En el teatro como en la vida
En el Día Mundial del Teatro publicamos el mensaje de este año redactado por el dramaturgo cubano Carlos Celdrán. Aprovechamos, también, para charlar con tres conocidos directores, dramaturgos y actores
En el Día Mundial del Teatro publicamos el mensaje de este año redactado por el dramaturgo cubano Carlos Celdrán. Aprovechamos, también, para charlar con tres conocidos directores, dramaturgos y actores sobre este importante “acto creativo” y sobre cómo es hacer teatro en la Bolivia de ahora. Escriben para Puño y Letra: Diego Aramburo, Freddy Chipana y Alice Padilha Guimaraes.
Mensaje del Día Mundial del Teatro 2019
Carlos Celdrán*
Antes de mi despertar en el teatro, mis maestros ya estaban allí. Habían construido sus casas y sus poéticas sobre los restos de sus propias vidas. Muchos de ellos no son conocidos o apenas se les recuerda: trabajaron desde el silencio, desde la humildad de sus salones de ensayo y de sus salas llenas de espectadores y, lentamente, tras años de trabajo y logros extraordinarios, fueron dejando su sitio y desparecieron. Cuando entendí que mi oficio y mi destino personal sería seguir sus pasos, entendí también que heredaba de ellos esa tradición desgarradora y única de vivir el presente sin otra expectativa que alcanzar la transparencia de un momento irrepetible. Un momento de encuentro con el otro en la oscuridad de un teatro, sin más protección que la verdad de un gesto, de una palabra reveladora.
Mi país teatral son esos momentos de encuentro con los espectadores que llegan noche a noche a nuestra sala, desde los rincones más disímiles de mi ciudad, para acompañarnos y compartir unas horas, unos minutos. Con esos momentos únicos construyo mi vida, dejo de ser yo, de sufrir por mí mismo y renazco y entiendo el significado del oficio de hacer teatro: vivir instantes de pura verdad efímera, donde sabemos que lo que decimos y hacemos, allí, bajo la luz de la escena, es cierto y refleja lo más profundo y lo más personal de nosotros. Mi país teatral, el mío y el de mis actores, es un país tejido por esos momentos donde dejamos atrás las máscaras, la retórica, el miedo a ser quienes somos, y nos damos las manos en la oscuridad.
La tradición del teatro es horizontal. No hay quien pueda afirmar que el teatro está en algún centro del mundo, en alguna ciudad o edificio privilegiado. El teatro, como yo lo he recibido, se extiende por una geografía invisible que mezcla las vidas de quienes lo hacen y la artesanía teatral en un mismo gesto unificador. Todos los maestros de teatro mueren con sus momentos de lucidez y de belleza irrepetibles, todos desaparecen del mismo modo sin dejar otra trascendencia que los ampare y los haga ilustres. Los maestros de teatro lo saben, no vale ningún reconocimiento ante esta certeza que es la raíz de nuestro trabajo: crear momentos de verdad, de ambigüedad, de fuerza, de libertad en la mayor de las precariedades. No sobrevivirán de ellos sino datos o registros de sus trabajos en videos y fotos que recogerán solo una pálida idea de lo que hicieron. Pero siempre faltará en esos registros la respuesta silenciosa del público que entiende en un instante que lo que allí pasa no puede ser traducido ni encontrado fuera, que la verdad que allí comparte es una experiencia de vida, por segundos más diáfana que la vida misma.
Es un pecado cuando perdemos el alma de los sueños
Freddy Chipana
1. La diferencia entre quien hace y quien crea... el arte sin ser sueño en el alma es estéril, es vacío cuando solo llega a existir en la cabeza del artista y no se confronta de manera cruel y bella en la escena, no puedes imaginar una poesía escénica si tus pasiones no se destruyen de vos en la escena, si no se hacen imposibles misterios que necesitan existir de manera fresca y nueva en la vida, crear es investigar en tus adentros y misterios.
Para ser honesto y autentico uno debe inventar, crear y trabajar, trabajar como jamás se hizo vida, lo que no es válido es olvidar el proceso de tu locura poética, quiero decir que confronte los sueños y pasiones con tanto rigor que nos dé más preguntas que respuestas...
Crear no es saber más, no es una fórmula, ni una receta del éxito, crear es la imposibilidad de ser auténticos con belleza inesperada, crear es develar el alma a lo imposible de los saberes y no conformarse con lo chiquito que somos frente al arte, de lo mágico que es la vida cuando en el universo una vida crea milagros para el alma.
Crear es solo darle a la vida otras posibilidades profundas, crear es la responsabilidad en las almas que llevamos. Crear es vida inexplicable.
2 .Creó inútil cuando esperamos que nos solucionen otros el hambre, es decir que cuando solo hacemos nuestro arte para proyectos, concursos o festivales. Es un pecado cuando perdemos el alma de los sueños y lo que somos como creadores de locuras escénicas y de poesías en arte, a veces nos vendemos, es una decisión pero creo que ahí dejamos que se rompan los milagros que llevamos para trabajos ajenos a nuestros proyectos, aceptamos olvidar que somos un cachito de vida que solo necesita develarse a través del rigor y la constancia.
En este tiempo creo que hay más inocencia, lo digo con frialdades y me hago cargo.
Lo decía nuestro hermano Liber Forti: “Aquel que va a enseñar ha decretado que no quiere más aprender". La juventud pierde tanta energía en mostrar y defender lo poco que sabe, es decir hace el artista, cambia los sueños por conocimientos ajenos, la locura por una forma, el misterio por el yo sé.
Lo que hacemos es infinito y por eso viajamos con todo lo que somos porque con los años ya no nos sirven los saberes, porque al público ya no quiere lo que fuiste, porque te necesita de otras formas para renovar esta locura.
Con el teatro de ahora, creo que hay un valioso ser arte Bolivia en la escena. Admiro a muchos que han logrado hacer un trabajo auténtico y diferente.
Hermosa época donde todos hemos llevado con dignidad y trabajo lo que hacemos al mundo y lo valoran. Esta es una generación de calidad y trabajo, un bonito tiempo, es tan bello que afuera somos un referente de un trabajo de calidad.
¿Por qué seguir haciendo arte?
Diego Aramburo
(Director/Dramaturgo)
1. Como las otras artes, el teatro es una instancia de rigor y exigencia extrema.
Si se cumple con estos requisitos, el teatro te devolverá el esfuerzo con creces, permitiendo expresiones que traduzcan subjetivaciones de la realidad que quizás logren poner algo en movimiento en quien las reciba-reconstituya, completando el arte con su interpretación, es decir, lxs llamadxs espectadorxs -que en realidad son quienes terminan de constituir el hecho teatral y la obra (de arte).
2. Me parece que el teatro, las artes, así como el pensamiento en general y la educación, están en un momento de grave riesgo en el mundo. El ultraderechista Bolsonaro, por ejemplo, con su gabinete entre evangélico y militar, ya comenzó a hablar de privatizar la educación (privatizarla del todo). La redes sociales mal usadas están consiguiendo un sistema narcisista, inmediatista y auto afirmativo que extrema el narcisismo en el que la gente prioriza mostrar-se, opinar -para-mostrar-se- (y sin profundizar su comprensión previa de lo que se juzga, y sin profundizar lo que se dice como para aproximarse a ningún tipo de análisis), y todo lo que demande tiempo real de atención y no sea "entretenimiento" (fácil), o "espectáculo", da pereza o miedo. Y esto es respaldado, promovido y fomentado las autoridades y los sistemas educativos y todas estructuras funcionales al sistema vigente (individualista y de mercado). Es el estado de las cosas en el mundo en general. Bolivia no me parece la excepción.
Entonces, ¿por qué seguir haciendo arte? Precisamente, esta situación hace que las militancias en contra de ese sistema y esas estructuras y su repetición, no sean sólo válidas, sino necesarias y hasta urgentes.
El eje del teatro es el actor
Alice Padilha Guimaraes
1.“Crear es, básicamente, formar (dar forma a algo que antes no existía)”. Así define el acto creativo la pensadora y teórica de las artes Fayga Ostrower. Aunque hace referencia directa a la creación en artes plásticas, esa definición se aplica perfectamente al teatro. En un primer momento la creación es un proceso totalmente intuitivo, es subjetividad que pasa a través de sensaciones liberadas por nuestro subconsciente. Luego viene la comprensión que ocurre en la medida en que se expresa lo que se siente, en que se ordena, se configura, se relaciona y se significa, es decir, hay “creación” cuando se estructura y s e formaliza el impulso creativo.
El teatro es un arte colectivo por excelencia. Existe creación individual en diferentes ámbitos (dramaturgia, escenografía, vestuario, música, dirección, actuación) y luego esas creaciones individuales se formalizan una sola creación grupal. Por eso hablar de “creación colectiva” en teatro es una redundancia. El teatro es también un arte de oficio. Por supuesto que amerita ser estudiado, investigado y teorizado, pero el teatro se aprende y se crea haciendo, experimentando, practicando, viviéndolo.
El eje del teatro es el actor y su relación con el espectador. Puede haber teatro sin director, sin dramaturgo, sin escenógrafo, sin iluminador, pero sin actor y sin espectador no existe teatro. Porque es el acto creativo del actor que materializa el hecho teatral. Por eso es inadecuado llamar a los actores de “intérpretes” porque sugiere que se está hablando de un vehículo trasmisor de las ideas de otro y, por supuesto, no es así. O por lo menos no debería ser así en el verdadero teatro. El actor es un “creador”. Además de participar activamente en la elaboración de la poética escénica junto al director y al dramaturgo, solamente el actor puede crear “presencia”. Es el actor que establece una relación de complicidad con el público y logra hacer visible y presente en el aquí y ahora aquello que en la vida cotidiana no logramos ver. Se puede decir que el actor crea un acceso consciente al inconsciente colectivo. Desde la percepción de sí mismo dentro del acto creativo, el actor elabora y estructura sus pensamientos y emociones confluyendo en acciones que expresan una forma perceptible del sentimiento humano.
2. El teatro en Bolivia ha crecido muchísimo en los últimos años. Pero hay mucho espacio para seguir desarrollándose más todavía. Es interesante el surgimiento de espacios de formación y de discusión como el grupo Tabla Roja/Escuela de Creación Jallalla o la Escuela de Espectadores de La Paz, por ejemplo. También están creciendo en número y calidad las producciones y debería haber más políticas culturales que acompañen y estimulen este desarrollo. Es un lugar común hablar de la falta de apoyos económicos, aunque que en los últimos años ha habido algunas iniciativas en este sentido, es muy poco todavía si hacemos una comparación con nuestros vecinos chilenos o colombianos, por ejemplo, que tienen la oportunidad de acceder a fondos concursables para producciones, becas de formación y ayudas para hacer circular sus trabajos en su propio país y afuera.
No es fácil hacer teatro en Bolivia, o mejor, no hay facilidades para hacer teatro hoy en Bolivia. Pero curiosamente es un arte que viene despertando mucho interés en los últimos años. Hay muchos jóvenes interesados en teatro y se está creando también un público cada vez más numeroso.
Carlos Celdrán
Celdrán es un director teatral galardonado con premios y de elevado prestigio, dramaturgo, académico y profesor, vive y trabaja en La Habana, Cuba, y presenta su trabajo alrededor del mundo. Es director fundador de la compañía Argos Teatro y Premio Nacional de Teatro 2016 en Cuba.
Durante su notable carrera, Carlos Celdrán se ha dedicado a inspirar y ayudar a otros trabajando como profesor en instituciones de alto nivel en Cuba, América del Sur y Europa. Él mismo ha trabajado constantemente para mejorar y profundizar sus conocimientos, recibiendo su grado de Máster en 2011 en el Instituto Universitario de Danza ‘Alicia Alonso’, de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Las habilidades pedagógicas de Carlos Celdrán lo han convertido en parte de la facultad del Instituto Superior de Artes de Cuba por más de 20 años, y ha sido el director del curso de Maestría en Dirección Escénica desde 2016, transmitiendo sus conocimientos a las generaciones venideras de los creadores de teatro cubanos.