Fotografía, periodismo y arte en el Museo San Francisco
La muestra “Ayni” reune el trabajo de la periodista Lise Josefsen Hermann, el fotógrafo Juan Gabriel Estellano y la artista plástica Daniela Lorini. La exposición le pone rostro, voz, sonido y olor a las múltiples...
La muestra “Ayni” reune el trabajo de la periodista Lise Josefsen Hermann, el fotógrafo Juan Gabriel Estellano y la artista plástica Daniela Lorini. La exposición le pone rostro, voz, sonido y olor a las múltiples historias de vida desarrolladas por los protagonistas de programas en más de 20 años de cooperación danesa en el país.
Para Lise Josefsen Hermann, danesa con casi la mitad de su vida dedicada al periodismo en Latinoamérica la experiencia del trabajo en la exposición “Ayni” significa la posibilidad de contar historias desde varias perspectivas y de manera conjunta.
“Ojala con la exposición logremos poner una cara y una voz a la cooperación”, indica desde Ecuador donde trabaja y reside. Fue durante estos últimos meses que junto al fotógrafo Juan Gabriel Estellano recorrieron más de cinco zonas geografías del país para hacer el registro y la documentación de las vivencias de los hacedores, de los que ponen el cuerpo en los programas de cooperación danesa en Bolivia. Junto a la muestra de audiovisuales y fotografías se exhibirá una instalación de Daniela Lorini.
La Embajada Real de Dinamarca organiza como despedida de Bolivia una exposición de foto periodismo y arte, de esta manera finaliza más de 20 años de trabajo en multitud de programas en zonas rurales y urbanas.
Las obras que se muestran en “Ayni” transitan los imaginarios y experiencias de personas que fueron parte de siete casos específicos de ayuda danesa.
Recorren las granjas lecheras en la zona rural de Cochabamba, se enfrentan al viento en el altiplano paceño a través del venteo de Quinua, surcan los aires y llegan hasta la primera planta solar de Bolivia en Cobija, donde el abastecimiento de electricidad se realiza a Diesel que se lleva de La Paz.
Estas son algunas de las historias retratadas por Hermann y Estellano, cuyo ojo les permite ir más allá de la cooperación e identificar a través de la realidad y de las contradicciones, los cotidianos de personas que apostaron por proyectos en diferentes programas.
“Encontrar o no ha personas que han hecho la diferencia para que funcione el apoyo de la cooperación ha sido el reto. Sean guardaparques, científicos, profesores o campesinos”, señala Hermann, que estudio periodismo en Dinamarca motivada por una temporada en Bolivia, en el año 2000 donde hizo algunas entrevistas sobre la guerra del Agua.
Para Estellano el reto fue poder tener los tiempos indicados y necesarios para fotografiar algunas actividades que se desarrollan dentro de los programas de ayuda danesa, los cuales le eran de interés.
“Yo trabajo más desde el lado documental, no sé si considerarlo artístico”, señala Estellano quien tiene experiencia en fotografia documental y ha ilustrado crónicas publicadas en revistas y suplementos nacionales e internacionales.
“La idea desde un principio fue que estos trabajos puedan ser vistos por la mayor cantidad de gente, tanto aquí como en Dinamarca, por eso el hacer una exposición era una buena alternativa”, indica el fotógrafo.
“Tratamos de que sea menos cooperativo, contando historias personales demos la palabra a los quienes recibieron la cooperación”, apunta – “además queríamos experimentar al invitar a la artista Daniela Lorini para que de su impresión sobre el resultado de la cooperación. Me parece valiente, porque nunca sabes que le ocurre a una artista mostrar o contar”, explica Hermann.
Lorini, acostumbrada a estar cerca de la naturaleza desde su obra artística, presenta una instalacion que representa la diversidad biológica, social y cultural que existe en áreas protegidas.
A partir de 60 esferas de diferentes especies de enchapes de madera la artista paceña simboliza l la biodiversidad y las comunidades indígenas que cohabitan en estos territorios.
“Muchas de las esferas son pintadas en tonos azules y turquesas para mostrarnos que es gracias a estos bosques que se genera el agua dulce que consumimos”, apuntó Lorini adelantando que algunas esferas también tendrán sonidos y otras olores.
“Pienso que sí puede existir una armonía entre los seres vivos que habitan en la tierra, que sí podemos aprovechar el regalo de millones de años de evolución y no destruir de manera desequilibrada todo lo que se nos ha dado”, expresa la artista sobre su intencionalidad al presentar la instalación dentro de la muestra.
Hacer un proceso de selección de miles de programas con diversidad de proyectos en Bolivia es un trabajo por más de ambicioso, tanto Hermann como Estellano son consientes de que el criterio de selección fue primero que nada la representatividad, sea territorial, temática y estética.
“Tratamos de enfocarlo desde una visión no tan cooperativa, sino contar historias personales, dar la palabra a quienes recibieron la ayuda. También queríamos experimentar, al invitar a la artista Daniela Lorini para que de su impresión sobre el resultado de la cooperación. Esto es un gesto valiente, porque nunca sabes que se le ocurrirá a una artista para mostrar o contar”, finaliza Hermann.
Ayni que se inaugura el próximo jueves 6 de julio en el Museo de la iglesia San Francisco en La Paz, a las 19.30 estará en exhibición durante dos semanas. A fines de este año cruzará el Atlántico para exponerse en Copenhague, Dinamarca donde las obras tendrán un circuito itinerante por centros estudiantiles de esa ciudad.
Juan Gabriel Estellano, Fotógrafo
Su foto preferida, de las miles y miles que ha sacado, es un paisaje de la cordillera Quimsacruz, en Bolivia.
Estellanos tiene 25 años. Nació en Montevideo, luego de que su familia se fuera exiliada primero a México y después a Uruguay. En el ’94 volvieron a La Paz. De chico le gustaba la fotografía. Solía quitarle a su madre una cámara marca Chinon y examinarla de arriba a abajo. Cuando creció le regalaron una Zenit. Hizo cursos y talleres. Se anotó en la Academia Nacional de Bellas Artes pero a los seis meses dejó todo para dedicarse a la escalada en roca. Viajó por muchos países, sin dejar de sacar fotos. Se inclinó por los temas sociales y la fotografía documental.
En 2006 publicó sus primeras fotos en periódicos y revistas de distintos países. También trabajó en producciones de cine y televisión haciendo tanto la fotografía fija y asistencia de cámara. Es parte del colectivo boliviano de fotografía Sinmotivo.
En el 2011 fue parte del proyecto Viaje al corazón de Bolivia, un recorrido de siete semanas en el que retrató la vida en el campo boliviano.