Parque para un hombre dormido

Un poema de Jorge Eduardo Eielson Un poema de Jorge Eduardo Eielson

Jorge Eduardo Eielson
Puño y Letra / 13/08/2018 20:17

Cerebro de la noche, ojo dorado

De cascabel que tiemblas en el pino, escuchad:

Yo soy el que llora y escribe en el invierno.

 

Palomas y níveas gradas húndense en mi memoria,

Y ante mi cabeza de sangre pensando

Moradas de piedra abren sus plumas, estremecidas.

Aun caído, entre begonias de hielo, muevo

El hacha de la lluvia y blandos frutos

Y hojas desveladas hiélanse a mi golpe.

Amo mi cráneo como a un balcón

Doblado sobre un negro precipicio del Señor.

 

Labro los astros a mi lado ¡oh noche!

Y en la mesa de las tierras el poema

Que rueda entre los muertos y, encendido, los corona

Pues por todo va mi sombra tal la gloria

De hueso, cera y humus que me postra, majestuoso,

Sobre el bello césped, en los dioses abrasado.

 

Amo así este cráneo en su ceniza, como al mundo

En cuyos fríos parques la eternidad es el mismo

Hombre de mármol que vela en una estatua

O que se tiende, oscuro y sin amor, sobre la yerba.

 

Etiquetas:
  • poema
  • Jorge Eduardo Eielson
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