la nueva autoridad, Bredow envía una carta abierta, que circula en las redes, que en sus partes sobresalientes afirma lo siguiente:

    “El 22 noviembre 2016 en un “Comunicado Oficial”, el Ministerio de Culturas y Turismo informó que la adhesión de Bolivia a este Programa Internacional “está prevista para la gestión 2017” y aseguró a los artistas escénicos que “los mantendrá informados respecto a las acciones que se realizarán desde esta institución con el Programa IBERESCENA”.

    El miércoles 24 de enero de 2017, usted, distinguida Señora Alanoca, al asumir su alta responsabilidad con la cultura de nuestro país, dijo que también asumía “el compromiso de dar continuidad al trabajo desarrollado, durante la gestión del ministro saliente, Marko Machicao.”

    “Esta gestión le permitirá a usted, señora Ministra, iniciar la primera política de Estado que institucionalice a largo plazo el apoyo estatal a las artes escénicas.”

     

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